Scott Stuber, la materia gris detrás del éxito de Netflix durante los últimos siete años, anunció sorpresivamente -salvo para algunos “insiders” de la industria- que abandonaba la nave insignia del streaming y que se marchaba a formar una compañía propia. Stuber permanecerá en las oficinas de Netflix hasta marzo inclusive, después de lo cual el gigante de la comunicación deberá buscar un nuevo capitán cinematográfico, en momentos no demasiado estables para la industria ya que, al igual que algunos otros sellos de la competencia, Netflix está decidida a incorporar contenidos en vivo, en especial deportes, como ya lo hace desde algún tiempo Disney a través de Star+. ¿Llegó la hora de que las cadenas de streaming desplacen el acento del contenido cinematográfico, y de series, a otro tipo de ofertas? Si así ocurriera, tal como se comenta en el sector, la guerra contra la televisión convencional habrá dado un paso más.
Con la salida de ejecutivo de peso, se avecinan en Netflix fuertes cambios
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El sorpresivo anuncio de Stuber de que dejaba Netflix se produjo apenas unas horas antes de que se conocieran las nominaciones al Oscar, en las que este año la empresa de streaming lidera con 17 candidaturas. Stuber llegó a la compañía en 2017 y fue el responsable de varios de los títulos top de su pantalla, como “Alerta roja”, con Gal Gadot; “Bird Box: A ciegas”, con Sandra Bullock, y el policial, que tuvo una secuela, “Entre navajas y secretos”. Fue también el ejecutivo que llevó a Netflix a directores como Alfonso Cuarón (“Roma”), Spike Lee, Greta Gerwig, Zack Snyder, Jane Campion (“El poder del perro”) y Martin Scorsese “(“El irlandés”. A él se debe la producción de pelícuas ganadoras o nominadas al Oscar como “Sin novedad en el frente”, “Historia de un matrimonio”, “No miren arriba”, el “Pinocho” de Guillermo del Toro y “El proyecto Adam”.
Durante su gestión, Netflix incrementó fuertemente la producción de cine, convirtiéndose en uno de los estudios más prolíficos de Hollywood de esta era. Su estrategia consistía en estrenar una película nueva por semana, lo que representaba una inversión muy elevada y recuperación no siempre acorde.
“Estábamos haciendo crecer un estudio nuevo...”, dijo en un reportaje a Variey el año pasado. “Llevábamos pocos años en esto y nos enfrentábamos a empresas centenarias. De modo que no preguntamos: ‘¿Cuál es el modelo de negocio? Y durante un tiempo fue simplemente asegurarnos de que teníamos suficiente. Necesitábamos volumen”. Ese modelo empezó a declinar no mucho después, declinación con la que contribuyó la pandemia de coronavirus, aunque no fue la razón determinante. La despedida se produce, al menos en la superficie, en buenos términos, aunque todos los ojos de la industria están puestos no sólo en el rumbo que tomará Netflix de ahora en más, sino también qué nueva empresa lanzará Stuber, y si entrará en la llamada “guerra del streaming” que, en apariencia, podría tomar caminos no transitados hasta ahora.
“Hace siete años, Reed Hastings y Ted Sarandos me ofrecieron la increíble oportunidad de unirme a Netflix y crear un nuevo hogar para películas originales”, dijo Stuber en el comunicado de su alejamiento.”Estoy orgulloso de lo que hemos conseguido y muy agradecido a todos los cineastas, guionistas y actores que confiaron en nosotros para ayudarles a contar sus historias. Espero seguir trabajando con ellos en el futuro”.
Stuber había fundado la productora Bluegrass Films (“Ted”, “Central Intelligence”) en 2006. Anteriormente se había desempeñado como director de contenidos en Universal, donde produjo “Una mente brillante”, “Alma de héroes”, “El luchador/Cinderella Man”, con Russell Crowe, “Soldado anónimo” y “8 minutos antes de morir”, así como las franquicias de “Los Fockers”, “Bourne” y “Rápido y furiosos”. Más de 20 películas supervisadas por Stuber han recaudado más de 100 millones de dólares en la taquilla estadounidense.
Esto no será inmediato. El programa semanal de catch profesional en directo, llamado “Raw” (“Crudo”), empezará a emitirse por la gran N a partir de enero de 2025.
Será la primera vez en sus tres décadas de historia que “Raw” no salga al aire por un canal de televisión tradicional.
El acuerdo está valuado en 500 millones de dólares anuales durante 10 años. Netflix tiene la opción de rescindir el contrato tras los cinco años iniciales y de prorrogarlo 10 años más. Según los medios de EE.UU. que se hicieron eco de la noticia, el actual acuerdo de cinco años de WWE para “Raw” con NBCUniversal tiene un valor aproximado de entre 250 y 260 millones de dólares al año, lo que significa que Netflix duplica ese valor.
“Estamos contentos de tener WWE Raw, con su enorme y apasionada base de fans multigeneracional, en Netflix”, dijo días atrás a la prensa el director de contenidos de Netflix, Bela Bajaria. “Al combinar nuestro alcance, recomendaciones y fandom con WWE, podremos ofrecer más valor para sus audiencias y nuestros abonados”.
“Raw” es, como se dijo, una versión moderna de “Titanes en el ring”, con mezcla de show, lucha libre y personajes. Las transmisiones podrán seguirse también en Netflix de América Latina. La pregunta es: ¿declinará el cine en esta pantalla a favor del deporte?
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