29 de octubre 2001 - 00:00

Atacaron una iglesia católica en Pakistán: hay al menos 18 muertos

Seis fanáticos ingresaron en el templo en la ciudad de Bahawalpur y dispararon a mansalva contra los feligreses. El lugar era compartido por las minorías católica y protestante que ya se sentían amenazadas por los fanáticos desde el inicio de los bombardeos de los EEUU contra el régimen talibán. Se cree que fue una venganza por la muerte de civiles en Afganistán. El presidente Pervez Musharraf insistió en que el Islam "es una religión de paz".

Las autoridades reforzaron la seguridad en las iglesias
Las autoridades reforzaron la seguridad en las iglesias
Islamabad (EFE, AFP, ANSA) - Al menos dieciocho personas murieron ayer en un ataque a balazos contra una iglesia católica en el este de Pakistán y otras tres fallecieron en un atentado contra un colectivo. Estos hechos parecieron confirmar las peores previsiones de la minoría católica, que teme ser blanco de la violencia islamista en venganza a los ataques estadounidenses contra Afganistán.

Entre las víctimas fatales se encuentran el cura Emanuel, quien celebraba la misa en la iglesia de Santo Domingo de Bahawalpur, al menos dieciséis de los feligreses (que incluían tanto protestantes como católicos) y un policía. Los seis hombres armados que ingresaron al templo gritaron «Afganistán y Pakistán serán el cementerio de los cristianos».

Desde el inicio de la crisis mundial desatada por los atentados en Estados Unidos el pasado 11 de setiembre, los católicos, apenas 1% de los 130 millones de habitantes y en general de las clases bajas, temían por la violencia de los islamistas que se sienten hermanados con los talibanes de Afganistán y constituyen una constante presión ante el presidente Pervez Musharraf para que abandone su alianza con Estados Unidos.

Víctimas

Doce personas murieron en el acto y al menos otras seis fallecieron en un hospital (entre ellas cuatro niños), a la vez que decenas sufrieron heridas.

El ataque fue llevado a cabo por seis hombres con apariencia de fundamentalistas islámicos que llegaron a la iglesia en motos y sacaron fusiles automáticos de las bolsas que llevaban. Después de matar a uno de los policías que vigilaban el recinto, irrumpieron en el templo coreando «Dios es grande», y abrieron fuego, al parecer al azar, contra el casi centenar de personas presentes.

«Había sangre por todas partes, muertos, heridos en el piso», señaló
Vishal, quien presenciaba la misa. «En Bahawalpur hay una sola iglesia y los domingos, primero se celebra la ceremonia de los protestantes de la Church of Pakistán y, luego, la de nosotros los católicos», contó.

Si bien nadie se adjudicó el atentado, el joven informó que habían sido amenazados por «extremistas de Jamaat Ulema Islam». «Ellos nos consideran occidentales, aunque seamos paquistaníes», indicó una religiosa.

Entre los protestantes y católicos cerca de 7 mil frecuentan la iglesia de San Domingo de Bahawalpur, ciudad de 5 millones de habitantes.

En otro extremo del país, en Quetta, al menos tres personas murieron, entre ellas dos soldados, y otras 25 resultaron heridas como consecuencia de la bomba en un autobús cerca de un campamento militar. Quetta es una de las ciudades con mayor presencia de fanáticos pro talibanes.


Musharraf calificó estos actos como «terroristas» y ordenó a sus fuerzas que procuren la detención de los responsables. «El método empleado en este ataque (por el de la iglesia) y las tácticas inhumanas indican claramente la participación de terroristas entrenados, quienes pretendían sembrar la discordia en un país donde los cristianos y los musulmanes siempre han convivido en paz y con respeto mutuo», señaló.

El mandatario agregó que «el Islam es una religión de paz y condena el terrorismo, que concede protección a las minorías y ningún musulmán puede recurrir a semejante crimen».

Protección

Desde el mes pasado, las autoridades desplegaron a policías para proteger a todos los templos cristianos durante los servicios religiosos.

Los ánimos de los musulmanes más radicalizados de Pakistán se han ido caldeando a medida que llegan las noticias de la muerte o mutilación de los civiles en Afganistán como consecuencia de los bombardeos.
Los paquistaníes acceden diariamente a imágenes como la que publicó ayer en portada el diario «The Nation», en que una niña de quizás cinco años yace tenida en el suelo con un brazo ensangrentado y tronchado después de que su vivienda fuera alcanzada por un bomba lanzada desde un avión estadounidense.

Tras el ataque a la iglesia de Santo Domingo, las organizaciones cristianas pidieron protección al gobierno paquistaní. «Se trata del peor ataque que jamás se produjo. Desde el inicio de los ataques estadounidenses pedimos que tomen medidas de seguridad que no fueron atendidas», declaró
Salim Jokar, dirigente del Movimiento de la Minoría de Pakistán.

El presidente envió a Bahawalpur a dos ministros, el de Minorías,
S. K. Tressler, y el de Asuntos Religiosos, Mehmud Ahmed Ghazi, para que comunicaran su condolencias a los familiares de las víctimas y les anunciaran que recibirán una indemnización económica importante.

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