7 de junio 2021 - 00:00

Charlas de quincho

A 100 días de las PASO  las definiciones pendientes son el condimento esencial de todas las mesas. También, el inesperado alejamiento de Carlos Tevez de Boca, o la primera copa ganada por Colón de Santa Fe agregaron un poco de calor deportivo a las reuniones, y se alternaron con los estratégicos datos de las elecciones en Perú y en México, que serán de gran impacto para toda la región.

A pesar de la cuarentena más dura del fin de semana, hubo votación de peruanos en la escuela de la calle Ayacucho, donde se armaron las mesas. 

A pesar de la cuarentena más dura del fin de semana, hubo votación de peruanos en la escuela de la calle Ayacucho, donde se armaron las mesas. 

A los números alarmantes de la pandemia se sumaron los acuerdos para aumentar rápidamente las dosis que comienzan a llegar al país y le pusieron alguna distensión al fin de semana; mientras que los nuevos datos de la economía, aunque graves aún, mejoraron relativamente la situación. Así se comentaba en casi todos los Quinchos, que volvieron este fin de semana prácticamente a Fase 1 de nuevo. A 100 días de las PASO las definiciones pendientes son el condimento esencial de todas las mesas. También, el inesperado alejamiento de Carlos Tevez de Boca, o la primera copa ganada por Colón de Santa Fe agregaron un poco de calor deportivo a las reuniones, y se alternaron con los estratégicos datos de las elecciones en Perú y en México, que serán de gran impacto para toda la región. Veamos.

Vacunas. Se abre una semana esencial para la política y la expectativa se vio en todas las mesas, virtuales o no, del fin de semana. El Gobierno tiene por delante definiciones que, vistas en profundidad, serán la sal de la política estos días. Nadie le resta importancia a la reunión que habrá mañana en Diputados para escuchar a los responsables de producir y vender vacunas en la Argentina, además de los responsables de Salud de jurisdicciones varias y algunos jefes en el Congreso. Esa puesta en escena la armó Sergio Massa en acuerdo con Juntos para el Cambio como una forma de descomprimir el episodio Pfizer que tanto mortifica al oficialismo y obsesiona a la oposición al mismo tiempo. La importancia de este evento en el Congreso tiene varias explicaciones. Una es la participación, una vez más, del propio Massa en el acuerdo para armar ese show sanitario que en principio iba a ser reservado pero que, después de pensarlo bien, terminó siendo abierto. Básico: de lo contrario, no hubiera tenido el efecto deseado. Allí estarán, o por lo menos están confirmando hasta las últimas horas, los responsables de los laboratorios y de algunos estados que proveen vacunas. Es previsible que habrá posiciones más cómodas que otras. Quien represente a Sputnik V podrá dar sus números sin mayores inconvenientes. Pfizer no tendrá tampoco demasiados inconvenientes, ya que el problema que frenó la compra de esas dosis (por lo menos el que se hizo público y que alcanza para justificar el entuerto) y que ahora también puede complicar las que lleguen de la donación estadounidense a través del mecanismo Covax, involucra a la famosa palabrita “negligencia” que como requisito de guarda para el Estado fue introducida en la ley que habilitó el Congreso para la compra de vacunas. Esa asignatura pendiente la tiene también la oposición (ya que el ¿error? fue de los bloques mayoritarios) y al oficialismo puede endilgársele ahora que no se acelere una reforma de esa ley que la oposición dice estar dispuesta a votar. En lo que hace a la presentación de mañana, sólo con esos argumentos la cuestión tendrá condimentos suficientes como para que salga adelante. ¿Por qué entonces tanto interés desde el mundo económico por este debate? Es más que simple: vacunas son votos y quien logre demostrar que vacuna más tendrá una chance extra en las PASO de septiembre ( si es que se hacen) y en las generales de noviembre. Le lleguen o no la a tiempo las vacunas que acordó con India Axel Kicillof, el efecto ya lo logró el gobernador, algo que Horario Rodríguez Larreta aún no pudo mostrar.

Todo pasa. Bastante frío y mal tiempo alentaron las reuniones adentro, muchas en casas de familia, y otras tantas en los countries más cercanos, con poco espíritu para moverse, entre otras cosas, por el clima, y también por el ritmo irregular en los colegios entre “presenciales” y “virtuales”, que complica las agendas de padres e invitados. A pesar de esto, y con cierta flexibilidad según los distritos, la gente trata de salir un poco, en las pocas horas con luz de día que hay a esta altura del año. Así, los almuerzos con sobremesas muy tardías, los brunchs y las cenas con horarios europeos (excepto en España, donde se come muy tarde) se multiplicaron, al igual que los temas con asuntos para todos los gustos. Y, si el covid y todas su derivaciones (ritmo de vacunación, denuncias, convocatoria al Congreso de laboratorios, y del jefe de Gabinete, Cafiero, porcentaje ocupado de terapia, etc.) se multiplicaron exponencialmente, las noticias de los avances en los principales países del hemisferio norte, que van al menos 6-8 meses delante de la Argentina, traen algunas expectativas favorables a partir de la próxima primavera. Pero por supuesto, aunque fue el tema omnipresente, no fue el único, si bien la velocidad de los sucesos hizo que varios pasaran casi desapercibidos. De hecho, la formalización legislativa de la postergación de las elecciones por 3 semanas (a mediados de septiembre y de noviembre, respectivamente), igual que el cambio de la Conmebol que pasó su sede de la Copa América de Argentina a Brasil, se “desinflaron” a una velocidad sorprendente, a pesar de la polvareda que habían levantado en semanas anteriores.

Elecciones. “También se calmó bastante, al menos a nivel público, el tema de la Corte”, comentaba un diputado M.C. (mandato cumplido) en un muy activo zoom de legisladores, diplomáticos y algunos empresarios que se reúnen regularmente desde que comenzó la pandemia. Allí se comentó bastante la incomodidad del embajador Sergio Urribarri en Tel Aviv, por el “pedido de explicaciones” del Gobierno de Israel por la posición internacional de Argentina respecto al Grupo Hamás. Tras eso, se evaluó bastante en detalle la situación de los países de la región, y las elecciones que faltaban, especialmente las de hoy en Perú y también en México donde, a pesar de ser medio término (como en Argentina), son de gran trascendencia ya que incluyen 500 miembros de la Cámara de Diputados, los gobernadores de 15 estados y unos 20.000 cargos locales, además de ser el corolario de una de las campañas más sangrientas, con unos 35 candidatos asesinados. El caso es que Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador AMLO), si bien no se esperaba que perdiera, podía no alcanzar la mayoría calificada que pretendía en la Cámara para hacer (sin negociar) los cambios que requiere para consolidar su poder, y que podrían incluir hasta una nueva Constitución. El caso de Perú era de balotaje presidencial entre dos candidatos extremos, el maestro sindicalista de izquierda, Pedro Castillo, y la líder del derechista Fuerza Popular, Keiko Fujimori, hija del expresidente, que en la primera vuelta en abril habían sacado apenas 19% y 13% de los votos, respectivamente. Fueron 25 millones los electores que según los observadores votaron más “en contra” que “a favor” de cada uno de ellos, en un ambiente muy convulsionado, con 6 de los 7 últimos presidentes acusados de corrupción.

Guerras locales. También en el plano local se siguió alterando el avispero político donde las elecciones de ayer en Misiones cobraban gran significación para muchos, y no sólo por ser las primeras del calendario. Allí el Frente Renovador de la Concordia de Oscar Herrera Ahuad buscaba mantener su delicado equilibrio, que incluye el respaldo al kirchnerismo a nivel nacional, pero con independencia en la provincia. Así, desoyó las sugerencias de unificar su elección con las nacionales y fue al escrutinio en plena pandemia, lo que mereció no pocas controversias de los restantes espacios, que se sumaron a denuncias cruzadas de todo tipo. Pero en los quinchos, naturalmente el interés mayoritario se lo llevó la campaña nacional, entre otras cosas, porque el macrismo parece querer destronar al peronismo en el nivel de peleas internas, y lo que hasta hace unos días apenas se insinuaba ahora ya es una declaración lisa y llana de diferencias entre los principales referentes, lo que está terminando de desconcertar a los seguidores, también divididos entre los “duros” encabezados por Macri (que no termina de definir si va a ser candidato o solo árbitro en el 23) y su principal espada, la titular del PRO, la mediática Patricia Bullrich, y los “negociadores” liderados por el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, con una María Eugenia Vidal inclinada hacia la Ciudad de Buenos Aires, y un vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, para la provincia de Buenos Aires. Pero más que esto, la disputa de fondo está centrada en el amplio espectro de los liberales y sus derivaciones, donde la competencia de los dos grupos por captar a estas figuras se acrecienta día a día, especialmente sobre lo que ya se conoce como “los economistas”, el trío conformado por Ricardo López Murphy, el más experimentado; Javier Milei, muy seguido por los más jóvenes,;y José Luis Espert, que tampoco está demasiado claro si “jugarán por adentro, o por afuera”, decía uno de los politólogos de moda, tras destacar que si este grupo piensa en un frente para 2023, “tienen que comenzarlo ahora”. Mientras, más prudentes, o menos ruidosos, los radicales tampoco terminan de abrir el juego sobre cuál es el nivel de pretensiones que tienen para esta vuelta electoral.

Récord. Hubo varias mesas con empresarios que siguen desvelados por los costos, caída de ventas, subas de salarios (y jubilaciones), y próximo aguinaldo. Como si fuera poco, algunos de ellos comenzaron a sufrir algunos recortes en la provisión energética, debido a diferentes causas que incluyen las tarifas a pesar del último aumento del 6% para el gas. También se comentó el resultado de las recientes elecciones en una de las organizaciones más tradicionales del país, la Sociedad Rural, especialmente porque rompió muchos de los pronósticos y terminó imponiéndose la oposición de Nicolás Pino sobre la continuidad de Daniel Pelegrina, lo que abre bastantes expectativas acerca de si realmente este grupo terminará materializando los cambios y la “modernización” que prometió durante la campaña. Lo que varios se plantean, y en especial en este momento de tirantez tras el nuevo cierre de las exportaciones de carne es cuál será la relación de la nueva conducción ruralista con el Gobierno, si la Mesa de Enlace endurecerá su posición o no, etc. De movida nomás, Pino ya adelantó su intención de hacer ingresar a la entidad al Consejo Agroindustrial Argentino, por ahora, uno de los pocos grupos con diálogo fluido con el Gobierno (“aunque no les sirvió para mucho hasta ahora”, se quejan algunos), y donde ya participan las otras organizaciones del sector. La agrupación, que soporta también varias internas, en especial por el atraso del proyecto de ley para favorecer las exportaciones que parecía alentar el propio Gobierno, se pronunció en contra del cierre de las exportaciones de carne, pero también logró reunirse con el Presidente Alberto Fernández. “El proyecto para incrementar u$s15.000 millones las exportaciones, y sin subsidios, no avanza. Parece haber caído en vía muerta en el Congreso”, confesaba un interlocutor poco antes de la reunión del jueves pasado en la que el Presidente reiteró el compromiso y se pronunció -nuevamente- sobre “lo prioritario y el pronto tratamiento legislativo del proyecto de ley de inversiones agroindustriales”, y lo hizo ante el “pleno” de su equipo económico visiblemente preocupados porque allí estaban, entre otros, los principales referentes del sector alimentario, y los exportadores que justifican el mayor porcentaje de ingreso de divisas. De hecho, ahí se supo que sólo por granos y subproductos (aceites, harinas, etc.) mayo había sido récord con u$s3.500 millones, según informó el Ciara-CEC, cifra que algunos observadores elevan hasta u$s4.000 millones para junio, y que permite alivio adicional.

Distensión. También el sector oficial está siendo analizado muy de cerca por las empresas, pues la relación de “amor-odio” con los alimentarios y agroindustriales, con los que se enojan, pero que necesitan, también parece alcanzar a varios grupos del gabinete, encabezados por el ministro de Economía, Martín Guzmán, ahora en período de aparente calma relativa. Es que sin demasiado ruido y con muy pocas declaraciones, el economista va logrando volver a hacer crecer las reservas y un equilibrio muy discutido internamente (entre otras cosas, por el fuerte recorte de gastos), pero clave para el Gobierno, muy jaqueado por la pandemia local, la situación internacional, y las urgencias que le imponen las próximas elecciones. De hecho, en la reciente reunión mensual del Estudio Broda con empresarios de distintos sectores se conocieron algunos números que, si bien no revierten la dificultades, muestran alguna distensión casi inesperada en varios rubros como el récord de recaudación, el incremento anual de 102% en las retenciones, la disminución del déficit primario a 0,2% del PBI en el primer cuatrimestre, o los u$s5.700 millones que ya compró el Banco Central, entre otras cuestiones que “permiten tener el gasto dominado ‘transitoriamente’”, comentó uno de los asistentes que no se pierde un solo encuentro. Esto, además de la fuerte recuperación en algunos países como Estados Unidos o China, se contabiliza entre los factores positivos, frente a una condición local de estancamiento estructural desde hace 13 años, y una interna que presiona para ampliar el gasto, lo que puede acelerar también la inflación.

Vamos a terminar con un chiste paradisíaco.

Cuando Dios estaba haciendo el mundo, llamó al hombre y le concedió 20 años de vida sexual normal. El hombre se horrorizó, le suplicó más tiempo, pero el Creador se negó a ceder. Entonces el Señor llamó al mono y le concedió 20 años. “Pero no necesito 20 años”, dijo el mono. “Por el tiempo de vida que tengo diez años son suficientes”. “¿Puedo tener esos 10 años que no quiere el mono?”, rogó el hombre a Dios, y Dios aceptó. El Señor llamó a continuación al león y también le dio 20 años buenos, pero el león, al igual que el mono, sólo pretendía 10, así que de nuevo el hombre pidió los diez restantes. Luego vino el asno, al que también se le concedieron 20 años. Pero, como los demás, para él 10 años eran más que suficientes. El hombre volvió a pedir los diez años restantes y los obtuvo.

Esto explica por qué el hombre pasa 10 años haciendo la del mono, 10 años de león, 20 años de vida sexual normal, y 10 años haciendo el ridículo.

Dejá tu comentario