Terragno-Gil Lavedra, fórmula UCR en Capital para octubre
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Rodolfo Terragno
Tanto los radicales R como los radicales macristas desconfían de la convocatoria de Jesús Rodríguez a internas en la Capital, donde se elegirán los cargos partidarios y las candidaturas nacionales, de ahí la cumbre del Palacio de la Papa Frita.
Desde que Raúl Alfonsín le pidió a Rodríguez la declaración de libertad de acción para los votantes radicales en la segunda vuelta porteña, con el fin de abrazar a Mauricio Macri y alejarse del kirchnerismo, otros radicales que se consideran «puros», como Nito Artaza, de Pensamiento y Acción, comenzaron a denunciar la existencia de negociaciones previas a la interna para entregar la conducción de la UCR a dirigentes ligados al macrismo.
La decisión tomada ayer por la conducción de la UCR local no parece convalidar esa idea, aunque dentro de la JR haya opiniones divididas sobre el voto del próximo domingo.
Los radicales macristas, mientras tanto, reclaman que la conducción del distrito «cumpla con todos los pasos previstos por la carta orgánica» para convocar a las elecciones internas del 15 de julio. Inclusiveya enviaron telegramas al comité Capital pidiendo se confirme la convocatoria. «En función de las respuestas que recibamos, vamos a recurrir al Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad para que obligue a cumplir con los requisitos para la convocatoria, que incluye el llamado al plenario de delegados», amenazó el lunes pasado el radical macrista Oscar Zago.
Toda esa artillería de fuegos artificiales pareció excesiva cuando el propio Jesús Rodríguez confirmó la convocatoria a elecciones y mucho más ayer después de la decisión de dar paso a la juventud de la UCR en el distrito para que compita en la interna por la conducción en representación del oficialismo partidario.
Pero esas tensiones del macrismo, considerado ya genéticamente extraño a la UCR, tienen algunos justificativos. La Corriente Progresista de la UCR porteña, que lideran Gabriela González Gass y Aldo Neri -de indudable buena relación con el alfonsinismo-, emitieron ayer una carta donde llaman a votar en blanco en la segunda vuelta del domingo.
Dentro de las razones expusieron: «El voto a Filmus significa regalar la Ciudad a la arbitrariedad del Presidente, que, si no tiene límites, tiende a atropellar las instituciones del Estado», y también que «el voto a Macri significa la convalidación de la versión moderna del viejo conservadorismo populista argentino, paternalista y antidemocrático».
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