Ley de Alquileres debe ser fruto del diálogo y del interés por soluciones

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Entre un 20% y un 25% de los pobladores de la provincia de Buenos Aires necesita alquilar. Se trata de un colectivo de varios millones de personas. Su peso social, por tanto, es innegable. Y su necesidad más que atendible: los martilleros bonaerenses suscribimos a la idea de que la vivienda es el santuario de la familia y la familia es la base de la sociedad. De ningún modo podemos desconocer que todas esas personas necesitan reglas actuales, claras y -sobre todo- cumplibles en los contratos que firman con los locadores.

La última Ley de Alquileres, la 23.091, fue redactada durante la presidencia de Raúl Alfonsín. Después se le sumaron las adecuaciones de la Ley de Convertibilidad, las modificaciones del Código Civil… Con lo que hoy tenemos un enjambre de leyes que, aunque funcional, es innegable que necesita actualizaciones.

Los corredores y martilleros públicos hemos hablado este tema con las actuales autoridades competentes -y con las que podrían serlo en el próximo Gobierno- para expresarles esta necesidad. Pero aclarando que debe hacerse con el genuino interés de buscar una solución que contemple los intereses de todos los involucrados.

Pero hoy vivimos en un escenario económico y social extremadamente difícil: inflación desatada, pobreza creciente, caída de ingresos, desocupación de dos dígitos y creciendo… Así y todo en la provincia de Buenos Aires la morosidad en alquileres no ha tenido una suba significativa. Es cierto que ayudó que los alquileres se hayan incrementado apenas la mitad de lo que creció el índice de precios. Pero lo destacable es que la gente hace todo lo posible por honrar sus compromisos. Y tampoco se dispararon las rescisiones de contratos: un locador que tiene un buen vínculo con su inquilino trata de conservarlo. Y viceversa.

Ante semejante escenario, plantear una legislación nueva en materia de alquileres sin solucionar antes todos los problemas que la economía adolece (y padecemos todos) parece apuntar antes a un interés electoral, a una movida de campaña que la búsqueda a conciencia de la solución de los problemas. Hemos analizado ese proyecto y no dice nada nuevo. Es como agua destilada: no es buena ni mala. Pero, seguro, no está a favor de los inquilinos. La actual legislación prohíbe los ajustes de lo estipulado en los contratos y éste los actualiza mensualmente en función de precios y salarios… Pero esas estadísticas llegan hoy con bastante retraso.

Seguramente este anuncio ni llegue a tener estado Parlamentario siquiera. O llegará pero sin mayor trascendencia. Y eso conllevará otra estafa moral para todos los que esperan una solución concreta, duradera y –sobre todo- factible. Es decir, que se pueda cumplir.

Se tiende a caer en el prejuicio de que los inmobiliarios no respondemos a las necesidades de los inquilinos desconociendo que locatarios y locadores son igualmente necesarios para parte de nuestra actividad y por eso trabajamos –y bregamos- por esa propuesta que satisfaga a todos. Los martilleros no estamos en la vereda de enfrente: hacen todas las partes a nuestra actividad profesional. A veces se quiere presentar que hay un conflicto, intereses contrapuestos porque la pelea “vende”, pero nuestra sociedad ya ha demostrado en la política que no quiere más “grietas” sino la búsqueda honesta de soluciones a sus problemas.

En su momento, cuando los tomadores de créditos UVA colapsaron por la imposición de un esquema imposible de cumplir -¿O podía esperarse que fuese sostenible en la Argentina un crédito ajustado por inflación?- nos unimos a sus reclamos y denunciamos que esos préstamos eran una estafa. Tenemos la misma vocación por los inquilinos.

Por eso insistimos: los argentinos necesitamos una ley de alquileres, pero que sea fruto del consenso y del diálogo responsable, en un escenario de variables económicas estables. La Argentina necesita de diálogo, en todos sus ámbitos. Desde MartillerosBA postulamos dejar de enfrentarnos si somos todos partes interesadas. La primera Huelga de Inquilinos se dio en la Ciudad de Buenos Aires en 1907. Desde entonces el país ha manejado esta cuestión con altibajos. Es una deuda pendiente hacerlo, pero sin la mirada puesta en otros fines.

Y no solamente en materia de alquileres tenemos los inmobiliarios una cuestión pendiente. También en la ausencia de crédito que le permita a las personas acceder a su propiedad. En España, el 17% del parque de viviendas está ofrecido en alquiler. En Inglaterra, el 33%; en Alemania, el 40%; y en Estados Unidos el 66%. Argentina hoy se está acercando a Alemania porque la gente no puede acceder al crédito para comprar su vivienda. Entendemos que para lograr eso será central que los créditos hipotecarios a entregarse estén ajustados por índices vinculados a las paritarias.

Así creemos que se va a incentivar la oferta, la construcción y se alcanzará ese número de faltante de viviendas que actualmente es de 5 millones y sube a 8 millones si se suman las que están en grado de obsolescencia.

(*) Presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de la provincia de Buenos Aires.

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