Oposición convoca audiencia para denunciar subsidios
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La rebelión del Congreso contra el sistema de control de los fideicomisos no es nueva. En 2005 los radicales Miriam Curletti y Ernesto Sanz presentaron un proyecto de marco regulatorio de los fondos fiduciarios; el chubutense Norberto Massoni hizo lo mismo en 2006, y un oficialista, Marcelo Guinle, también de Chubut, presentó su propio proyecto. Ninguno de ellos llegó a tratarse. Hasta un oficialista, Oscar Lamberto, llegó a decir en un debate en abril de 2005: «Los fondos fiduciarios pueden ser una asignación racional de recursos o un verdadero disparate por su falta de control».
Yendo más atrás en el tiempo, una de las primeras regulaciones para los fondos fiduciarios estatales se introdujo recién en el Presupuesto nacional 2002, el primero que el Congreso le aprobó a Eduardo Duhalde.
Hasta ese momento, y desde que Domingo Cavallo comenzó a utilizar los fiduciarios como herramienta pública de financiamiento, éstos se regían por la ley aplicable a los fideicomisos privados.
En el caso de los fideicomisos del transporte, la situación es más complicada aun porque desde allí se distribuyen los subsidios a los distintos sectores. Es especialmente sobre este punto que la oposición del Congreso quiere debatir.
Ayer los radicales Sanz y Gerardo Morales dieron una muestra de lo que puede ser esa discusión: presentaron un pedido de informes al Poder Ejecutivo sobre los « viajes realizados por la comitiva presidencial en los últimos dos años».
Quieren saber la cantidad y duración de los mismos, períodos, horas de vuelo, escalas, propósitos y correspondientes destinos; plan de vuelo de cada uno; integración completa de las respectivas comitivas y funcionarios públicos que viajaron, y totales de gastos de movilidad, mantenimiento, catering y otros servicios ocasionados a raíz de estos viajes, con las correspondientes rendiciones de cuentas.
No están interesados, en realidad, en los costos de operación del avión presidencial, tema que nada tiene que ver con subsidios o fiduciarios, sino en los nombres de los empresarios que alguna vez frecuentaron la aeronave oficial. Y en particular un pasajero, el ex concesionario de los ferrocarriles Roca y Belgrano Sur: «El Presidente y los ministros disfrutan de llevar invitados en el Tango 01. Bueno sería que nos contaran a quiénes invitan y cuánto se gasta en cada viaje. Conocemos que, por ejemplo, el empresario Sergio Taselli ha hecho al menos dos viajes», explicó Morales. «Es un hombre que ha compartido viajes con el ministro Julio De Vido en el avión presidencial, a quien se le rescinde el contrato pero no se le pide rendición de cuentas de la plata que recibió para gestionar las empresas concesionadas.»
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