La polémica histórica entre la Federación Internacional de Básquetbol (FIBA) y la NBA apareció nuevamente. A los celos lógicos de dos entidades que intentan predominar en el ámbito deportivo mundial, ahora se le suma un aspecto mucho más duro referido a los «intereses económicos», y en el juego entran las federaciones y selecciones nacionales de los países que la componen.
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Es que la NBA se está nutriendo de los mejores jugadores del mundo que obviamente son figuras en sus países de origen, y son imprescindibles en los planteles seleccionados. Los norteamericanos hicieron saber que no están dispuestos a pagar fortunas por jugadores que luego no tienen disponibilidad o arriesgan su físico en competencias que no son de la NBA. Por ejemplo, en agosto de este año se jugará el torneo preolímpico donde la Argentina tiene enormes esperanzas.
La Argentina tiene cinco jugadores que militan en la liga de básquetbol más importante del mundo, la NBA: Emanuel Ginóbili (San Antonio Spurs), Andrés Nocioni (Chicago Bulls), Fabricio Oberto (San Antonio Spurs), Carlos Delfino (Detroit Pistons) y Walter Herrmann (Charlotte Hornets). En realidad el problema se agravó luego de las declaraciones del jugador brasileño Leandrinho a la Cadena O'Globo, donde dijo que será difícil que integre la selección de Brasil porque la franquicia Phoenix Suns en la que participa, se niega a cederlo. Fue suficiente para que las federaciones comiencen a pensar en el problema seriamente.
Los dueños de las franquicias (así se llama a los equipos que componen la NBA) son todos empresarios de frondosa fortuna que no están dispuestos a que les suceda algo similar a lo ocurrido en el último mundial con Pau Gasol, considerado el mejor jugador del torneo integrando a la España campeona. Memphis perdió por cuatro meses a su jugador estrella, y no pudo pretender el codiciado anillo de oro.
Presión
Argentina tiene las esperanzas de ganar otro torneo importantísimo, pero además está la posibilidad de acrecentar el caudal de ingresos.
Claudio Villanueva, agente de los argentinos Herrmann y Nocioni comentó que el contrato de este último tiene una cláusula que le permite jugar en la Selección sin problemas cuando sean convocados, pero es consciente de que «se puede crear una situación tensa» si los norteamericanos deciden patear el tablero.
Sin embargo, más tranquilo se mostró Hernán Lombardi, a cargo de Expansiva SA que es la empresa agente comercial de la Confederación Argentina de Básquetbol. Para Lombardi estas cosas siempre pasan y nada se altera.
Lo que sí es importante para el empresario, es que la Selección argentina necesita ratificarse como campeón olímpico, y que los norteamericanos también van a poner toda la carne el asador porque necesitan contentar a los seguidores del Dream Team estadounidense. El campeonato Preolímpico se jugará en Las Vegas, la presión es de los locales. Todo dicho.
Además, Lombardi destacó que éste será un año con posibilidades únicas para los sponsors de la Selección argentina porque «es el mejor momento de la selección como equipo, y también por las individualidades que lo componen. Además la agenda de torneos internacionales está muy completa». La inauguración del estadio en Parque Roca, «un orgullo para el país», el Panamericano de Rio de Janeiro, el Súper 4 en julio. Las esperanzas están intactas.
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