Un recambio clave se producirá en el Banco Central este mes. El 24 vencen los mandatos de cuatro directores (casi la mitad del directorio de diez) y se aguarda que el presidente Néstor Kirchner defina junto con el titular de la entidad, Martín Redrado, quiénes ocuparán los cargos vacantes.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Una alta fuente del directorio aseguró a este diario que por lo menos algunos de los nuevos directores serán nombrados para el 24 de setiembre, cuando vencen los actuales mandatos. «Es probable que se reserven algunos puestos para el nuevo gobierno, pensando que Cristina (Kirchner) llega a la presidencia, pero es muy difícil manejar el BCRA sólo con seis directores, incluso desde el punto de vista operativo», explicó el funcionario.
El directorio, por ejemplo, sólo puede reunirse y tomar decisiones si cuenta con quórum, para el cual es necesaria la presencia de al menos cinco miembros. Así lo dispone el artículo 12 de la Carta Orgánica de la entidad. Pero además se considera que en caso de ser sólo cinco los participantes en la reunión, uno de ellos debería ser el presidente. Por lo tanto, en caso de ausencia de Redrado (por ejemplo por viaje), el directorio quedaría sin funcionar.
Además, se reúnen semanalmente seis comisiones y dos comités. «El espíritu -destacan en el BCRA- es que en cada una de estas comisiones haya no menos de dos directores. Con las salidas de las próximas semanas quedarían varias funcionando con un solo miembro.»
Aunque el Central se manejaal menos legalmente como una institución autónoma del Poder Ejecutivo, el nombramiento de los directores depende casi exclusivamente de la decisión presidencial. Luego, el Senado debe refrendar o rechazar la elección del Ejecutivo. Claro que como será imposible llevar adelante este proceso en apenas 20 días, si Kirchner realiza algún nombramiento, el elegido comenzaría a trabajar «en comisión» hasta que llegue la aprobación definitiva del Congreso.
No se descarta que Kirchner opte por darle continuidad a alguno de los actuales directores que deberían alejarse (se da casi por seguro a Luis Corsiglia) y realizar algún nombramiento adicional. Pero luego podrían reservarse otros puestos para completar después del 10 de diciembre. A continuación, el panorama de cómo sigue el funcionamiento del directorio del BCRA:
Se van el 24 de este mes: hay tres directores que no continuarán en funciones, aunque por lo menos alguno de ellos podría seguir por decisión de Kirchner. El que más posibilidades tiene de seguir es Luis Corsiglia, que el año pasado reemplazó a Ricardo Branda, removido por el presidente de la Nación tras quedar procesado por el caso de coimas del Senado. Tiene buena relación tanto con Redrado como con la Casa Rosada. En cambio, sería más difícil que continúe Jorge Levy, quien fue superintendente hasta 2004. Si bien se le reconoce fuerte capacidad de trabajo y buena relación con el sistema financiero, su relación de larga data con Eduardo Duhalde serían un obstáculo insalvable para su continuidad. Por último, hay dudas sobre la situación de Eduardo Cafaro. Su mandato vence este mes, pero es un hombre de confianza de Kirchner, al punto que fue uno de los que manejaron los fondos de Santa Cruz cuando fueron enviados al exterior a fines de los 90. Pero una enfermedad lo mantiene alejado desde hace tiempo de la entidad y manifestó a gente de confianza dentro del Banco que su intención sería no regresar.
Se fue antes del vencimiento: Félix Camarasa había llegado al Central por sugerencia de Lavagna, por supuesto antes de la partida de este último de Economía. Pero dejó el BCRA el año pasado al ser designado para representar a la Argentina ante el Banco Mundial. Su puesto continúa vacante.
Siguen hasta el 24 de setiembre de 2010: Redrado, como presidente, y Miguel Pesce (de extracción radical), como vice, tienen mandatopor otros tres años, ya que fueron nombrados por el actual gobierno en 2004. Reemplazaron la gestión de Alfonso Prat-Gay, a quien se le había terminado el mandato que comenzó Pedro Pou. En la misma situación que el presidente y el vice se encuentran Zenón Biagosch (en su momento de buena relación con Roberto Lavagna y experto en temas relacionados con el lavado de dinero), Waldo Farías (superintendente y «pingüino» de extrema confianza presidencial), y Arturo O'Connell, de perfil académico y poca gravitación.
Dejá tu comentario