Cottani: "Dolarizar como último recurso es imprescindible"
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El costo de la construcción subió 2,3% en febrero ante una aceleración de los materiales y salarios
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La inflación mayorista fue del 1,6% en febrero y se aceleró por segundo mes consecutivo

Periodista: ¿Cómo analiza el derrumbe de los bonos argentinos?
Joaquín Cottani: Simplemente, lo que pasó en los mercados está relacionado con el rumor sobre reestructuración de deuda y alguna confusión sobre qué tipo de operación se va a implementar. Si bien se habló de una operación voluntaria, el mercado advierte que eso depende más de la voluntad de cooperar de los organismos internacionales que la voluntad del gobierno de poder desarrollar el canje de forma conveniente.
P.: ¿No se apresuró demasiado Cavallo en anunciar un canje global de la deuda?
J.C.: El gobierno hizo bien. Hoy por hoy que el riesgo aumente a 2.000 puntos mucha importancia no tiene. En todo caso, tiene importancia para tenedores de bonos y para el sistema bancario. Ahora se los está tratando de convencer de canjear deudas con más garantía.
P.: ¿Sirve insistir con la garantía de recaudación para colocar deuda más barata?
J.C.: El país puede ofrecer eso, no cuenta con otro recurso. A eso puede sumarle la garantía de organismos. Lo que se consigue de esta forma es plantear en forma cruda la necesidad de que los países del G-7 definan claramente qué quieren hacer. No están explicando en qué condiciones estarían dispuestos a ayudar a los organismos.
P.: ¿Faltó apoyo internacional desde que se anunció la ayuda del FMI?
J.C.: La propuesta del gobierno fue primero avanzar con el canje local y que luego vayamos a buscar el canje internacional.
P.: ¿Qué opina del rol que están teniendo los países desarrollados con la Argentina?
J.C.: Una lección que el G-7 debe aprender de todo esto es que no puede seguir exigiendo tanto del mundo y siendo tan mezquino. El problema de la Argentina no está derivado del gasto excesivo, es un problema derivado de una combinación de factores internacionales que la debilitaron. Lo que hizo Cavallo al plantear el canje local e internacional es poner la presión sobre todas las partes del juego. El gobierno ya hizo su parte de compartir los costos, a través de ajuste de salarios y de las jubilaciones, además del ajuste exigido a las provincias.
P.: ¿Qué chance le asigna a la Argentina de caer en cesación de pagos total, al estilo Ecuador?
J.C.: El default a la ecuatoriana es propio de un país que tenía una deuda superior a 100% del producto. La Argentina es totalmente distinta, tiene una convicción y un pasado en materia de reformas estructurales que no tenía Ecuador. Se trata de un país infinitamente más organizado, no tiene que hacer el tipo de acuerdo que hizo Ecuador, que tuvo que recortar capital e intereses. Es preciso ahora reducir los intereses que empiezan a ser una especie de bola de nieve. Además, esto permitiría alcanzar más fácilmente el déficit cero.
P.: ¿Cuánto más podrían seguir cayendo los títulos argentinos?
J.C.: Si uno toma el valor de un bono a 30 años con una tasa de 7% anual de interés sin garantía, debería tener un valor de 40 centavos. No es muy distinto a lo que vale el Global 2031. Todo lo que puede agregarse ahora como garantía real es ganancia. Estos precios que estamos viendo en el mercado son de default. Por eso, les conviene tanto a los acreedores como al gobierno crear nuevos instrumentos de deuda que eliminen esta volatilidad.
P.: ¿Es el momento de avanzar con una dolarización?
J.C.: La dolarización como recurso de última instancia es imprescindible. El mensaje de que la Argentina va a dolarizar antes que devaluar hay que mantenerlo. Y hay que estar dispuesto a hacerlo. No es necesario hacerlo en forma prematura, pero debe demostrarse voluntad de que si es necesario habrá una dolarización total de la economía. Por supuesto, debería ser una decisión refirmada por el Congreso.
P.: ¿Se tiene que ir Cavallo para tranquilizar a los inversores?
J.C.: Los mercados no quieren que se vaya Cavallo y no creo que éste sea el sentimiento de la gente en la Argentina. Hace falta una persona que pueda perservar en los compromisos del déficit cero y la no devaluación, por lo cual sería un error cambiar ahora.
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