13 de octubre 2001 - 00:00

Omar desafía a Bush: no entregará a Bin Laden

El líder supremo de los talibán, el "mulá" Mohamed Omar, descartó entregar a Osama Bin Laden después de que el presidente estadounidense, George W. Bush, declarase que reconsideraría sus ataques sobre Afganistán, si esa milicia accedía a su petición.

El "mulá" rechazó la "segunda oportunidad" brindada ayer por el presidente estadounidense a los talibán alegando que no entregarán al disidente saudí refugiado en Afganistán porque eso era contrario a los principios del Islam.

Bush hizo su oferta al cumplirse un mes de los ataques suicidas contra las Torres Gemelas de Nueva York y la sede del Pentágono en Washington que causaron miles de muertos, a los que EEUU contestó lanzando el domingo un ataque militar contra la milicia talibán que gobierna Afganistán.

Los talibán calificaron la operación "Libertad duradera" de acto terrorista y afirmaron que más de 220 civiles han muerto por los bombardeos conjuntos de Estados Unidos y el Reino Unido.

Sólo en la aldea de Kadam, al este de Afganistán, los talibán afirmaron haber recogido de entre los escombros los cadáveres de 160 personas, informó ayer la agencia de noticias "Afghan Islamic Press" con sede en Pakistán.

La población, situada a unos 40 kilómetros de la ciudad de Jalalabad, quedó arrasada por un misil estadounidense que, al parecer, iba dirigido contra un campo de entrenamiento de los seguidores de Bin Laden, situado en las proximidades.

"Hasta ahora se han recuperado 160 cadáveres, casi todos de mujeres y niños, y quedan por recoger más", declaró a la AIP un portavoz de los talibán, quien añadió que la cifra no era exagerada.

El número de víctimas que según los talibán causó hasta ahora la ofensiva militar no ha sido corroborado por fuentes independientes.

Los ataques contra el régimen que gobierna Afganistán por negarse a entregar a Bin Laden, entraron ayer en el sexto día consecutivo con nuevos bombardeos diurnos contra Kabul y la ciudad sureña de Kandahar, base del "mulá" Omar y bastión de los talibán, quienes respondieron con sus baterías antiaéreas.

Durante la noche del jueves, aviones de combate estadounidenses B-52 y B-1 volvieron a bombardear objetivos claves como aeropuertos, depósitos de combustible, sistemas de comunicaciones en diversos lugares de la geografía afgana para debilitar la infraestructura militar de los talibán.

El secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, había afirmado el martes pasado que los ejército aliados de EEUU y el Reino Unido podían ya bombardear Afganistán durante las 24 horas "porque el espacio aéreo está bajo nuestro control".

Sin embargo, ayer tuvo admitir ayer que las defensas aéreas de las fuerzas de los talibán seguían siendo una amenaza a sus aparatos.

Los talibán tienen "gran cantidad" de misiles Stinger, misiles tierra aire y armas antiaéreas, "tenemos que reconocer que su defensa aérea todavía supone una amenaza para los EEUU", dijo el secretario de Defensa.

Por su parte, el presidente Bush declaró ayer que la ofensiva militar contra Afganistán y la consecuente caza de Bin Laden podría durar "un año o dos".

Al respecto recordó a los militares estadounidenses que dispondrán de "todos los recursos, todas las armas, todos los medios necesarios para asegurar la victoria".



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