Los coletazos de la economía se sienten fuerte en cada una de las cadenas productivas, en las que los eslabones primarios y los industriales contienen la respiración hasta que llegue el momento oportuno para salir a la superficie y tomar un poco de aire. Es que por segundo mes consecutivo el dato de inflación se mantuvo en el terreno de los dos dígitos, 12,5% en agosto y 12,7% en septiembre, lo que motivó una escalada de precios minoristas del 103,2% en lo que va del año. Esta es una de las paredes de la prensa que aprieta cada día un poco más al sector ganadero.
El mercado proyecta una caída en la oferta de hacienda
Los operadores buscaron "cubrirse" la semana pasada en la previa electoral que impulsó una suba de precios que podría traslade al mostrador.
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La otra pared que aprieta está relacionada con la ecuación que surge al comercializar hacienda en pie.
En lo que va del mes de octubre, la hacienda para faena registró cierta volatilidad en los precios aunque existe una marcada tendencia que indica que los precios van hacia el alza, en coincidencia con lo que ocurrió durante el mes de septiembre, cuando se registró en el Mercado Agroganadero de Cañuelas un incremento de precios cercano al 3,8% mensual, que se sumó al 53,6% mensual de agosto postelecciones primarias.
Cuando la realidad en los extremos de la cadena es acuciante y la ganadería queda aprisionada, las consecuencias pueden ser complejas, más aún cuando debemos contemplar la variable climática.
Hoy por hoy en el sector ganadero se observa, tal como lo indica el último reporte del ROSGAN (el mercado vacuno de la Bolsa de Comercio de Rosario), que la faena comenzó a mostrar signos de moderación: por primera vez en el año el ritmo de remisiones diarias resulta inferior al nivel de lo registrado en 2022. Todo lo contrario a lo que debería ocurrir por cuestiones estacionales.
Los precios en el eslabón primario aumentan y reaparece la posibilidad de la rentabilidad, pero al colisionar con la realidad del consumidor retrotraen buscando un equilibrio difícil de conseguir. Todo esto en un ambiente hostil para las certezas.
Recuperación de valor
Lo que se presume es que el mercado descuenta un escenario futuro de menor oferta ganadera y una creciente participación de la exportación, dos cuestiones que inevitablemente presionarán hacia una recuperación de los valores de la hacienda.
Miguel Schiariti, titular de la Cámara de Industria y Comercio de la Carne (CICCRA), aseguró a Ámbito que “tras las lluvias, treinta o cuarenta días después, va a haber un aumento de precios por una mayor retracción de la oferta porque el productor va a querer agregarle kilos “baratos” a la recría que tiene en el campo porque le estuvo agregando kilos muy “caros” por el aumento del costo del maíz”.
Ante este contexto y con un consumidor golpeado, resulta muy difícil determinar cuál debería ser el valor de la carne en las góndolas ya que cuando la hacienda en pié tocó picos máximos de $1.000 el kilo vivo, los mostradores no convalidaron los precios.
Posible escasez
Leonardo Rafael, presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMYA), explicó a Ámbito que en los próximos meses tendremos faltante de hacienda gorda por la sequía que afecto los niveles de productividad. La hacienda que tendría que estar en recría para poder salir hacia fin de año está saliendo ahora, entonces para diciembre van a faltar animales y eso va a impactar en los precios”.
Según Rafael, “la ganadería no acompaña los ritmos de inflación mensual o trimestral. Tiene sobresaltos por falta de hacienda, suba de la invernada o del grano. Hay una planificación que se hace en el negocio en la que si alguien vende hacienda a $900 el kilo y compra un ternero a $1.300 es porque estima que el gordo al menos valdrá ese precio dentro de cuatro meses”.
Se vienen tiempos delicados para el consumo. Luego del salto de precios que se vio en agosto tras la devaluación, con una inflación que ratificó los dos dígitos en septiembre y una inercia imposible de detener, el panorama no luce alentador para ningún eslabón de la cadena pero mucho menos lo será para el consumidor.
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