Fantástica globalización cuando nos suba el mercado, maldita globalización cuando lo baje. Blanco o negro, casi sin matices y un racimo nutrido de índices de todas partes, a los que se ve alineados a lo que haya generado el de arriba. Hoy mismo, cuando se estén leyendo estas líneas, y viniendo desde la rueda de ayer, el remate de junio estaba casi enteramente en manos de lo que se hubiera discutido dentro de la Reserva Federal.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Todo depende de cómo se encuentre la «estratósfera» del mundo bursátil para después entrar a discernir qué se puede distinguir en el ámbito de la «atmósfera». Y donde los inversores locales van a la feria de papeles, procurando elegir los más nutritivos de esos días o de una semana. En el ritmo del «tiempo real», del minuto a minuto con las novedades de todo confín, junio no ha visto cambiar el orden cerrado que ha venido manteniendo. Sigue el Merval siendo un competidor sumamente relegado en los considerandos, teniendo al IPSA chileno gozando de todo su esplendor: en el semestre con alza cercana a 30%, mientras Buenos Aires -hasta el pasado martes-apenas si alcanzaba 5% en seis meses. En lo que hace a competencia ampliada, seguimos luchando palmo a palmo con los japoneses y su Nikkei y que, al menos en lo bursátil, están a la par de la Argentina con un pésimo rendimiento en este semestre. El Dow Jones, más mediático y conversado que eficaz, entre tantos ratios, indicadores y « memos» de la Fed y de los analistas privados, no emerge más allá de un pálido 7% para medio año de idas y venidas. Y más allá de todos y de todo, flotando en la estratósfera bursátil, andan los chinos y su Shanghai que todavía tiene bastante gordura para quemar: andan rondando 50 por ciento de aumento, en solamente seis meses de 2007. La cuenta entre puntas salta de modo casi redondo, muy fácil: lo que entra unas diez veces lo que subió el Merval, en lo que trepó el recinto de Shanghai.
Ponderable actuación de otros dos indicadores regionales, que merecen buena mención, como lo hecho por el Mexbol (mexicano) y el más de 18% anual, a pesar de haberse quedado muy atrás del IPSA chileno. Tal vez más ponderable todavía es lo de Brasil con su Bovespa, que estaba terminando junio con más de 21% de rinde. Y es así como estamos « emparedados» entre dos vecinos limítrofes que nos dejan el lugar... del salame. Repitamos lo de Chile, en torno a 30%, y puntualicemos a Brasil en más de 21%: nuestro Merval, sólo 5 por ciento.
Podría pensarse, muchos lo vienen haciendo desde hace bastante -y hasta han llegado «recomendaciones» fabricadas afuera, bajo nombres en inglés- que puede darse una transferencia de fichas, de mercados con altos rendimientos al nuestro: pero, esto no sucedió hasta ahora. Y con lo difundido que está el asunto de la crisis energética, flaco favor nos agregan...
Dejá tu comentario