El presidente saliente del Banco Mundial, James Wolfensohn, reconoció hoy que no tiene "un menú" para ayudar a países como la Argentina a superar sus crisis financieras, pero adelantó que su organismo está listo para trabajar en inversiones y servicios públicos en esa nación "cuando sepamos cuáles son las reglas".
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Hablando en una rueda de prensa en Washington en el marco de la reunión de primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), Wolfensohn dijo "desear que existiese una solución única para las crisis que aparecen en distintas formas", ya que "cada crisis y solución es diferente", como ocurrió con la debacle financiera argentina del 2001.
"Yo no tengo ningún menú para Argentina en este momento, le dejo a mis colegas en el Fondo la tarea de desarrollarlo", se resignó el presidente del Banco Mundial, quien comenzó la conferencia de prensa en tono melancólico por su salida.
A pesar de no contar con un "menú", Wolfensohn no se privó -como en el pasado- de hacer algunos comentarios sobre la situación en Argentina.
"Mi esperanza es que Argentina tenga la voluntad de ser parte del sistema financiero internacional vigente", dijo el presidente del Banco, quien enseguida recordó que es el FMI "el que está negociando" con Argentina para alcanzar un nuevo acuerdo que le permita retornar a los mercados internacionales de capitales.
"Yo le dejaría este tipo de preguntas a Rodrigo Rato", el director del FMI, señaló el jefe del Banco, quien será reemplazado por el estadounidense Paul Wolfowitz.
Finalmente, Wolfensohn afirmó que, en cambio, el Banco "está listo para trabajar con asuntos sociales, de servicios públicos, programas de inversiones" en Argentina, pero "cuando sepamos cuales son las reglas y los acuerdos" vigentes en el país.
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