13 de julio 2006 - 00:00

Otra "gema" para De Vido: Puerto Madero

Un recortedel paisajeque leofrecen aAdelmoGabbi paraadministraren nombrede Julio DeVido. Sucompetenciapodríaextendersehacia todala CostaneraNorte.
Un recorte del paisaje que le ofrecen a Adelmo Gabbi para administrar en nombre de Julio De Vido. Su competencia podría extenderse hacia toda la Costanera Norte.
Jorge Telerman tendrá, según dicen, sus acuerdos con Carlos Zannini. Y Alberto Fernández será, como a veces le dice Néstor Kirchner en tono de broma, «el jefe de Gabinete de la Ciudad de Buenos Aires». Pero para lo que tiene que ver con Infraestructura y, por decirlo en términos yrigoyenianos, «las efectividades conducentes», el hombre de la Casa Rosada para la Capital Federal sigue siendo Julio De Vido.

Como si fuera un pac-man, el ministro está a punto de engullir otra pieza. Nada menos que la Corporación Antiguo Puerto Madero, una de las parcelas más apetecibles de la administración urbana. Se trata del organismo encargado de administrar la urbanización de la Ciudad junto al río (precisamente el barrio conocido como Puerto Madero), en cuyo comando conviven el Gobierno porteño y el poder central.

De Vido se prepara para designar al frentede la entidad a Adelmo Gabbi, acaso uno de sus asesores más influyentes y discretos. Ex presidente de la Bolsa de Comercio, Gabbi ganó popularidad en Nueva York, cuando en una reunión de empresarios y a pedido del cónsul Héctor Timerman, quien le pidió una caracterización de la situación nacional, predicó: «La Argentina perdió mucho tiempo por no ir al cuadro de honor del colegio Guadalupe. Si lo hubiéramos hecho, habríamos descubierto allí a un hombre de los quilates de Julio De Vido».

Ahora Gabbi es el candidato más firme a ocupar el «cuadro de honor» de Puerto Madero, después de que se examinó su currículumcomo eventual representante del Estado en Aerolíneas Argentinas. Como si la escasez de recursos humanos no fuera sólo una nota central de la administración Kirchner, sino que afectara también a los distintos ministros.

Lo que importa, más allá de este anecdotario, es que con Gabbi -o con quien ocupe la presidencia de la entidad si él se niega a aceptarla- se producirá un realineamiento importante en el juego de fuerzas local en una entidad «estratégica», encargada de programar el desarrollo urbano y la comercialización de tierras y, acaso, destinada a incorporar a su competencia la franja que se extiende por la Costanera Norte hasta el Aeroparque Metropolitano.

  • Traslados

    La Corporación había sido presidida hastahace pocas semanas por el arquitecto Eduardo Ricciuti, quien pasó a prestar servicios en la cartera de De Vido.

    Simultáneamente, se incorporó como director por la Ciudad el ex legislador Jorge Giorno, quien había llegado a la Legislatura como un espécimen raro: ibarrista-menemista. Salió de allí con otra morfología: ahora parece reportar al ministro de Producción de Telerman, Enrique Rodríguez.

    De Vido instruyó a su subsecretario de Coordinación, Roberto Baratta, para que deje en suspenso a los tres directores del Estado nacional: Alfredo Porras (un sobreviviente de otra era geológica, la que dominaba Eduardo Bauzá), José María Ugarte (ligado a Aníbal Ibarra) y José Scioli, nada menos que hermano del vicepresidente de la Nación.

    Porras será quien deje su lugar al nuevo representante de De Vido, presumiblemente Gabbi. Es lógico, no tiene quien lo llore. Scioli, en cambio, está en una especie de limbo: depende de que su hermano Daniel sepa comprender que el reino porteño no obedece sólo a Alberto Fernández, sino que también el ministro de Infraestructura tiene pretensiones en el área (hay quienes, agresivamente, se lo quieren hacer comprender desde las paredes de la Ciudad, con un mensaje dañino: «Con Scioli perdemos de nuevo. PJ. Frente para la Victoria»). Tal vez los almuerzos que compartió con De Vido hagan que el vicepresidente llegue a un acuerdo y la permanencia de su hermano se asegure (aunque éste podría contar con avalistas más cercanosa Kirchner de lo que se supone). Ugarte tendría, en cambio, padrinos tan eclécticos como los de Giorno: además de amigo de Macri, tiene un trato especial con el hombre clave de la gestión porteña en materia de obras y servicios públicos, el arquitecto Raúl Kalinsky, jefe de Gabinete de la ciudad de Salta.

    El otro director porteño que permanecerá en el directorio, aun después de sus enfrentamientos con el propio Baratta, es Bruno Screnci Silva. Igual que Carlos Sa, quien acaba de reemplazar a Juan Manuel Olmos, preservando la butaca que, da la impresión, tiene escriturada el titular del sindicato de encargados de edificios, Víctor Santa María.
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