Cumbre hoy del G-8 por la suba de alimentos y petróleo
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Fuentes japonesas señalaron ayer que una de las propuestas que se considerarán en Toyako tienen que ver con planes para establecer una reserva de cereales con el fin de poder enfrentar mejor las crisis alimentarias en el futuro.
La propuesta requerirá de cada nación del G-8 el almacenamiento de una cantidad determinada de granos y de su lanzamiento al mercado en un esfuerzo coordinado para estabilizar los precios si es necesario. Actualmente, Japón y Alemania son los únicos países del G-8 que tienen excedentes de granos.
El proyecto se presenta en medio de advertencias del presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, respecto de que el aumento de los precios de los alimentos y el combustible está llevando a los países más pobres a una «zona peligrosa» que amenaza su desarrollo económico.
En cuanto al cambio climático, funcionarios de la Unión Europea señalaron que quieren que del encuentro surja «un lenguaje más fuerte» que el utilizado en el documento final de la cumbre del año pasado, celebrada en Alemania.
Pero el anfitrión de este año, el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, ya señaló que no debe esperarse un acuerdo que suceda al Protocolo de Kyoto, que insta a reducir las emisiones en un cinco por ciento a los niveles de 1990 y que vence en 2012.
La canciller alemana, Angela Merkel, se encuentra entre los más duros defensores del acuerdo e instó a sus colegas del G-8 a predicar con el ejemplo. Bush, por su parte, dijo tras su arribo que será «constructivo» en ese tema, pero reiteró su postura de que el acuerdo que suceda a Kyoto no tiene sentido a no ser que también imponga estrictas restricciones a grandes contaminantes como China e India.
Japón también quiere que en la cumbre se alcance un compromiso internacional para reducira la mitad la tasa de pobreza extrema en el mundo hasta 2015.
Sin embargo, ayer crecía la preocupación respecto de la posibilidad de que los líderes del G-8 pudieran dar marcha atrás de una promesa anterior, hecha en su encuentro de Gleneagles en 2005, sobre aumentar anualmente su ayuda al desarrollo a Africa en 25.000 millones de dólares.
«El actual borrador de comunicado (de la cumbre) es un escándalo», advirtió Max Lawson, asesor político de la organización no gubernamental Oxfam. «Ya se refiera a la ayuda a Africa, a la educación o a la salud, el texto muestra que los líderes están intentando diluir sus compromisos financieros anteriores o incluso incumpliéndolos totalmente.»
Se espera que los líderes del G-8 denuncien la situación en Zimbabwe tras la reelección del presidente Robert Mugabe en unos comicios considerados ilegítimos. Pero no se espera que llamen a imponer nuevas sanciones al país africano.
En cuanto al precio del petróleo, está previsto que llamen a una mayor transparencia en los mercados y a mejorar la eficiencia energética. Los controvertidos llamamientos a incrementar el uso de la energía nuclear serán considerados en el capítulo de diversificación energética.
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