29 de mayo 2023 - 00:00

Visita clave: un avión de la Fuerza Aérea Argentina se exhibirá en feria aeronáutica de Gran Bretaña

La muestra será en la base Fairford. Hasta allí volará el Boeing 737-700 matrícula T-99 con un equipo de la Fuerza Aérea para participar del evento.

Histórico. El Boeing 737-700 de la Fuerza Aérea con la tripulación que viajará a la feria en Gran Bretaña.

Histórico. El Boeing 737-700 de la Fuerza Aérea con la tripulación que viajará a la feria en Gran Bretaña.

Después de 42 años la Fuerza Aérea Argentina vuelve a presentar un avión en una feria aeronáutica militar que se realizará en el Reino Unido. Hasta la base Fairford de la Royal Air Force, ubicada en Gloucestershire a unos 200 kilómetros de Londres, volará el Boeing 737-700, matrícula T-99. El evento aeronáutico Royal International Air Tattoo (RIAT) de contenido militar se lleva a cabo cada año, a mediados de julio, organizado por la Asociación de Caridad de la Fuerza Aérea británica.

Air Tattoo no se refiere a un tatuaje, tattoo, en jerga militar, es una actuación musical de bandas o una exhibición de fuerzas armadas. En 1981 la fuerza participó con el Hércules KC-130 matrícula TC-70, fue la última vez que el país desplegó una aeronave militar en suelo británico. En esta edición de RIAT 2023 la convocatoria de aeronaves se denomina SKYTANKER 23, “que destacará el papel vital del reabastecimiento en vuelo en la aviación militar moderna” señala la página web de la feria. “Otra atracción estrella para algunos entusiastas de la aviación en RIAT 2023 será la asistencia de la Fuerza Aérea Argentina! Traerán su avión de transporte Boeing 737-700 para una exhibición estática, y esperamos darles la bienvenida de nuevo al Air Tattoo”, informa el sitio de RIAT 2023.

La presencia del T-99, un avión de pasajeros militar no pasará inadvertida para aquellos que bucean en señales de afirmación política, luce en la nariz justo debajo de la cabina, su nombre: Islas Malvinas. Inocente sugerencia que no moverá ni un micrón el cepo inglés impuesto desde 1982 a la exportación de material bélico “made in UK” para las fuerzas criollas. El caso más reciente, volver a la vida los aviones franceses Super Etendard Modernisé (SEM) adquiridos desprogramados por la Aviación Naval en 2017 se torna imposible si no se encuentra una solución al veto que pesa sobre el asiento eyectable Martin Baker, la reposición de los cartuchos de eyección y cordones de fragilización de cabina. Las alternativas, cambiar el asiento, desarrollar pirotecnia propia o adquirirla a terceros, que hay pocos, demandaría tiempo (y recursos), es crucial una decisión política, con el transcurso del tiempo se van venciendo otros sistemas del avión que agregan erogaciones a la cuenta final de la recuperación.

El Boeing T-99 a mostrar en la feria no es un avión reabastecedor, leitmotiv de la exposición aérea, pero cumple misiones de movilidad de personal militar con sus equipos de combate y cubre a requerimiento, frecuencias de Líneas Aéreas del Estado (LADE), se utiliza en despliegues de contingentes para misiones de paz. Se aprovechará el vuelo de traslado de personal de relevo para el contingente de Cascos Azules de la misión de paz en Chipre, desde ese país la aeronave hará una escala entre el 14 y 16 de julio en la base británica Fairford y se exhibirá en el parque estático de Air Tattoo. La Fuerza Aérea, conforme lo acordado con la ONU, está a cargo del traslado de personal y carga que forma parte del Contingente Conjunto Argentino en las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP) con la aeronave T-99, los efectivos rotan cada seis meses. La fuerza lo incorporó en 2021 su primer operador, fue la compañía Ethiopian Airlines, en 2004 y luego la empresa SAS hasta 2020.

Desmentida

La Armada salió al cruce de versiones mediáticas sobre la supuesta decisión de frenar la recuperación de los aviones Super Etendard Modernisé (SEM) que habría dispuesto el ministro de Defensa, Jorge Taiana. El asunto comenzó con declaraciones que hizo Taiana, el día de la Armada, a revistas online. El ministro contó que, en una reunión con funcionarios de Defensa de Francia le dijeron que las aeronaves no podían recuperarse porque los británicos no cedían las partes para el asiento eyectable. La frase dio lugar a las versiones que atribuyeron una decisión definitiva de Defensa de frenar el actual programa de recuperación de los aviones.

“La Armada Argentina informa que las aeronaves correspondientes al sistema de armas Super Étendard Modernisé (SEM) incorporadas en mayo de 2019 al Comando de la Aviación Naval y asignados a la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque no han sido desprogramadas por parte del Ministerio de Defensa”. Y agrega, “continúan las gestiones y consultas técnicas con empresas extranjeras y organismos nacionales para analizar las alternativas de desarrollos nacionales que sustituyan los elementos de seguridad de las aeronaves vetados por el gobierno británico”. Atascados desde 2019 sin una solución a la vista y con el fantasma de que el caso aterrice en tribunales, comenzó el acopio de documentación eximente.

Fojas del informe técnico de la Dirección de Material Aeronaval confeccionado en 2017, unos meses antes de cerrar la adquisición de los aviones, advertían de la necesidad de renovar la pirotecnia del asiento de eyección y de cabina más una inspección de equipos asociados (regulador de oxígeno) y del propio asiento. Y aconsejaba cotizar lo antes posible esos elementos críticos (n.r. se entiende para incluirlos en el precio total que se estaba negociando). Como el contrato pactado por los 5 SEM era de compra “en el lugar y estado en que se encuentran”, se requería un contrato separado con contratistas especializadas para atender las recomendaciones de aquel informe técnico. Además, la aviación naval francesa ya no contaba con técnicos del avión SEM que había sido retirado de la dotación y reemplazado por el caza multirol Rafale. Así comenzaron las idas y vueltas en búsqueda de alternativas al veto inglés; reemplazar el asiento Martin Baker por otro de fabricación estadounidense, -se estima unos 50 millones de dólares-, desarrollar un tren de pirotecnia en organismos técnicos nacionales y hasta explorar proveedores que tengan pirotecnia en reserva al margen del control británico.

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