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Funcionarios de la Justicia electoral cordobesa reanudaron ayer el escrutinio que había
sido suspendido el miércoles.
Precisamente, tal como lo adelantó ayer este diario, el recuento -que se realizó ayer en un tribunal fuertemente custodiado por la Policía- avanzó a la manera tradicional: acta por acta de cada mesa electoral, salvo que alguna discrepancia entre los fiscales partidarios derive en la apertura de la urna en cuestión. Este escenario responde a que la cuestionada jueza electoral de Córdoba, Marta Vidal, rechazó el miércoles la pretensión juecista de abrir la totalidad de las urnas para contar «voto a voto, a mano». Esa aspiración de Juez -sobre la base de sus sospechas sobre el escrutinio provisorio, que insólitamente se extendió por más de 16 horas- se encuentra ya a consideración del Superior Tribunal de Justicia, que para tomar la decisión -que podría conocerse hoy- abrió ayer una ronda de consulta con el resto de los partidos políticos.
Ayer Schiaretti celebró el inicio del recuento. «Estoy tranquilo y satisfecho de que haya actuado la ley, porque está por encima de todos los dirigentes políticos y todas las pasiones», dijo. En la otra vereda, por la mañana, desde Buenos Aires se vio, en cambio, a un Juez mucho más escéptico. Resignado, aseguró que «nada va a cambiar» y que si bien seguirá accionando en la Justicia hasta «las últimas instancias», el 10 de diciembre «asumirá Schiaretti con seguridad, a pesar de este robo».
Según Juez, su fuerza podrá «ir a un tribunal internacional o quizás a la Corte Suprema nacional», pero un potencial fallo a su favor se conocería -dijo- «recién dentro de diez años».
En esa línea, consideró, además, que la crisis que envuelve a la provincia desde el domingo pasado terminará «quizás en dos meses, cuando la gente se olvide», aunque advirtió que si el resultado se da vuelta y es consagrado gobernador -una posibilidad más que remota-, impulsará un nuevo llamado a elecciones.
En paralelo, Juez no abandonó su virulencia, al volver a cuestionar al Poder Judicial , al que tildó de «dependiente del poder político». En este marco, en un intento de bajar decibeles a la expectativa pública, ayer el secretario electoral José María Pérez Corti aclaró que el escrutinio demorará «al menos tres semanas». Ese fue el plazo que le llevó a la Justicia Electoral ratificar en 2003 la reelección -no teñida de sospechas- de José Manuel de la Sota.
Por esas horas Fernández, hacía gala de su desconocimiento sobre el terreno cordobés, al considerar que el escrutinio definitivo «en dos días tiene que estar terminado» (quizá tomando muy a pecho el dictamen del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien también ayer sentenció que «el gobierno nacional no conoce en detalle lo que ha pasado» en Córdoba, «ni cuáles son los puntos de impugnación»).
Los hombres de Juez también intentaron apartar del escenario a Vidal, pero la presentación concretada el miércoles (que mantuvo suspendido ayer el inicio del escrutinio definitivo), fue rechazada en la noche de ese mismo día por el Superior Tribunal de Justicia cordobés.
El escrutinio definitivo iniciado ayer contó con la presencia de los apoderados y de fiscales de todos los partidos -los más exigentes fueron, previsiblemente, los juecistas-, mientras que no pudieron ingresar los periodistas, pese al pedido en ese sentido concretado por cadena provicial por el gobernador José Manuel de la Sota.
El procedimiento, que se lleva adelante en los Tribunales cordobeses, fue seguido ayer por decenas de personas que se apostaron en las inmediaciones del edificio. El trabajo de recuento se inició con 12 mesas -6 de la capital provincial y 6 del interior-, mientras se asignaron dos empleados de la Justicia Electoral por cada mesa para efectuar el control. En total, al operativo fueron afectadas 45 personas, en tanto que Vidal sigue los detalles del escrutinio desde una oficina contigua a la sala donde están las urnas.
El recuento comprende el análisis de las actas con cada uno de los telegramas enviados oportunamente por el Correo. Sólo si algún fiscal considera que existen irregularidades puede solicitar la apertura de la urna para el conteo voto por voto. El apoderado de la UCR, Alberto Zapiola, le solicitó a Vidal elevar a 30 la cantidad de mesas escrutadoras, petición que fue concedida, pero que no fue compartida por su colega del FCS, Miguel Ortiz Pellegrini, para evitar «mayor confusión».
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