Duhalde negó ayer que trabaje con el líder de Compromiso para el Cambio, Mauricio Macri, de cara a las elecciones legislativas de 2005 al señalar que el empresario «es un hombre de centroderecha, no justicialista». Es lógico que Duhalde haya agregado a la condición de «no justicialista» el calificativo de «centroderecha» para la segregación de Macri: desde el viernes, en Atlanta, el ex presidente se abrazó a las banderas de la izquierda con tal de aparecer como un líder de un ultraoficialismo. Fue una aclaración oportuna la de Duhalde: la hizo la tarde en que Macri llegó a Lanús para realizar un acto en favor de su fuerza, Compromiso para el Cambio, en el corazón del conurbano sur. Lanús es una tierra difícil hoy para el duhaldismo: su caudillo tradicional, Manuel Quindimil, fue discriminado de la nueva conducción diseñada la semana pasada.
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Quindimil mantuvo una entrevista personal con Macri una vez que se enteró de que no estaría en la cúpula del PJ provincial, que presidió en representación de Duhalde hasta hace poco.
A pesar de estos detalles, la desvinculación de Macri sorprendió a algunos íntimos de Duhalde: es que a ellos el caudillo de Lomas les había jurado, hace apenas un mes, que «ya lo tengo a Macri como primero en la lista de diputados; podría haber ido como segundo de Chiche en la fórmula de senadores pero a él le pareció poco». Bastó posdatar una visita de Macri a Montevideo en compañía de Ramón Puerta para que las páginas del monopolio «Clarín» se ilustraran con esta operación. Tal vez fue esa nota que exhibió al presidente de Boca como una variable más del paralelogramo duhaldista la que volcó, en definitiva, a Compromiso para el Cambio en contra de Duhalde.
• Contradicciones
Las incoherencias del ex presidente en sus manifestaciones políticas suelen ser divertidas. Para una alianza 2005 la condición de «centroderecha no justicialista» parece ser un impedimento. Sin embargo, no lo fue para la competencia contra Aníbal Ibarra/Néstor Kirchner el año pasado: en esa oportunidad, todo el duhaldismo (Eduardo Camaño, Eduardo Rollano, Miguel Angel Toma, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Jorge Argüello y siguen las firmas) se encolumnó detrás de Macri y consiguió bancas gracias a su performance porteña. Una prueba de esa amistad la brindó la comida de festejo por los 10 años de la Fundación Sophia, el lunes por la noche. En esa ocasión, el vicepresidente de Compromiso para el Cambio y fundador de la fundación, Horacio Rodríguez Larreta (h), fue agasajado por duhaldistas de ambos lados del Riachuelo, que, además, aplaudieron a Macri, orador de la reunión a la que asistieron 450 personas.
A pesar de todo esto, Duhalde tomó distancia de Macri y señaló que «es un hombre de centroderecha no justicialista y yo trabajo, como lo hice siempre, para el justicialismo». Sin embargo, la buena sintonía entre Macri y Duhalde se mantuvo tal punto que el vínculo con el duhaldismo impide que el empresario cierre un acuerdo con Ricardo López Murphy. En efecto, el economista aduce que todo el desembarco macrista en la provincia no es nada más que una maniobra de Duhalde para dividir a la oposición al PJ bonaerense.
En cambio, Duhalde señaló que respeta a Macri como a todo aquel que trabaja con decoro así como «ignoro» y «ni siquiera me refiero» a algunos otros que «abrazan la vieja política del enfrentamiento, la calumnia y la injuria». ¿A quién se referiría? ¿A Elisa Carrió, que tanto lo fustiga? ¿O a López Murphy, que acumula carpetas con información sobre la situación del Banco Provincia durante las gestiones duhaldistas?
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