La Libertad Avanza pretende unificar por ley las elecciones de CABA con Nación para bajar gasto y ausentismo

La presidenta del bloque libertario, Pilar Ramírez, impulsa un proyecto para suprimir la facultad del Ejecutivo de separar la fecha de los comicios locales de los nacionales.

Pilar Ramírez, jefa del bloque de LLA en la Legislatura porteña. 

Pilar Ramírez, jefa del bloque de LLA en la Legislatura porteña. 

La Libertad Avanza (LLA) presentó un proyecto en la Legislatura porteña para modificar el Código Electoral de la Ciudad de Buenos Aires con el objetivo de suprimir la facultad que actualmente tiene el jefe de Gobierno de decretar eventuales desdoblamientos de elecciones. La iniciativa presentada por la jefa de bloque, Pilar Ramírez, promete generar una nueva disputa con el oficialismo y con otros espacios opositores.

La victoria en las elecciones de mayo envalentonó a LLA, que salió a la ofensiva para disputar el centro de la agenda legislativa con una iniciativa que acompaña la línea del presidente Javier Milei: reducir los costos operativos, es decir, el gasto público, para optimizar los recursos de las arcas porteñas.

El proyecto que ingresó al Palacio Legislativo en los últimos días propone reformular dos artículos de la ley Electoral vigente para que, a futuro, los comicios locales se realicen en paralelo a la contienda nacional, lo cual, en la práctica, implicaría quitarle la potestad al Ejecutivo porteño de separar las elecciones a discreción, una facultad de la que hizo uso Jorge Macri este año para adelantar la convocatoria a las urnas para mayo.

La Libertad Avanza proponen suprimir la facultad del Ejecutivo para desdoblar elecciones en CABA

El texto redactado por Ramírez dispone la modificación del artículo 58 de la ley 6031, el cual actualmente indica que las elecciones generales “se celebran con una antelación no menor a cuarenta (40) días corridos previos a la finalización del mandato de las autoridades salientes ni mayor a doscientos veinticinco (225) días de dicha fecha”. La nueva redacción propone que las generales y el balotaje se celebren "en la misma fecha que las elecciones nacionales”.

Además, propone reescribir el artículo 60, que en su redacción actual indica que el Ejecutivo "podrá, en el decreto de convocatoria a elección de cargos locales, adherir al régimen de simultaneidad de elecciones (...)" que estipulan las leyes nacionales. El proyecto suprime la voluntad del Poder Ejecutivo al plantear que "deberá adherir al régimen de simultaneidad o concurrencia previsto en la Ley Nacional Nº 15.262 o en aquella que en un futuro la reemplace (...)".

Desde el entorno de la legisladora porteña plantearon a Ámbito que el objetivo del proyecto "es poner, de una vez por todas, reglas claras" para que la fecha de elecciones "deje de modificarse por capricho y el oportunismo del poder político de turno". "Hay que dejar de hacer que la gente tenga que ir a votar mil veces por año y evitar el despilfarro de recursos", enfatizaron.

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Además consideraron que el acoplamiento electoral es también "una cuestión ética", en tiempos en que el crecimiento de la representatividad de los libertarios pone en discusión el rol del Estado y el cobro de impuestos. "Que los problemas de los políticos los resuelvan los políticos sin usar la plata que la gente genera con su esfuerzo", remarcaron.

Entre los argumentos que esgrime Ramírez en los considerandos del proyecto también señala que la unificación "no solo reduce significativamente los costos operativos", sino que "previene prácticas que puedan influenciar al electorado maliciosamente en beneficio de quienes tienen en manos el poder". Asimismo, asegura que permitiría reducir el malestar que genera el desdoblamiento, de manera que se combatiría el ausentismo, una problemática que creció en las últimas elecciones.

Teniendo en cuenta que los comicios legislativos porteños se llevaron a cabo el mes pasado, el proyecto enfoca la mira en las elecciones del 2027 en las que el alcalde PRO y el presidente Javier Milei, hoy distanciados, pondrán en juego la posibilidad de reelegir. La Legislatura tendrá dos años para discutir la iniciativa de Ramírez, pero no sería la única en términos electorales. También volverán a aparecer en escena las PASO, suspendidas en febrero por única vez para los comicios de este año.

Una reforma electoral en tiempos de cambios en la Legislatura

La iniciativa, que al tratarse de una reforma electoral requeriría de un mínimo de 40 votos, promete generar debate entre los bloques que integran la Legislatura de la Ciudad. Desde la bancada de la Unión Cívica Radical (UCR), el legislador Francisco Loupias puso reparos al proyecto ya que, al unificar las elecciones, las problemáticas locales podrían verse solapadas por cuestiones nacionales. "Recientemente estuvimos a favor del desdoblamiento porque entendemos que de esa forma es más sencillo y lógico que se discutan los temas de Ciudad", explicó.

De todas maneras, reconoció que en las recientes elecciones legislativas la campaña "se nacionalizó", aunque aclaró que se debió principalmente a la participación de candidatos provenientes de la escena nacional. Si bien resaltó la importancia de que la discusión se enfoque en las demandas de los porteños, Loupias dejó abierta la posibilidad de debatir cambios. "Nuestra postura sobre el desdoblamiento es que fue una buena decisión, pero desde ya que siempre estamos dispuestos a debatir posibles modificaciones", remarcó.

Sin embargo, puntualizó que el Código Electoral de la Ciudad "reconoce el derecho de la Ciudad a organizar sus propios comicios y fijar la fecha de sus elecciones forma parte de esa autonomía política y electoral". Por lo cual, unificar las elecciones "no solo debilita nuestra identidad institucional, sino que también erosiona la autonomía, subordinando sus prioridades locales a estrategias nacionales que muchas veces poco tienen que ver con las necesidades de los vecinos".

En el bloque de Unión por la Patria -primera minoría en la Legislatura- consideran que el proyecto presentado por Ramírez por el momento no está en la agenda, entre otras cosas, porque tienen por delante el tratamiento de iniciativas que ya están en comisión y que revisten más importancia que un cambio a la ley electoral, cuando restan dos años para que se vuelva a convocar a las urnas para votar cargos legislativos porteños.

"Hay otras prioridades para discutir ahora antes que el calendario electoral", señalaron a este medio desde la bancada que preside Claudia Neira, en referencia a proyectos que apuntan a bajar la carga impositiva de los contribuyentes o que están vinculados al combate de la inseguridad, las deficiencias en la higiene urbana y a mejorar el transporte público, por mencionar algunos.

Así las cosas, sin los 18 votos que actualmente reúne el peronismo, se hace difícil imaginar un escenario en que la reforma electoral pueda avanzar. Más aún si se tiene en cuenta que a partir de diciembre el bloque del PJ sumará dos bancas más, con lo cual llegará a 20 integrantes. Pese a que la bancada de LLA también crecerá en el recinto (de 8 a 14), todo hace prever que necesitaría del apoyo justicialista para que la iniciativa impulsada por Ramírez vea la luz.

En el oficialismo PRO no respondieron consultas de este medio sobre el proyecto, aunque es de esperar que no se acompañe un eventual tratamiento en el recinto teniendo en cuenta que Jorge Macri ha hecho uso recientemente de las facultades que le otorga el Código Electoral de desdoblar las elecciones para centrar la discusión en la agenda porteña, pese a no lograr el efecto deseado.

Además, el Ejecutivo tiene también otras prioridades en la Legislatura. El objetivo del bloque que conduce Darío Nieto es avanzar con proyectos pendientes como la simplificación de trámites para pymes y contribuyentes y la eliminación de Ingresos Brutos para trabajadores no profesionales. También está en carpeta, a la espera de un posible debate, el texto que propone crear un Servicio Penitenciario propio, la ley "anti trapitos" y el proyecto "Rompe Paga".

Pese a las dificultades que se le presenta al bloque libertario para juntar los votos necesarios, el proyecto de Ramírez promete abrir una nueva discusión con el oficialismo, peronistas, radicales y demás miembros de la Legislatura entorno a la eficiencia en el uso de los recursos públicos por parte del Ejecutivo porteño, la posible reducción del ausentismo que supondría la unificación y la eventual pérdida de la capacidad autonómica de CABA de fijar a voluntad la fecha de sus propios comicios, en caso de la aprobación del texto.

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