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Lo que sí estaba claro es que Macri no insistirá con el traspaso de la Policía ni con la transferencia de agentes y fondos, pelea que perdió ya ante Alberto Fernández, aunque el Gobierno de la Ciudad diga que será materia de reclamo.
«La agenda es abierta», dijeron los funcionarios cercanos a Massa, quienes ayer lo asistieron en actividades domésticas en la Casa de Gobierno, donde mantuvo intercambios con Oscar Parrilli y otros inquilinos de la Rosada, como suelen hacer los nuevos empleados.
Lo que más preocupa a Macri ya no es contar con fuerza de seguridad propia, sino que el gobierno de Cristina de Kirchner no le niegue asistencia en obras públicas con las que intenta hacer lucir su gestión. Ha prometido kilómetros de subtes por año y aún no ha lanzado una sola licitación de nuevos tramos, para lo cual la Legislatura porteña ya le aceptó que endeude al distrito por u$s 2.500 millones, de los cuales 500 serían un aporte de Nación y 1.500 un préstamo del BID que requiere aval de la Casa Rosada.
Es más, el Gobierno de la Ciudad le adjudica al gobierno nacional la demora en la terminaciónde dos estaciones de la línea B, que corre por la avenida Corrientes y luego Triunvirato, que ya había comenzado la gestión de Aníbal Ibarra y que debían estar inauguradas este año, pero se demorarían dos años más.
También quiere Macri que se concrete la autopista ribereña, que formará parte del anillo vial diseñado para aliviar el paso de quienes atraviesan la Ciudad. No podrá quejarse, en cambio, de los permisos de endeudamiento que ha pedido ni de las leyes que ha solicitado, porque hasta ahora ninguna le fue trabada por el kirchnerismo, que le viene facilitando todas las normas.
El acuerdo en los temas a tratar en la reunión demoraba fijar el día y la hora del encuentro. Massa tiene por ahora una corta lista de entrevistados a los que irá recibiendo esta semana. Ya se ha comunicado con Hermes Binner, pero la entrevista se realizará cuando el santafesino recale en Buenos Aires, lo que se estima ocurriría el jueves próximo.
En cambio mañana, Massa tiene previsto recibir a Mario Das Neves, quien se ha pronunciado esta semana acerca de lo que piensa proponer ante los representantes del gobierno de Cristina de Kirchner. Insistirá con temas de pesca: «Hay que estar encima y esto yo se lo he expresado a Sergio (Massa) al día siguiente de que asumió».
El gobernador de Chubut también planteará el problema de los hidrocarburos, aunque dijo que «empezó a destrabarse», en relación con las retenciones que consideró «trajeron un perjuicio muy importante a las operadoras y, por lo tanto, a más de 500 empresas de servicios de Comodoro».
Después, Massa se entrevistará con Daniel Scioli y con José Luis Gioja, citas que la oficina del jefe de Gabinete considera que serán «más distendidas» que la que se llevará a cabo con Macri -quien se encolumnó detrás de los reclamos del campo durante el conflicto y criticó a Cristina de Kirchner, inclusive reclamando la renuncia de Guillermo Moreno- y con Binner, quien también durante la crisis profundizó su distancia con el gobierno de los Kirchner.
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