En una jornada en la que predominaron las bajas entre la deuda emergente, los bonos argentinos volvieron a ser los que más retrocedieron con caídas que superaron 2%. El panorama internacional definitivamente no favorece a las economías en desarrollo. Además del nerviosismo que existe por la reunión de la Reserva Federal que se inició ayer y las debilidades que viene mostrando el sector hipotecario norteamericano, se conoció que la industria también estaría mostrando señales de debilitamiento. Esto provocó que el «fly to quality» (buscar protección en activos más seguros pero que al mismo tiempo rinden menos) se profundizase. Así, el Global 2030 de Brasil, el papel más líquido entre los emergentes, retrocedió 0,30% y ahora rinde 6,10% anual en dólares. Por su parte, el «Embi Plus», promedio del riesgo de los países en desarrollo, subió 5 puntos a 172 unidades.
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Para Florencia Piqué, de PortfolioPersonal, la causa de las fuertes caídas en los bonos argentinos es que éstos, «además de estar sufriendo el contexto externo también tienen frentes locales para preocuparse tales como las elecciones presidenciales y la desconfianza de los inversores». El Discount en pesos cerró ayer en su mínimo del año de $ 140 tras perder 1,33%, mientras que el Par retrocedió 0,90%. En cuanto a los bonos posdefault en pesos, éstos bajaron, en promedio, 0,7%.
Los cupones PBI tuvieron una fuerte caída tanto en dólares como en pesos. Mientras que los nominados en moneda local perdieron 2,30%, los de legislación Nueva York cedieron 0,33 por ciento. Algunos especialistas resaltan que el valor de cierre de ayer ($ 12,70 en el MAE) es un buen precio para comprar. Explican que estas unidades continúan disfrutando de buenos fundamentos macroeconómicos y que la interpretación de que la crisis energética afectará seriamente el PBI en el corto plazo, y por ende, el rendimiento de estos papeles sería errónea. Lo cierto es que las ventas siguen arreciando.
Hoy los inversores estarán atentos al comunicado que dé a conocer la Reserva Federal una vez finalizada su reunión, el cual podría empezar a tranquilizar las aguas. Piqué resalta que habrá que prestar atención «a las palabras que utilizan para referirse a la inflación y ver si hacen alguna referencia sobre el sector inmobiliario». A pesar de que ningún especialista cree que la Fed modifique la tasa de interés de 5,25% en la que se encuentra, algunos empiezan a pronosticar que se podría bajar antes de fin de año.
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