10 de octubre 2025 - 07:00

Emilio Monzó, diputado de Encuentro Federal: "Javier Milei fue presidente para hacer un recital"

En un mano a mano con Ámbito, el diputado de Encuentro Federal y candidato de Provincias Unidas hizo un balance del gobierno de LLA y aseveró que la jefa de Estado es Karina Milei. Además, comparó la presentación del libro en el Movistar Arena con la fiesta de Olivos de Alberto Fernández.

Para Emilio Monzó, Javier Milei es el presidente y su hermana, la jefa de Estado.

Para Emilio Monzó, Javier Milei es el presidente y su hermana, la jefa de Estado.

De bajo perfil, el diputado Emilio Monzó es una de las figuras más respetadas de la Cámara baja. No solo por su paso por la presidencia de ese cuerpo durante los cuatro años de Cambiemos, sino también, por su conocimiento legislativo, su mirada sobre la realidad política y, sobre todo, por su capacidad de tender puentes y generar acuerdos. "Reivindico la rosca" es, si se quiere, la frase que lo identifica.

Este año, de la mano de Florencio Randazzo y Margarita Stolbizer, el tejedorense apuesta a renovar su banca, por el espacio Provincias Unidas, que aglutina, además, a gobernadores de la talla de Maximiliano Pullaro, Ignacio Torres y Martín Llaryora entre otros. Al igual que en el año 2015, Monzó trabaja para que una coalición de centro desembarque en la Casa Rosada y que sea ese espacio que aglutina a los gobernadores el que gobierne a la Argentina "con sentido común".

En un mano a mano con Ámbito, el diputado por la provincia de Buenos Aires hizo un balance del gobierno de Javier Milei y consideró que "fracasó el modelo económico". Al mismo tiempo, fue muy crítico del entorno y e gabinete de La Libertad Avanza -lo graficó con el secretario de Turismo, Daniel Scioli: "Él, más que nadie, supo que alimentando la vanidad del Presidente se aseguraba su puesto"-. Además, aseveró que, si bien Milei preside la Argentina, la jefa de Estado no es otra que su hermana, Karina.

En otro tramo, se mostró sorprendido por el show en el Movistar Arena que encabezó el mandatario presidencial. Lo comparó con la "fiesta en la Quinta de Olivos" del ex presidente Alberto Fernández y consideró: "Milei fue presidente para hacer un recital, creo que su felicidad más grande era poder tocar con un público aplaudiendo".

De cara a las elecciones del 26 de octubre, Monzó consideró que en LLA "todos los días trabajan" para que la derrota frente a Fuerza Patria vuelva a ser de 14 puntos. Y reconoció cuáles son los principales desafíos que tiene un espacio como el que él integra, para ganar los comicios cuando, lo que más atrae en las redes sociales es "la pelea".

Periodista: ¿Qué evaluación hace del primer año y nueve meses del gobierno de Javier Milei?

Emilio Monzó: La verdad que es difícil ponerle una línea horizontal a algo tan ciclotímico. Vivimos sobresaltados. Si le pongo una calificación, es un sobresalto permanente. Hay días que parece que estamos aliviados e inmediatamente volvemos a transitar la tensión, producto, generalmente, de las impericias del Gobierno.

P.: ¿Y cuáles serían esas impericias?

E.M.: Desde lo económico, a mí me toca venir de una gira en Pergamino y en San Nicolás. Sirve mucho estar cerca de la gente, especialmente de quienes invierten, producen, tienen una pyme. Te das cuenta que la dificultad mayor no son estas cosas que estamos discutiendo en esta polarización comunicacional, el tema $LIBRA, Spagnuolo... El tema más problemático en la Argentina es el tema económico. Hoy las PyME están teniendo problemas, están con suspensiones, con mucha preocupación con lo que viene para más adelante. Realmente han ajustado como todos, pero la apertura de importaciones es una preocupación permanente. Este esquema económico, contrario a casi todo el mundo occidental, al que pregona su líder Donald Trump, donde está justamente cuidando la industria, el mercado interno de Estados Unidos.

Emilio Monzó
Para el diputado, fracasó el modelo económico de Milei.

Para el diputado, fracasó el modelo económico de Milei.

P.: O sea, ve un panorama más complejo, todavía, que el que se refleja en los medios de comunicación en los últimos días…

E.M.: Creo que la dificultad es más profunda. Fracasó el modelo económico de Milei; fracasó financieramente porque lo vemos al ministro Caputo pidiendo dinero en Estados Unidos; pero fracasó, también, con los argentinos, desde el punto de vista de la mejora de los ingresos y de la inversión genuina de los empresarios.

P.: Y en este contexto, ¿considerá que hace falta una oxigenación, un cambio, una renovación de su gabinete para revertir este fracaso económico, pero también para recuperar la confianza en medio de estas denuncias por corrupción?

E.M.: Sí, es un gabinete que comenzó a la inversa de lo que se dice siempre. Hay un dicho, en la política, que dice que comenzás con los competentes, seguís con los amigos y terminás con tus socios. Acá comenzó a la inversa. Es un gabinete producto de un triunfo casi inesperado, de una gran incertidumbre ante este resultado y de cómo gobernar. Esa incertidumbre y esos temores lo llevaron a rodearse de la gente que más confía, no de la gente más competente. Entonces hoy tiene a su hermana, a su ex jefe, otro jefe que se fue –Nicolás Posse–. Y, además, a esta gente que incorpora, que es lo marginal de la casta. Y con la llave de la vanidad, de la adulación, ha encontrado la posibilidad de entrar a la Rosada y manejar el poder que hoy ejercen en la Argentina.

P.: ¿Qué le pareció el “show” de Milei en el Movistar Arena?

E.M.: Fue una clara muestra de disociación del Presidente con la realidad, con esa realidad que te acabo de describir, especialmente de la economía. Creo que Milei es auténticamente el que estaba en el recital, creo que Milei fue presidente para hacer un recital, creo que su felicidad más grande era poder tocar con un público aplaudiendo, más que ser presidente. La sociedad se desconectó de Milei, no Milei de la sociedad. No hay otro Milei que el que vimos en el recital.

P.: ¿En qué ve desconexión?

E.M.: Hubo una frecuencia muy chiquita y muy corta que coincidió con el malestar y con la indignación de la sociedad. Esa frecuencia muy pequeña en el tránsito de la democracia del ‘83 a la fecha –para poner años– coincidió con una persona alterada, vulgar, con el insulto como lenguaje y con una motosierra diciendo que le iba a cortar la cabeza a artistas, periodistas, políticos, al Papa, incluyó a todos. Parecía atractivo en esa frecuencia y en ese momento. Esa persona coincidió, justamente, con esa percepción de la sociedad y termina siendo presidente. Ahora, la sociedad comienza a correrse de esa frecuencia y empieza a pedir, una vez que llega a ese lugar, una actitud más constructiva. Pero, tenemos un Milei auténtico, genuino, que vimos en el estadio. Más genuino que competente. Y una sociedad que hoy le está pidiendo más competencia que autenticidad. Y no la vamos a encontrar. Esa es la dificultad mayor que encuentro.

P.: ¿Por qué no la vamos a encontrar?

E.M.: Es que esto no tiene que ver con la política, sino con el carácter y el temperamento de quien nos gobierna. Llegamos al extremo de una realidad tan contundente que no queremos ver o que ya estamos asimilando. Y es que Milei hoy preside la nación, pero no es el jefe de Estado.

P.: ¿Y quién es el jefe?

E.M.: El jefe de Estado es la hermana. A todos nos cuesta. Nosotros votamos a una persona para que conduzca y para que lidere, no para ser conducida. Ya tuvimos un ejemplo con Alberto Fernández y su contradicción con Cristina. Ahora tenemos el segundo ejemplo. La gente hoy se está dando cuenta que la jefa de Estado, por más que no haya sido votada, es Karina Milei. Pero es parte de lo mismo. Mi dificultad, mi escepticismo, mi preocupación es que esa personalidad que coincidió con esa frecuencia en el 2023 no tiene manera de modularse o de cambiar de acuerdo a lo que está demandando hoy la sociedad. En la gira (por el interior de la Provincia) noté que le afectó mucho más al electorado el recital que vimos que las causas o los problemas que tuvieron en los últimos meses con algunos dirigentes de Libertad Avanza. El recital fue una evidencia contundente que Milei no cambió de frecuencia.

P.: Escucho su descripción y no puedo no pensar que la principal oposición hoy no parecería ser Unión por la Patria ni los legisladores que impulsan leyes "adversas" a su plan económico, sino el propio Gobierno.

Monzó Emilio

E.M.: Es que la principal oposición del Gobierno, sin duda, es el propio Gobierno. El año pasado, decíamos que este Gobierno con esas características, rodeado de gente amiga y con lo marginal de la casta dentro del poder, era muy difícil que pueda salir bien. Esto se evidencia en un año electoral. Se le agrega, a la tensión de la gestión, la tensión electoral. Y acá viene a evidenciarse casi pornográficamente la mala praxis o la incompetencia de este Gobierno. Empezando por el esquema parlamentario. El año pasado rompieron con sus aliados políticos. Este año, en el año electoral, rompieron con sus socios políticos. Y empezaron con, nada más y nada menos, Mauricio Macri, quien le daba un matiz de seriedad. No tuvieron ningún prurito de ir por su distrito, romperlo en una elección local, municipal, de concejales, y romper, como consecuencia, un socio político en el Parlamento. Pero no sólo en el Parlamento, sino en la visibilidad para afuera del país, en la visibilidad misma del elector o del ciudadano argentino que a Mauricio Macri lo observa como una figura en las formas muy seria. Perdieron a ese socio en ese tránsito. Y lo mismo fueron haciendo con los gobernadores. Entonces, ¿cómo no voy a confirmar y reafirmar tu pregunta? La mala praxis del Gobierno lo lleva a esta situación. Y los candidatos que están eligiendo no son candidatos que vayan a mejorar la calidad de sus representantes en el Congreso.

P.: ¿Lo dice por José Luis Espert?

E.M.: El caso Espert es un caso excepcional. Todas las cosas que están cayendo encima de Espert vienen desde hace mucho tiempo. Pero las consecuencias de que hoy son vulnerables a esas acusaciones tienen que ver con los errores que cometieron en la elección del 7 de septiembre en la Provincia. Entonces, sí. Hoy el principal enemigo del Gobierno es el propio Gobierno, aunque apliquen el populismo paranoico, la gente tiene claro que la responsabilidad es de ellos. Ahora los escuchamos a ellos, que antes querían matar a todo el mundo, que hoy todo el mundo es responsable de su mala praxis.

P.: ¿Qué le recomendaría a Milei que haga con Mauricio Macri?

E.M.: No solo con Macri, sino con todos, es que tiene que calmarse, templarse, controlar sus pasiones, apelar al raciocinio; convocar a Macri, a la oposición constructiva, a los gobernadores y terminar de hacer las reformas estructurales que tiene pendiente la Argentina. Cambiar las formas principalmente. Alguien me preguntaba el otro día, ¿qué tiene que hacer con los actores de la oposición constructiva? Con llamar por teléfono y preguntar “¿cómo la ves?”, bajás muchísimo en la defensa. Solo algo tan simple como eso.

P.: El tema es que si hace todo eso, deja de ser Milei…

E.M.: Ahí está el punto. Milei no va a dejar de ser Milei, porque él no es eso. Yo digo que es fácil, pero él no es eso. Él te insulta, te llama y te insulta y te dice: “Quiero que hagas esto”. Te ordena lo que tenés que hacer.

P.: ¿Y entonces qué imagina de acá dos años?

E.M.: Un escenario muy complejo. ¿Cuál es la esperanza que tengo, mínima? Que alguien de su entorno se anime a decirle las cosas. Porque su entorno lo que hace es seguir la línea de Scioli, que dijo que había que entregarle el premio Nobel de Economía a los tres meses de gobierno. ¿Pero qué hizo Scioli cuando expresó semejante párrafo tan absurdo y burdo? Ancló su lugar en el Gobierno. Porque él, más que nadie, supo que alimentando la vanidad del Presidente se aseguraba su puesto. Hoy hacen todo lo mismo y nadie le dice la verdad. Entonces terminamos en un recital con la gente no llegando a fin de mes. Pero esto es porque su entorno hace lo mismo que hizo Scioli. ¿Alguien le dijo a Milei, antes del recital, que no era el momento de hacerlo esto y puso su renuncia en la mesa condicionando esta decisión? seguramente, nadie. Entonces, apelo a que alguien de su entorno familiar, personal, empresarial que tiene alguna llegada al presidente de la Nación o el propio entorno político se anime a decirle que la sociedad no le está pasando bien, que la gente no está llegando a fin de mes y que quiere que él dé una muestra de austeridad para que la sociedad entienda que también el sacrificio lo están haciendo quienes nos gobiernan. El recital fue para la gente lo que fue la fiesta de Olivos en la pandemia. Exactamente lo mismo.

Milei Movistar Arena
Monzó equiparó el recital de Milei con la fiesta de Olivos.

Monzó equiparó el recital de Milei con la fiesta de Olivos.

P:: ¿Qué le preocupa más, que gane o que pierda las elecciones?

E.M.: Me preocupa lo que sigue al otro día. Si ellos se calmaran, la elección de esos de 14 puntos sería de 7 hoy en la provincia de Buenos Aires. Pero ellos, todos los días trabajan para que vuelva a ser 14. No sé, tienen unas ganas de perder por 14 de vuelta que a mí me asombra. Solo con la calma, ya tendrían la mitad del resultado.

P.: ¿Por qué se acortaría la brecha si fueran más tranquilos?

E.M.: Porque no son los intendentes los que ponen en juego esta elección. El intendente municipal está muy bien visto.

P.: Es candidato en la Provincia, de un espacio de centro, un espacio “tranquilo”. ¿Hay lugar para el centro o el electorado siempre se va de un extremo a otro?

E.M.: Sí quiere esto porque las personas, por naturaleza, quieren normalidad. A nadie le gusta vivir agitado. Pero hay una contradicción con la comunicación. La gente quiere vivir tranquila, pero consume la agresión, las emociones negativas. Presta atención a quien más agrede, más polariza, más se radicaliza. Ahora vos hablás mano a mano con la sociedad, o encuestas a la sociedad, y la sociedad te dice: “Sí, yo quiero un partido normal donde nadie se peleen”. Pero, cuando va a las redes sociales a mirar, lo que lo atrapa es la pelea. Entonces, nosotros tenemos un gran problema. ¿Cómo generamos comunicacionalmente la atención de la sociedad? Y... es una gran dificultad. Y esta es la contradicción que tiene la sociedad occidente. Termina votando por un tema comunicacional a gente que radicaliza y polariza la comunicación. Y a las personas que hablan con otro tono, que respetan los modos, que usan un lenguaje “elegante”, no terminan generando la economía tan difícil que es la economía de la atención. Y ahí nosotros tenemos una gran dificultad y una gran contradicción.

P.: ¿Tiene la esperanza de que pase algo parecido a lo que pasó en Estados Unidos, que pasó de Trump a Biden? Aunque después volvieron a Trump…

E.M.: Filosóficamente, el ser humano va de la locura a la mesura. En la Argentina tiene que ocurrir algo parecido. Si los gobernadores de Provincias Unidas conformamos un espacio político que le dé la posibilidad a esa demanda que existe en la sociedad de que gobierne la Argentina personas con sentido común, con un trato normal, con respeto al otro que piensa diferente… Entendiendo que a veces ese pensamiento diferente te enriquece al tuyo. Si nosotros gobernamos con ese perfil de personas, seguramente la Argentina tiene todo para salir para adelante. Aspiro y voy a trabajar para que Provincias Unidas sea esa alternativa al 2027. Alternativa que ya armamos en el 2015, porque era el espacio del centro. No era un espacio de la polarización y el antagonismo. Era un espacio que respetaba al contrincante. Fue un gobierno prácticamente de coalición donde las mayorías las tuvimos durante casi todo el transcurso del gobierno, simplemente por respetar a los otros actores, y respetar especialmente a los gobernadores. Así que tengo mucha confianza que esto se pueda armar, aunque tengamos las dificultades de comunicación.

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