26 de junio 2007 - 00:00

Filmus sacó 25,3%, no 40% y Macri 39,09%, no más de 60%

Filmus sacó 25,3%, no 40% y Macri 39,09%, no más de 60%
Si se examina el resultado obtenido por los dos candidatos a la jefatura de la Ciudad de Buenos Aires en la segunda vuelta del domingo 24 apartando la cantidad de votantes que se abstuvieron y los que votaron en blanco o recurrieron el voto, el porcentaje de respaldo da números muy por debajo de los que arroja el escrutinio que se conoció.

Eso movió a dirigentes como el radical Diego Barovero a denunciar ayer que hay una incapacidad del sistema político de atraer adhesiones por parte de una gran cantidad de habitantes de la Ciudad de Buenos Aires.

Según ese cálculo, 35% de los habilitados para votar, que tampoco son la totalidad de los habitantes del distrito, se ha quedado sin expresar apoyo por candidato alguno (serían más de 920 mil votantes sobre un padrón total de más de 2,5 millones).

En el cálculo porcentual de los votos obtenidos por los candidatos sobre la base total de ese padrón, Mauricio Macri obtuvo en realidad 39,09% de los votos positivos emitidos, la cantidad que Néstor Kirchner reclama como apoyos para él en la Capital mirando los números «recortados». Filmus, si se aplica ese criterio, obtuvo apenas 25,03% de los sufragios. Un drama para un presidente que se ha pasado cuatro años haciendo de todo para que le crean que vale en adhesiones mucho más que las que obtuvo en 2003, cuando perdió las elecciones con Carlos Menem, 22,24 de los votos. Ni pensar lo que tendría si se los hubiera calculado sobre la totalidad del padrón o de los habitantes, aunque sería otra mezquindad.

Pero cabe reseñarlo por el uso creativo que hace este gobierno de los números de las elecciones, pero también de la economía, para fingir adhesiones que no tiene, índices de precios imaginarios o inflaciones tan bajas como esas adhesiones, pero en las que tampoco nadie cree mucho.


  • Evaluación

    La ponderación usual de los resultados electorales se hace sumando los votos recortando la cantidad de habitantes del distrito y limitándola a los electores hábiles por edad y condición legal. Dentro de ese universo, el escrutinio omite tambiéna quienes no concurrieron a las urnas por propia voluntad o por su incapacidad de acercarse al cuarto oscuro. Dentro de ese planeta, todavía más pequeño, se eligen a aquellos que emiten votos positivos. Quedan apartados, como indican los reglamentos electorales, aquellos votos de efecto nulo, es decir, en blanco o impugnados, recurridos, etcétera.

    Es utópico creer que en una sociedad la representación es legítima si han opinado todos los habitantes, pero también es cierto que los dirigentes intentan siempre montar legitimidades truchas manipulando imágenes y resultados electorales.

  • Interpretación

    Esto cabe para el gobierno Kirchner que ha dicho hace pocas horas que su candidato Filmus sacó casi 40% de los votos y ha usado ese titular para afirmar, en interpretación capciosa, que el Presidente tiene ese mismo porcentaje de adhesiones.

    De paso, la elección porteña del domingo registró en la Capital Federal el porcentaje más bajo de concurrencia al voto desde 1983. Desde la que más votantes arrastró, la presidencial de 1983 que ganó Raúl Alfonsín, el distrito -como el resto del país- bajó en asistencia al voto, con un solo pico similar al de 1983, la elección en 1989 de Carlos Menem como presidente.

    Una contradicción que alarma, porque cada año que pasa las campañas electorales son más caras, más le cuestan al bolsillo de los contribuyentes y son más molestas y apabullantes sobre el público. A la luz de los resultados, ese gasto creciente no ha redundado en mejores gobiernos, lo cual explica que el electorado se aleje de las urnas.
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