Kerber coronó un US Open de ensueños
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La nueva número 1 mantuvo la calma y fue llevando el partido a su terreno con tiros a las dos bandas, que obligaron a Pliskova desplazarse con sus largas extremidades (1.86 de altura), fallando varias veces en el retorno.
Muestra de lo acertado de la estrategia de la alemana es que su rival cometió 47 errores no forzados, contra sólo 17 Kerber, lo que en parte compensó la mayor agresividad de Pliskova, que colocó 40 tiros ganadores por 21 la alemana.
La checa fue la única que pudo ganarle un set a Kerber en Flushing Meadows. Sus potentes golpes de fondo tuvieron a la campeona corriendo por toda la cancha.
Cuando el último revés de Pliskova se fue largo, Kerber se tiró de espaldas en la cancha, y luego subió a las tribunas a abrazarse con su entrenador y familiares.
Los nervios traicionaron por momentos a las dos. La finalista, que nunca había ido más allá de la tercera ronda de un Grand Slam en 17 intentos anteriores, cayó presa de su desesperación cuando tuvo el partido en sus manos en el tercer set.
Kerber perdió el foco en el segundo set cuando sufrió su primer quiebre del partido, luego de ganar con relativa facilidad el primer parcial.
Después de haber salvado un punto de quiebre en el segundo, fue incapaz de frenar el empuje de Pliskova con su servicio y ello le costó entregar el segundo set en 47 minutos.
La checa, de 24 años, también había superado en octavos a Venus Williams, para convertirse en una de las pocas jugadoras del circuito que ha vencido a las dos famosas hermanas en un mismo Grand Slam.
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