9 de septiembre 2008 - 00:00

''Más droga pasa, más droga queda''

El triple asesinato de General Rodríguez -evidencia de que carteles mexicanos de droga se estaban abasteciendo aquí de precursores químicos como la efedrina- confirma la creciente presencia del narcotráfico en nuestro país. El gobierno se ha mostrado hasta ahora poco reactivo ante el problema, paralizado, entre otras cosas, por las discrepancias entre los organismos estatales que deben actuar en la prevención y represión de esos delitos, al punto que fue noticia la aparición conjunta del ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, y el titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico ( Sedronar), José Granero, en el anuncio oficial de que, en adelante, sólo podrán importar efedrina los laboratorios que puedan justificar ante la ANMAT un uso medicinal de la misma. En diálogo con Ambito Financiero, la senadora por la provincia de Salta, Sonia Escudero (Partido Justicialista-Frente para la Victoria), presidenta de la Comisión de Seguridad Interior y Narcotráfico de la Cámara alta, señala que ha contado siempre con la cooperación de la Sedronar, pero se mostró desconcertada por la tenacidad con la cual el gobierno se ha opuesto a dos proyectos clave que ella impulsó: el registro de empresas que venden precursores químicos -ya es ley-y una reforma de la ley de drogas que tiene media sanción del Senado.

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La senadora peronista por Salta Sonia Escudero salió a cruzar al gobierno nacional por la puja entre funcionarios de diversas áreas sobre cómo abordar el problema del narcotráfico y las adicciones.
Periodista: ¿Cómo analiza los últimos casosde narcotráfico en nuestro país?

Sonia Escudero: Con mucha inquietud. La misma que, desde el año 2002, nos llevó a trabajar en la creación del registro de precursores químicos para controlar a las empresas que los fabrican o comercializan. En 2005 se sancionó la ley y Aníbal Fernández, en ese momento ministro del Interior, impulsaba su veto, argumentando que no hacía falta. Yo le solicité al entonces presidente Néstor Kirchner que no la vetase y la ley fue promulgada. Se creó un registro en el ámbito de la Sedronar y otro en Salta, provincia crítica. El trabajo de la secretaría fue excelente: logró que siete mil empresas se registrasen.

P.: ¿En qué consiste la reforma de la ley de droga que usted propició y que ya tiene media sanción del Senado?

S.E.: El doctor (José) Granero nos venía planteando la existencia de un gran margen de empresas que no pasan por el registro y que nuestra ley de drogas no era clara en cuanto al desvío de precursores químicos para la fabricación de estupefacientes. Hace años que hay gente vendiendo precursores químicos a Bolivia, por ejemplo, pero como son sustancias legales, no se consideran incursos en ningún delito. Por eso decidimos modificar la ley de drogas creando el delito de desvío de precursores a la fabricación de estupefacientes. En la ley de drogas actual, el único artículo que habla de químicos tiene una pena muy leve de inhabilitación solamente para quien los introduzcan sin autorización a zonas de frontera. Nosotros modificamos ese artículo, estableciendo penas de 2 a 8 años al que desvíe precursores químicos a la fabricación de drogas. Se aprobó en el Senado y entonces nuevamente el ministro Aníbal Fernández mandó una nota a los diputados pidiendo que no aprueben el proyecto.

P.: ¿No es contradictoria esta oposición con la decisión de limitar la importación de efedrina?

S.E.: Sí, yo realmente no entiendo la posición del gobierno. Y me preocupa que no quiera aceptar que en la Argentina tenemos un problema, que no es sólo un lugar de paso. Más droga pasa, más droga queda. Por la frontera norte, pasan cargamentos de champú, que en realidad contienen éter, o de gaseosa, que tienen acetona. Eso no es ingenuidad ni pensamiento. Si en México la efedrina está prohibida y desde la Argentina se la está mandando disfrazada de azúcar, ¿eso es un pensamiento? De todos modos, en el mismo artículo establecemos una pena de inhabilitación temporal para quien permite el desvío por negligencia. La pena de prisión es para el delito doloso, para el que sabe que el producto será desviado.

Entrevista de Claudia Peiró

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