A más de un futbolista, o alguien que lo sueña ser, le gustaría tener la carrera de Héctor Ártico. La trayectoria que tuvo el exjugador en el fútbol argentino fue notable. El ex defensor nacido en Colonia Caroya, Córdoba, logró desempeñarse en clubes como River, Estudiantes, Vélez y gracias a eso luego pudo hacer una gran fortuna. Los sucesos en la vida suelen ser impredecibles, y es por ello que en la actualidad Ártico se encuentra alejado del mundo del fútbol, trabajando a los 75 años con un remís.
Fue campeón con River, jugó en el exterior y ahora trabaja de lunes a lunes en un remís
Conocé la historia de este famoso ex jugador que brilló en los años 70 con importantes clubes del fútbol local.
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El exjugador cordobés jugó en el histórico campeón del Metro 1975, título que cortó con 18 años de sequía riverplatense.
La historia del exfutbolista es realmente superadora. Héctor trabajaba en una bodega en su pueblo natal de Córdoba, hasta que un día Talleres fue a jugar un amistoso cerca de allí. Ahí empezó todo.
Cómo fue la carrera futbolística de Héctor Ártico
La historia arrancó luego de una prueba para chicos de 16 y 17 años. Talleres de Córdoba se encontraba en Asoschinga para jugar un amistoso preparativo en el Club San Martín y por eso el "Albiazul" aprovechó a captar jóvenes de la zona. Ártico quedó en la "T" y tiempo más tarde debutó con la primera en un partido preparatorio en 1969. Pese a que en ese partido lo expulsaron a los 15 minutos, perteneció al plantel de primera.
No era fácil ganarse un lugar en el primer equipo y fue por eso que en 1971 jugó una temporada para el clásico rival, Belgrano de Córdoba, donde no tuvo mucho rodaje.
En su regreso a Talleres, entre 1972 y 1974, fue el lapso de tiempo donde Ártico logró asentarse como jugador profesional. La temporada del 74 fue hístorica para el ex defensor con la llegada del reconocido Ángel Labruna al banco de la T. Con buenas actuaciones, Héctor se ganó la confianza de Labruna convirtiéndose en un pilar fundamental en la defensa del equipo cordobés.
Con un carácter ya forjado, y siendo un buen defensor, en 1975 se dio un hecho histórico para la carrera del exjugador. Ángel Labruna se fue a dirigir a River y se llevó con él a dos jugadores de su confianza: Héctor Ártico y Pablo Comelles. Los traspasos de ambos jugadores le dejaron una suma millonaria al club de Córdoba y las transferencias se las recuerdan como algunas de las más taquilleras de esa década.
River, que venía de 18 años sin ser campeón, se enfrentaba ante una gran posibilidad de romper la peor racha negativa de su historia con el ídolo como DT. Con jugadores como Norberto Alonso, Ubaldo Fillol, Oscar Mas, Carlos Morete, J J López, Roberto Perfumo y Héctor Ártico, el equipo de Núñez logró coronarse de los dos torneos que se jugaron en el año: Metropolitano y Nacional. Ártico logró destacarse en ese plantel y se quedó en el “Millonario” hasta 1977, año dónde también salió campeón del Metro.
Luego de su gran paso en River, Héctor Ártico jugó en Vélez (con importantes actuaciones para salvarse del descenso), Estudiantes (1979-1980) hasta que le llegó el turno de probar el fútbol internacional en Colombia. El ex defensor estuvo cinco meses defendiendo los colores del Unión Magdalena de Santa Marta, pero al no estar las cosas muy bien en el país por los cárteles del narcotráfico, decidió volver para la Argentina.
En 1981, el exjugador firmó con Unión de Santa Fe, dónde también se salvó de descender, y en 1982, nuevamente de la mano de Labruna, volvió a Talleres con varios ex River en el plantel. Además, ese año estuvo cerca de coronarse al llegar a semifinales del torneo Nacional.
En 1983, "Gringo" pasó a jugar a Tigre, que en ese momento se encontraba en el ascenso, y tuvo buenas temporadas, aunque no pudo cumplir el objetivo de ascender a primera. Luego de 3 años en el “Matador”, Héctor Ártico decidió colgar los botines en 1986 jugando en un equipo que se desempeñaba en la Primera C, Defensores Unidos de Zárate.
A partir de allí, empezó otra vida completamente distinta a la que acostumbraba. “Creo que a mí no me fue tan difícil porque desde chico tenía incorporada la cultura del trabajo”, expresó en una entrevista que le dio a Infobae.
Qué fue de la vida de Héctor Ártico tras su retiro del fútbol
Una vez alejado del verde césped, el excampeón con River, se dedicó a ser un inversor: al principio tuvo un negocio gastronómico ubicado en Palermo y gracias a otras inversiones importantes llegó a tener siete departamentos en la zona de Belgrano.
A Héctor le iba muy bien y llevaba una vida feliz hasta que de repente la vida lo golpeó de una manera dolorosa. Su padre, gran participe en su vida, se enfermó de cáncer y los tratamientos eran muy costosos. Para cubrir los gastos, de un tratamiento de tres años, Ártico tuvo que vender cuatro de los siete departamentos que tenía. Además, como si fuera poco, su expareja lo dejó abruptamente quedándose con los otros inmuebles que poseía en el barrio de Belgrano.
Fueron años complicados para el exjugador, pero según contó pudo salir adelante gracias al trabajo. Al poco tiempo, y casi fundido, comenzó a manejar un remís; al principio por Buenos Aires y luego regresó a su pueblo natal para continuar su trabajo allí hasta la actualidad.
“En la adolescencia me diagnosticaron el Mal de Chagas, que lo sigo teniendo, pero que jamás me impidió la práctica del fútbol. En aquel momento, el médico que me atendió me dio una constancia certificada por él, en la que dejaba en claro que me autorizaba a jugar y me dijo: “Gringo: vos te vas a morir de cualquier cosa, menos de esto”. Todo lo que él me había mencionado se cumplió, porque mantuve una larga carrera y hasta el día de hoy, con 74 años, trabajo de lunes a lunes y no tengo ningún problema”, comentó Ártico en la entrevista.
Hoy la gente que se sube a su auto lo recuerda. El fútbol sigue siendo parte de la vida del remisero: si no cuenta alguna anécdota de sus proezas en la cancha, habla con los pasajeros sobre qué pasó la última fecha en el finde.
La historia de Héctor Ártico es un recordatorio de lo compleja que puede ser la vida en muchos casos, donde el éxito en el fútbol puede no garantizar estabilidad fuera de él. Por último, si estás en Colonia Caroya y pedís un remís prestá atención, puede ser que tu chofer sea un campeón riverplatense.
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