25 de mayo 2025 - 09:55

El mensaje de la Iglesia al Gobierno en el Tedeum del 25 de Mayo: "Se está muriendo la fraternidad, la tolerancia y el respeto"

El presidente Javier Milei participó del tradicional Tedeum en la Catedral de Buenos Aires. Luego participará en la ceremonia de cambio de guardia de los Granaderos en la Plaza de Mayo.

Javier Milei participó dle Tedeum este domingo en la Catedral de Buenos Aires.

Javier Milei participó dle Tedeum este domingo en la Catedral de Buenos Aires.

El presidente Javier Milei participó este domingo en el Tedeum por el 25 de Mayo. En la tradicional ceremonia, la Iglesia dio varios mensajes, a través del arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, en el que remarcó que "venimos a pedirle a Dios que la Argentina se cure y viva", al mismo tiempo que señaló que "se está muriendo la fraternidad, la tolerancia, el respeto".

La ceremonia, que arrancó alrededor de las 9 tras la llegada de Milei junto a los ministros, la vicepresidenta Victoria Villarruel y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri.

Al llegar a la Catedral, el mandatario evitó saludar a Jorge Macri, quien quedó desairado con la mano tendida. Tampoco saludó a la vicepresidenta Villarruel, con quien no cruzó ninguna palabra en el encuentro de esta mañana.

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Arzobispo Jorge García Cuerva, en la homilía del Tedeum por el 25 de Mayo.

Arzobispo Jorge García Cuerva, en la homilía del Tedeum por el 25 de Mayo.

Javier Milei participó del Tedeum por el 25 de Mayo

El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, planteó esta mañana "cuántas generaciones más y hasta cuándo deberán reclamar por jubilaciones dignas", durante su mensaje por el Tedeum del 25 de Mayo.

"Argentina sangra en la inequidad entre los que se laburan todo y los que han vivido de los privilegios que los alejó de la calle, del transporte público y de saber cuánto valen las cosas en un supermercado. Alejados de la gente de a pie no sienten su dolor ni sus frustraciones, pero tampoco se emocionan con sus esperanzas y su esfuerzo diario por salir adelante", expresó García Cuerva ante el presidente Milei.

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Milei, en el atril de la Catedral porteña donde participó del tradicional Tedeum.

Milei, en el atril de la Catedral porteña donde participó del tradicional Tedeum.

En otro apartado del mensaje, García Cuerva advirtió que "hay quienes se burlan de Jesús" y dijo que "son los haters de aquella época, los que difaman, desprecian o critican destructivamente a una persona, entidad u obra".

"Son los que odian y justifican su desprecio; el terrorismo de las redes, como decía el papa Francisco, y hemos pasado todos los límites: la descalificación, el destrato y la difamación parecen moneda corriente", expresó García Cuerva en el Tedeum, ante el presidente Javier Milei.

En esa línea, el arzobispo de Buenos Aires enfatizó que "muchos hermanos tienen hambre de pan, incluso revolviendo basura y buscando qué comer, pero también tenemos hambre de sentido de vida y hambre de Dios".

"Nos hemos acostumbrado a comer el pan duro de la desinformación, el pan viejo de la indiferencia y la insensibilidad. Estamos empachados de panes sin sabor, fruto de la intolerencia, y el pan agrietado por el odio y la descalificación. Tenemos hambre de solidaridad, que sea capaz de abrir nuestos encierros y nuestras soledades", expresó en el Tedeum en la Catedral Metropolitana.

El mensaje completo de Jorge García Cuerva en el Tedeum del 25 de Mayo

"El mensaje que compartiré quiere ser un aporte ara todos los actores de la sociedad argentina convencidos que entre todos construimos la patria. Algunas frases puedan ser tomadas de manera aislada para querer alimentar la fragmentación, nosotros venimos a pedirle a dios que la Argentina se cure y viva, experimentamos ue se está muriendo la fraternidad, la tolerancia, el respeto. Y si se mueren esos valores, se muere un poco el futuro, las esperanzas de forjar una argentina unida, una patria de hermanos.

Años de promesas incumplidas y estafas electorales nos hicieron perder las ganas de participar, de involucrarnos, y hasta de incumplir con el deber ciudadano de ir a votar, nuestro país también sangra, tantos hermanos que sufren la marginalidad y la exclusión, tantos adolescentes que sufren víctimas del narcotráfico, personas en situación de calle, las familias que sufrieron inundaciones, personas con discapacidad.

Los jubilados merecen una vida digna con acceso a los remedios a la alimentación, muchos podrán ser tristes responsables de esta situación pero la oportunidad de resolverla es hoy. ¿Hasta cuándo deberán reclamar por jubilaciones dignas? La Argentina sangra en la inequidad entre los que se laburan todo y los que viven de privilegio que los alejó de la calle.

A pesar de que hoy nos dice que la Argentina no está muerta sino que estamos adormecidos por la indiferencia y del individualismo. Son los haters de jesus, aquellos que difaman, critican, los que odian y justifican su desprecio, el terrorismo de las redes. Hemos pasado todos los límites: la descalificación, la agresión constante, la difamación parecen moneda corriente.

No podemos construir una nación desde la guerra entre nosotros, todo acto de violencia es condenable y quiebra el tejido social. El que tengo al lado es un hermano, no un enemigo ni un ser despreciable a vencer.

Hoy quisiéramos que volviéramos allí nuestra mirada e imaginemos el abrazo que nos debemos los argentinos, el abrazo que negamos al que piensa distinto o al que tiene otras costumbres o modos de vivir.

Argentina levántate, ponete de pie, vos podés. Basta de arrastrarnos en las descalificaciones y la violencia. Es hora de ponerse de pie, unidos, no a los empujones en un "sálvese quien pueda", es con todos, mirándonos a la cara porque nuestras decisiones y políticas públicas tienen que tener rostros completos, historias que nos tienen que conmover.

Muchos hermanos tienen hambre de pan pero todos tenemos hambre de sentido de vida, porque nos hemos acostumbrado a comer el pan duro de la desinformación, el pan viejo de la violencia y la insensibilidad.

Tenemos hambre de solidaridad, de fraternidad, para que la indiferencia, el descrédito y la descalificación no llene nuestras mesas. Tenemos hambre de esperanza capaz de despertar la ternura y sensibilizar la transformación abriendo el camino de la ternura. Todos tienen un papel en la construcción de una sociedad integrada y reconciliada.

La situación actual no permite meros observadores de las luchas ajenas, es un firme llamado a la responsabilidad personal y social. Las nuevas generaciones merecen que les dejemos un país consolidado, un país reconciliado, con nuevos horizontes. No los defraudemos".

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