Aunque se exagera en controles
El equipo económico sigue interviniendo fuerte en la economía con medidas que, en su mayoría, seguramente darán el resultado inverso al deseado. Con la carne, por ejemplo, se envió una nueva lista de precios «sugeridos» al Mercado de Liniers. Lo curioso: son aun más bajos que los inicialmente estipulados. Una suerte de «deflación oficial». La realidad es otra. Paralelamente, la AFIP amplió los requerimientos para combatir la evasión en inmuebles. Obliga a registrar a las constructoras y a los prestamistas con hipotecas por fuera del segmento bancario (escribanías). Ayer se confirmó, por otra parte, que habrá más controles al ingreso de capitales del exterior, sólo para evitar que el dólar retroceda.
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«No podemos comprar a los valores reales de mercado porque luego no podremos trasladar dicha compra a los minoristas. Es una encrucijada que podría determinar un cese de ventas de los ganaderos... La situación puede empeorar», reconocía anoche un empresario de la carne.
El listado es preciso: los toros, las vaquillonas, las vacas conserva y los novillos de exportación no sufrieron variantes en relación con el listado anterior de Moreno. Pero los precios máximos fueron modificados con bajas en las categorías que más se consumen en el mercado interno.
Los novillos mestizos de hasta 520 kilos fueron rebajados 11 centavos y ahora no podrán pagarse a más de $ 2,45; los novillos de hasta 490 kilos caerán 9 centavos y se fijan en $ 2,53. El novillito hasta 430 kilos se modificará 14 centavos y no podrá pagarse más de $ 2,50 por kilo vivo, mientras los terneros caerán 6 centavos, ya que su precio máximo se ubicaba en $ 2,78 y ahora se fijará en $ 2,72. Otro dato destacado de la lista muestra que la vaca buena cae 15 centavos y podrán pagarse hasta $ 2,15 por kilo vivo.
Los valores del kilo vivo determinan, según el cálculo de Moreno, precios de referencia para el consumo en mostradores, los que se modificarán supuestamente para los 12 cortes aún vigentes, según el acuerdo de la cadena.
Frente a esa situación, ésta parece ser una nueva reacción del gobierno luego del paro de comercialización que mermó fuertemente la oferta en Liniers. «Como pese a la menor oferta los precios no subieron habrán creído que pueden fijarse precios más bajos...», comentaba resignado un consignatario anoche. La cadena de la carne comienza ahora otra batalla por los precios a horas de que empiece uno de los períodos de mayor demanda interna: las fiestas de fin de año.
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