14 de mayo 2008 - 00:00

Gobierno logró unir ayer en el Senado a oposición y agro

El campo en pleno se sentó en la mesa que la oposición armó ayer en el Congreso para protestar contra el gobierno: Alfredo de Angeli, de FAA de Entre Ríos; Mario Llambías, de CRA; Luciano Miguens, de la SRA (junto al moderador, el mendocino Luis Borsani), y Ulises Forte, también de FAA.
El campo en pleno se sentó en la mesa que la oposición armó ayer en el Congreso para protestar contra el gobierno: Alfredo de Angeli, de FAA de Entre Ríos; Mario Llambías, de CRA; Luciano Miguens, de la SRA (junto al moderador, el mendocino Luis Borsani), y Ulises Forte, también de FAA.
La oposición se movió ayer por primera vez en plena unidad para manifestarle al campo el apoyo en la pelea que mantiene con el gobierno. Una audiencia pública en el Salón Azul del Senado reunió a todos los bloques opositores con todas las asociaciones que nuclean al agro para debatir sobre la crisis y exigirle al oficialismo que permita la votación de una ley para derogar las retenciones móviles.

El radicalismo, la Coalición Cívica, el PRO, el socialismo y justicialistas disidentes, recibieron inclusive a algunos «agricultores autoconvocados» y se movieron como si fueran oficialismo en esa casa.

Antes, Luciano Miguens de la SRA, el presidente de Confederaciones Rurales, Mario Llambías, el vicepresidente de la Federación Agraria, Pablo Orsolini, y el dirigente Alfredo de Angeli habían desplegado una crítica uniforme contra las medidas del gobierno con protestas que sobrepasaron a la resolución que fijó las retenciones móviles. Los diputados y senadores del kirchnerismo, todos ausentes, tuvieron también lugar en la agenda de protestas.

  • Defraudados

  • «La gente de campo se sintió defraudada... con la suba en las retenciones quedó claro que le estaban sacando plata, a los gobernadores, a los intendentes y al pueblo argentino y dándosela a un funcionario de la Casa Rosada para que maneje a su antojo la chequera oficial», arrancó ayer Llambías en el salón colmado por 500 concurrentes que no desentonaron en las protestas. El lugar había sido pedido por el radical Ernesto Sanz como presidente de la bancada UCR y Julio Cobos no tuvo otra opción que otorgarlo.

    Lo siguió Pablo Orsolini atacando: «Ahora se demoniza a la soja, cuando fue la soja lo que salvó a la Argentina» y dio precisiones sobre las decisiones del matrimonio Kirchner: «Es un capricho no abrir el mercado de exportación de termoprocesados, que casi no se consume en la Argentina».

    Pero tuvo también una fuerte crítica a uno de los puntos que más duele al gobierno: la falta de inversión en los pueblos del interior que ahora protestan porque no ven volver lo que el Estado se lleva por retenciones.

    «En mi pueblo no hay cloacas. No hay gas, no hay caminos. En las escuelas públicas nosotros tenemos que pintar la aulas los sábados y domingos. Están cerrando las escuelas rurales. Es una vergüenza cuando estamos por hacer algo majestuoso como el tren bala, semejante -disculpen la palabra- pavada, un tren que va a trasladar a 400 personas por día y nosotros no tenemos un tren ni para sacar nuestros cereales al puerto», dijo Orsolini. « Señora presidente: no queremos perder la dignidad y la identidad, no se lo vamos a permitir».

    Miguens prefirió atajarse de las acusaciones de conspiración que pululan en la Casa de Gobierno: «El campo no es conspirador, por el contrario ha sido solidario, y colaboró para que los precios se mantuvieran bajos. El aumento de las retenciones fue una medida confiscatoria, a pocos días de la recolección de la soja, cuando ya había subido poco después de la siembra», siguió el jefe de la SRA.

    Con el mendocino Luis Borsani como moderador, luego tuvo la palabra De Angeli que tuvo algunos retos para el Congreso: «Hay que reconocer algunos errores, votamos algunos superpoderes y ahora estamos pagando el costo. Y no quiero pasarme acusando. No quiero que nos pase lo mismo que al Ejecutivo que se la pasa acusando. El otro día vi que en Junín hacían colectas para una escuelita, pregunté cuánto ponía el gobierno y es una vergüenza. Es un saqueo que está haciendo el gobierno a las provincias».   

  • «Resistan»

    Por el Congreso arrancó el jujeño Gerardo Morales: «Resistan», les pidió y luego atacó a los oficialistas tibios y a los obedientes: «Tiene que venir Schiaretti y tiene que poner los votos. No puede ser que Scioli, que tiene un déficit de $ 4.300 millones de pesos, mire para el costado».

    Como Luis D'Elía había amenazado antes con viajar a Gualeguaychú para enfrentar al campo, Morales le contestó: «La militarización del conflicto conduce al caos. La solución se alcanzarácuando podamos dialogary escucharnos en paz». También respondió Morales a una elegante crítica que lanzaron los hombres de campo por la falta de tratamiento de proyectos sobre el agro en Diputados: «Todos tenemos muchos proyectos, pero esto funciona como una escribanía donde se aprueba sólo lo que quiere Kirchner y ahora Cristina», les dijo Morales.

    Por el PRO, Federico Pinedo resumió: «Los motivos reales de toda esta lamentable situación son dos: el primero es que el gobierno quiere ocultar los datos negativos de su gestión, en especial el dato de la inflación. Para ocultar los números no sólo truchan los índices sino que paso a paso han ido destruyendo distintos mercados productivos: la leche, carne, trigo y ahora la soja. El segundo motivo es mantener la conducción política del país por encima de las instituciones».

    El socialista Rubén Giustiniani le pidió al gobierno «que abandone la soberbia y tozudez, y que escuche a los que trabajan y producen en la Argentina de todos los días», en un nuevo pedido de dialogo.

    Hacia el final Adolfo Rodríguez Saá resumió el dilema argentino: «El mundo carece de alimentos, y los países productores tienen una gran oportunidad.

    Brasil lo está aprovechando, mientras que la Argentina en vez de producir más estamos enfrentando una situación que nos impone un gobierno que no comprende la realidad».
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