25 de febrero 2008 - 00:00

A Boca le sobró con Palermo

Jugadas tres fechas, el campeonato tiene sólo dos líderes que han conseguido el puntaje ideal: Estudiantes de La Plata y Vélez Sarsfield. Detrás de ellos siguen River y Boca, quienes ganaron dos partidos cada uno y empataron el restante. Boca, en la primera fecha ante Rosario Central; y River la semana pasada, ante Newell's. En cambio, San Lorenzo no ha cosechado puntos y es el último del torneo, con tres derrotas consecutivas y sin haber marcado ningún gol. Esto, sumado a la derrota en la Copa ante Caracas y el empate sin goles de local ante Cruzeiro, hace que el equipo de Ramón Díaz, el que más gastó en refuerzos, esté en crisis. En la tabla de los promedios, si hoy terminara el campeonato, se irían al descenso Olimpo y San Martín de San Juan.

Martín Palermo festeja con Neri Cardozo el segundo gol de Boca. El goleador fue decisivo en un partido que se había complicado y que él definió en los momentos claves.
Martín Palermo festeja con Neri Cardozo el segundo gol de Boca. El goleador fue decisivo en un partido que se había complicado y que él definió en los momentos claves.
Los goleadores son así. Aparecen cuando hacen falta. Parecen no participar del juego, pero cuando tienen una pelota resuelven el partido. Boca ganó por la capacidad goleadora de Martín Palermo, en un partido que se le había complicado en demasía.

El rubio centro delantero apareció en los momentos más difíciles del equipo, primero para darle la ventaja en un gol «atípico» para él, ya que fue de contraataque y el que lo asistió, bajando la pelota de cabeza fue Rodrigo Palacio y después para consolidar un triunfo que se complicaba, aunque a esa altura ya San Martín de San Juan tenía un hombre menos, con un zurdazo impecable dejando sin chance a Ezequiel Medrán. El partido fue parejo, aunque en realidad fueron los sanjuaninos quienes manejaron más tiempo la pelota, pero mientras Pedro Galván rebotaba un cabezazo en el travesaño, en el otro arco Palermo abría el marcador.

Después hubo un par de atajadas muy lucidas de Mauricio Caranta, que fue el otro eje del equipo para «aguantar el resultado», cuando San Martín con Décima y Pacheco se había adueñado del mediocampo y atacaba con mucha peligrosidad aprovechando los desbordes de sus volantes laterales Pedro Galván y el paraguayo Recalde.

Boca, por culpa del rival, tuvo que jugar de contraataque, por lo que Ischia cambió para el segundo tiempo al inexpresivo Castromán por Neri Cardozo, para darle más velocidad al equipo.

Pero la inocente expulsión de Alejandro Gómez dejó a San Martín sin equilibrio en defensa y Boca retomó el dominio.

Vino el segundo gol de Palermo y con él se terminó el partido. Después fue un Boca con oficio, manejando la pelota y buscando el error rival. Armada de atrás para adelante, con seguridad defensiva y la calidad de Riquelme pudo conseguir algo más.

Ischia vio que el partido estaba definido e hizo debutar a Luciano Monzón (el lateral zurdo que jugó muy bien en el verano) sacando a Martín Palermo, para que lo aplaudan, pero en un cambio que hizo que el equipo se volviera a acomodar con Morel de volante izquierdo y Neri Cardozo de doble enganche con Riquelme.

Para rescatar de esos minutos hubo una jugada de Riquelme en el área, con dos quiebres de cintura y remate cruzado, que merecía ser gol, pero Medrán lo ahogó.

Boca va recuperando sus individualidades. Riquelme está levantando el nivel, al igual que Palacio, y Palermo volvió a demostrar que nunca hay que darlo por vencido.

Falta que encuentre el equipo, pero con los jugadores que tiene va a ser fácil formarlo.

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