18 de febrero 2008 - 00:00

Dicen en el campo...

Luciano Miguens
Luciano Miguens
... que todavía se comenta la deslucida performance televisiva del recaudador bonaerense Santiago Montoya, en lo que se promocionó como «el enfrentamiento del campo con el fisco». Tanto fue así, que hasta un moderadísimo dirigente como el titular de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, lo dejó expuesto y casi no fue necesaria la participación de su primera espada, el secretario político de la entidad, Marcelo Fielder. Tampoco se supo para qué Montoya fue acompañado por cinco asesores a los que, seguramente, no escuchó, pues intentó explicar técnicamente algo que es evidente que no conoce (el control satelital), abundó en algo que tampoco domina demasiado (el sistema comercial de los productos del campo), y comenzó y finalizó su participación pidiendo « disculpas» por haber ofendido a los productores al calificar la evasión fiscal en el campo como «la más alta que tiene el país». Incluso, hasta causó sorpresa cuando quiso fundamentar su embate, sosteniendo que se habían detectado 80 camiones con granos en situación irregular pues, por un lado, es muy probable que ya no fueran de productores y, aún así, la comercialización y transporte granario bonaerense se estima en alrededor de un millón de camiones por campaña... Lo que si quedó claro es que la provincia de Buenos Aires es una de las de mayor presión fiscal, no sólo por las alícuotas, sino además porque mantiene algunos tan regresivos como Sellos e Ingresos Brutos, dos de los gravámenes que debían desarticularse en el pacto fiscal de 1992, cuando se generalizó el IVA. De ahí que muchos especularan con que Montoya debió «bajar los decibeles» y calmar la confrontación, por mandato directamente del gobernador Daniel Scioli, quien, con las complicaciones que ya tienen en materia de seguridad, habría dado la orden de no abrir un nuevo frente, ahora con los ruralistas.

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... que donde también parece haber varios frentes es en el Banco Nación. Allí se habla de distintos cambios, aunque no todos los rumores sonaban demasiado seguros. Entre los nombrados se daba, sin embargo, uno como firme, el del director norteño, Marcelo Quevedo Carrillo, tabacalero jujeño que ya lleva varias campañas en el Nación, donde arribó de la mano del gobernador K, Fellner, pero que reportaba como titular de Leasing cuando sucedieron los hechos del escándalo de Skanska que, de hecho, le costaron la cabeza a su principal asesor, Ulloa.

Junto con el ruralista (ex dirigente de CRA, igual que el actual secretario de Agricultura, Javier de Urquiza), también sonaban los nombres de Malena Seguí y de Alejandro Ferro, entre otros. Se dice que la nueva titular del banco, Mercedes Marcó del Pont, ya asumió que la entidad está desestructurada y que no da para mucho más, especialmente después de abocarse, tras su trascendente pasado de inversión productiva, a los créditos de consumo. El asunto comienza a ser «monitoreado» por varios, aunque todavía hay dirigentes de vacaciones o recién llegados, fácilmente detectables por el envidiable bronceado. Tal el caso del titular del IPCVA (Instituto de Promoción de Carne Argentina), Dardo Chiessa, a quien se lo vio muy plácido por las playas de Florianópolis, igual que a alguno de los Rodríguez Larreta, y a un prominente directivo de una multinacional de semillas y agroquímicos, todos los cuales acaban de «aterrizar» en el país.

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... que, para Chiessa, la llegada va a ser bastante abrupta pues justo en estos días se deberá negociar, finalmente, la renovación del acuerdo -vencido-sobre los precios de la carne vacuna. «Pero ¿quién se anima a firmar algo en estas condiciones?», fue la pregunta de un dirigente aludiendo a la falta de hacienda terminada que hay, situación que se prevé se va a acentuar en las próximas semanas, incluyendo la categoría de vacas que normalmente entra en marzo-abril y que en este ciclo se adelantó su faena (algunos dicen que por cuestiones impositivas y de liquidez) a diciembre pasado. Incluso, la escasez de hacienda gorda (en el caso de novillos) determinó la prórroga en el cumplimiento de la Hilton, que se debe completar en mayo, y a pesar de las previsiones de los frigoríficos exportadores que, mayoritariamente, tienen copados los feed lots, justamente, para garantizarse el poder cumplir con sus compromisos externos. Para colmo, la presión de la demanda interna está más saludable que nunca ayudada no sólo por las mejoras salariales, sino también por los incrementos en los precios de las carnes sustitutas. Así, mientras las autoridades hablan del «récord» de producción de carne, varios dirigentes sostienen que lo que hay es «liquidación» ganadera; y los más osados, como las huestes que lidera Eduardo Buzzi en la Federación Agraria Argentina (FAA), ya directamente aluden al «ternericidio» que se está produciendo. La situación es fácil de entender sólo analizando los precios internos. Es que, por ejemplo, en la Capital Federal, mientras un kilo de asado fluctúa entre $ 10 y $ 12, una cantidad similar de pollo (a pesar del acuerdo) se ubica entre $ 7 y $ 11 (si tiene marca), el pechito de cerdo a $ 16; los churrasquitos (siempre de cerdo) a $ 17, y el matambrito a $ 21. Ni hablar del pescado.

Encima, resulta que la ingesta de carne vacuna es más contundente y saciadora.

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