Antonio Mata, presidente del comité ejecutivo de Aerolíneas Argentinas, anunció ayer que su controlada Austral dejará de volar a Mar del Plata, Iguazú, Resistencia, Corrientes, Salta y Tucumán, en «acatamiento» a lo dispuesto por el secretario de Transporte, Ricardo Jaime. Y confirmó un adelanto de este diario: irá a la Justicia -pedirá la apertura de la feria- para reclamar vía amparo que se le restituyan esas rutas.
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La cancelación de los vuelos se produciría -de no encontrarse una solución- a partir del 1 de febrero; quienes hubieran comprado pasajes posteriores a esa fecha podrán optar por el reintegro del valor o tratar de ser reubicados en vuelos de Aerolíneas, posibilidad bastante remota habida cuenta de que hoy la casi totalidad de los aviones parten llenos y con lista de espera. Las cancelaciones afectarán -de mantenerse- a los 400.000 pasajeros anuales que usan esos servicios.
Como se recordará, por Resolución 854/04, la Secretaría canceló los permisos que tenía Austral para volar a esas ciudades, dado que -según adujo- no se habían presentado en tiempo y forma las solicitudes para renovarlos. Austral argumentó que los permisos habían caducado en el año 2000, cuando la empresa estaba en otras manos, a pesar de lo cual los sucesivos gobiernos los habían prorrogado mes a mes. «Ahora queremos volver a volar como aerolínea regular, y si no podemos hacerlo, acataremos la ley y dejaremos de volar.»
Ayer por la tarde, Jaime emitió una resolución por la que autoriza a Austral a mantener la prestación del servicio de esas rutas, limitando los efectos de la 854/04 y permitiendo a la empresa adecuarse «en un plazo de tres meses a las exigencias previstas en las normas vigentes». Un comunicado del organismo dice que por «la Resolución 854/ 04, la Secretaría de Transporte pretendió lograr seguridad jurídica, transparencia y previsibilidad económico-financiera en la operación comercial de las empresas. No obstante ello, con el objeto de preservar el derecho de los usuarios y asegurar la continuidad del servicio público de transporte aéreo, la Secretaría dispuso limitar los efectos de la medida adoptada. Corresponde ahora a Austral la ratificación de la solicitud de las rutas mencionadas, en el plazo previsto por la misma.»
Consultadas fuentes de la empresa, dijeron con vehemencia que «no cambió nada, absolutamente nada. Nosotros venimos volando a esos destinos desde hace casi 40 años, y no tenemos que reafirmar ningún derecho: ya lo tenemos. Queremos que la Secretaría de Transporte lo reconozca y no haremos ninguna presentación al respecto».
La negativa a aceptar la mano que tímidamente tendió Jaime tendría que ver con la guerra abierta que declaró ayer Mata en conferencia de prensa contra el subsecretario de Transporte Aerocomercial, Ricardo Cirielli. El empresario dijo que este funcionario «mostró mala voluntad hacia nosotros desde siempre, con una actuación perversa, y plantea diferencias con otras empresas, como LAFSA, que no tienen ni aviones». Agregó que la medida de Jaime «es un aviso de hacia dónde va la política aerocomercial de la Argentina: se nos dificulta la operación a nosotros y se mantiene y subsidia a una empresa sin aviones para buscarle un ' novio'», en obvia referencia a la estatal LAFSA y a la posibilidad de que surja algún interesado en quedarse con ella.
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