10 de diciembre 2003 - 00:00
Cinco horas de demora
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Los pasajeros debieron esperar más de cinco horas, sin agua ni comida, y en medio del campo, hasta que la empresa pudo reemplazar el vagón averiado y reanudar el viaje a Buenos Aires.
«Quedamos sin seguridad, sin un vaso de agua para tomar y sin saber qué pasaba, en medio del campo, en medio de un montón de versiones que corrían por el tren», indicó Luciana, una de las pasajeras.
La mujer, embarazada de seis meses, relató que fue auxiliada por otros pasajeros porque «más de una vez» se sintió sofocada. En igual sentido, Juan José, que fue a pasar el fin de semana largo a la costa atlántica, indicó que «el viaje fue un desastre». «Nadie sabía lo que pasaba, había gente que viajaba parada y los guardas se escondían en vez de dar explicaciones», remarcó.
Contradicciones
Voceros de la empresa minimizaron las críticas de los pasajeros y el hecho de que hubiera gente viajando parada. Incluso señalaron que la Comisión Nacional de Transporte (CNT) los autoriza a vender 10 por ciento extra de pasajes.
Indicaron, además, que «hay ocho personas encargadas de la seguridad en el tren» y puntualizaron que «el servicio de coche comedor está concesionado a otra firma y no da abasto para satisfacer a todos los pasajeros».
Sin embargo, fuentes de la CNRT negaron que se haya autorizado la sobreventa de pasajes y explicaron que, según la Ley de Reforma del Estado, ese organismo no es el encargado de controlar el funcionamiento de Ferrobaires. En rigor, la explotación de ese ramal fue cedida -mediante decreto del Poder Ejecutivo- en 1993 al gobierno de la provincia.
«Sólo tenemos injerencia en lo que hace a la seguridad en el transporte ferroviario, es decir el estado de las vías, los cambios, las señales, el estado técnico de las máquinas y los vagones», precisó la fuente.
Indicó, además, que «de ninguna manera nos compete controlar la limpieza, frecuencia o programas de emergencia que pudiera tener la firma ante estas situaciones».
Respecto de las denuncias por sabotaje, apuntaron que no emitirán opinión sobre el tema «hasta no recibir el informe de Ferrobaires».
Sin control
La Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial es un ente autárquico que depende del Ministerio de Economía bonaerense. Fuentes de esa cartera dijeron que «no ejercen ningún tipo de control sobre frecuencias horarias, limpieza o estado de los vagones».
Ante la demora, numerosos familiares que concurrieron a recibir a los pasajeros del tren comenzaron a concentrarse en el hall de la estación Constitución para aguardar la llegada del convoy y expresar su malestar por la demora.
Cuando el tren llegó, minutos antes de las 11, los pasajeros se agolparon frente a las oficinas de Ferrobaires, sobre la avenida Hornos, donde se les devolvió el importe del pasaje.
Los pasajeros, que insultaron en reiteradas oportunidades al personal de la empresa, se apostaron en el hall de la estación Constitución y solicitaron los certificados del retraso de la formación.
En tanto, el tren 306, que también une Mar del Plata con Buenos Aires, sufrió el lunes un «sabotaje» a la altura de la localidad de Camet, donde desconocidos ataron un cable de acero de un riel a otro.
«Por este sabotaje, podría haber descarrilado completa la formación», admitió Severo.
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