Militares argentinos, en emergencia de Haití

En este helicóptero Bell de la Fuerza Aérea sobrevoló el viernes el «virrey» de la ONU para Haití, Heidi Annabi, la zona de desastre tras el paso del ciclón Hanna que castigó ese país y especialmente al asentamiento de Cascos Azules argentinos que prestan ayuda en el lugar.

Como sucedió en 2004 con el huracán Jeanne,los Cascos Azules del Batallón Conjunto-Argentino Haití IX, sufrieron la pérdida de materiales y equipamiento personal del cuartel en Gonaives, a raíz del ciclón Hanna que llegó al Caribe precedido del huracán Gustav. Las pérdidas de equipo no tuvieron la gravedad de aquel año -más de 70 por ciento del equipo militar había sido sepultado bajo el lodo-, ahora las paredes de bloques de hormigón que rodean el emplazamiento criollo soportaron la fuerza de las aguas descendentes. La correntada llegó de noche, sorprendió a los militares pero reaccionaron a tiempo. La peor parte la llevaron los empobrecidos habitantes de la ciudad, más de 300 mil almas sin hogar, ni refugio, la única solución para escapar de la inundación fueron los techos de las pocas viviendas en pie y el del hospital central de Gonaives. A tan sólo quince días de su despliegue los 498 soldados del noveno contingente que integran la Misión de Estabilización de Naciones Unidas para Haití (Minustah, acrónimo en inglés) ejecutaron las primeras operaciones reales de ayuda humanitaria tantas veces practicadas en el Centro de Adiestramiento para Operaciones de Paz (Caecopaz).

El sábado por la mañana, el representante especial del secretario general de la ONU para Haití, Heidi Annabi, sobrevoló la zona devastada en un helicóptero Bell 212 de la Fuerza Aérea Argentina. Dos de esos aparatos, recientemente inspeccionados en Puerto Rico, son los protagonistas de la hora, pues la inundación no cesa y sólo se pueden efectuar operaciones de rescate y evacuación con ese tipo aeronave que permanece «colgada» (suspendida) en el aire. El hospital móvil de la Fuerza Aérea, ubicado en Puerto Príncipe, está en permanente vigilia para tratar a los refugiados, el comodoro Alejandro Alonso está a cargo de la unidad sanitaria, mientras que el teniente coronel Ricardo Secotaro, jefe del Batallón Conjunto, dirige las operaciones de evacuación en tierra. Participaron del mismo operativo de evacuación, helicópteros UH-1H y Puma del Grupo Aéreo de Chile que se desplazaron desde el aeropuerto internacional de Puerto Príncipe.

Limitación

El problema es dónde alojar a miles de personas que deambulan sin casa ni comida. El clima es una limitación para el vuelo seguro, los helicópteros Bell 212 soportaron fuertes vientos cruzados de 185 kilómetros por hora y lluvias intensas, y su capacidad de transporte es de 8 a 10 personas por viaje.

El recuerdo de la tormenta tropical Jeanne, con un saldo de 3.000 muertos en 2004 desvela a los coordinadores de las operaciones de rescate, temen una reedición de ese acontecimiento letal cuando llegue el huracán Ike. Los meteorólogos advirtieron al Comando de Cascos Azules de la Minustah que se trata de una tormenta categoría 4, «extremadamente peligrosa».

Desde Bolivia -asistió a una reunión bilateralel- titular del Estado Mayor Conjunto (EMC), brigadier general Jorge Chevalier, máximo responsable operativo de los Cascos Azules, siguió las maniobras de rescate del Grupo Aéreo basado en Haití.

El encuentro con su par boliviano, general Luis Trigo Antelo, se desarrolló en la ciudad de Tarija durante tres días. La tarea principal fue programar el segundo ejercicio denominado «MASI 2009», cuyo objetivo es entrenar tropas de los dos países para cumplir misiones humanitarias ante catástrofes naturales. También se analizó el apoyo humanitario que la Argentina brindó a Bolivia en febrero último, durante las inundaciones sufridas en el departamento del Beni. La coincidencia entre la realidad de la catástrofe en Haití y la simulación de entrenamientopropuesta por Chevalier llevó a algunos militares supersticiosos a buscar protección ante malos efluvios, no sea que el aura negativa del alto jefe contamine los ascensos de fin de año.

Cazadores de los Andes

Los uniformados pusieron a prueba las capacidades del nuevo camión 4x4 Mercedes-Benz 1720-A para vadear terrenos anegados, fueron adquiridos por el Plan de Equipamiento Conjunto. Esos vehículos se utilizaron al principio de la emergencia para socorrer habitantes y distribuir alimentos y agua, aunque luego dejaron de circular por la altura de las aguas desbordadas de ríos. En su mayor parte, los Cascos Azules recién llegados a Puerto Príncipe pertenecen al regimiento de Infantería de montaña 16 denominado «Cazadores de los Andes», basado en la localidad mendocina de Uspallata. Tienen experiencia en lidiar con los estragos que hacen las aguas que bajan de pendientes pronunciadas y los aludes de barro. Lamentaron la demora del Estado Mayor Conjunto (EMC) en adquirir cuatro vehículos blindados a rueda 6x6 de transporte de personal que hubieran sido adecuados para las condiciones del terreno anegadizo de Gonaives. El clima de sospechas generado por la denuncia del Ministerio de Defensa sobre la presunta corrupción en todo el sistema de adquisiciones castrenses impactó en las gestiones del EMC. La operación se realiza mediante la licitación pública internacional N° 18/2008. A requerimiento del EMC, Norinco, única empresa oferente, presentó el 25 de junio pasado, una propuesta económica mejorada en la que redujo el precio por los cuatro vehículos de 3.1 millones de dólares a 2.6 millones. La oferta tiene validez por 120 días contados a partir del 22 de mayo de 2008. El Ejército Argentino (que será el operador de los vehículos) preseleccionó el modelo WMZ-551B1, que es de rango intermedio en la escala de precios.