8 de octubre 2007 - 00:00

Oposición desafía al PJ de Matanza

Un ex asesor de Néstor Kirchner, una locutora que se declaró «ganadora» por un rato y la taquillera marca Macri, todo combinado detrás de la candidatura de Francisco de Narváez, forman parte de la receta opositora para hacer pie en la emblemática La Matanza.

Con Rubén Ledesma como candidato a alcalde, hasta hace tres semanas militante del kirchnerismo -era, de hecho, asesor presidencial-, Pinky y la presencia sistemática de De Narváez y los Macri, Mauricio y Jorge, ese distrito es una de las apuestas más pretenciosas de la oposición.

Nadie, aclaran, sueña con un batacazo. Pero el ensamble Unión-PRO que junta a De Narváez y el macrismo, al que Ledesma se plegó con el último tren, se aventura al desafío de enfrentar al kirchnerismo en el dominio de Alberto Balestrini, uno de los pilares del armado K. La fórmula a la gobernación que comparten el empresario y «el primo Jorge» visita al menos dos veces por semana el distrito en el que, en 2004, Ledesma consiguió más de 20% de los votos en la interna del PJ, en una cruzada desigual contra Balestrini.

Se programa, además, una -o dos- aparición de Mauricio Macri que en La Matanza, como en buena parte del conurbano, cosecha altos niveles de adhesión. Detalle: el jefe de Gobierno electo hasta llega a superar en «buena imagen» a la propia Cristina Fernández.

En las mediciones que maneja el gobierno, la candidata oficial oscila entre 45 y 50% de los votos en el distrito que por su dimensión es considerada la «sexta provincia» del país. Daniel Scioli, el candidato a gobernador, aparece unos puntos arriba de la senadora.

El kirchnerismo, a simple vista, no corre el mínimo riesgo. Pero la apuesta de De Narváez y Macri es tratar de hacer pie en un territorio híperpoblado, con alrededor de 800 mil votos, donde una performance rescatable marcaría la diferencia sobre los demás opositores.

El esquema de Unión-Pro se trata de sostener, en parte, en sectores del peronismo díscolo y, en La Matanza, de la mano de Ledesma lograron la base más sólida. De algún modo, del éxito de la táctica en ese distrito, depende que De Narváez pueda quedar segundo detrás de Scioli.

«Estamos bien en la zona norte y oeste del conurbano por el perfil del votante, y en La Matanza juntamos lo que aportan Ledesma y Pinky, con el plus que suma el apellido Macri» explicó uno de los estrategas del sector de De Narváez.

  • Aspiración

    A su vez, el kirchnerismo aspira a lograr en La Matanza un triunfo contundente que despeje cualquier sospecha de que Cristina tenga que enfrentar un ballottage.

    Hay, además, una pulseada personal de Balestrini: fue el soporte de la rebelión K contra Eduardo Duhalde en 2005, el presidente de la Cámara baja y ahora candidato a vicegobernador, «blindó» su distrito de cualquier intromisión propia o extraña.

    Para eso, «degolló» a Ledesma y al piquetero Jorge Ceballos que pretendían ser candidatos vía colectoras del Frente para la Victoria. La consecuencia fue el salto del sindicalista a la entente opositora de De Narváez y que Ceballos se vaya, con un portazo, del gobierno.

    Balestrini logró lo que pocos y lo consiguió a los gritos: hasta se peleó -como lo contó este diario- con Cristina de Kirchner quien intercedió para convencerlo de que acepte que Ceballos pueda llevar una colectora en La Matanza.
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