Europa cerró a la baja, aunque es justo reconocer que es la primera merma luego de cinco alzas consecutivas, por lo que nadie se alarmó demasiado. El dólar registró un ligero repunte frente a las principales monedas, quedando en u$s 1,0419 por euro y 120,4 yens. Los bonos del Tesoro acapararon otra vez el interés de los inversores y la tasa a 10 años retrocedió a 4.017% anual. El precio del petróleo se desplomó poco más de 3% luego de que Arabia Saudita y Rusia anunciaran que incrementarán la producción (esto derribó a Exxon, la mayor baja entre los integrantes del Dow). Pero por encima de todo esto, el presidente Bush anunció su esperado paquete de estímulo para la economía norteamericana. El problema es que por alguna razón el anuncio pasó sin pena ni gloria, a pesar de ser incluso "mejor" que lo que esperaban los más optimistas. Claro que hay que tener en cuenta que hablamos del tercer o cuarto paquete de este tipo que lanza el Poder Ejecutivo desde que asumiera hace poco más de un año. No hay que olvidar que los anteriores no alcanzaron (la idea es que la economía debería crecer a 3% o 3,5% anual y no a 0,5% o 1%) y que éste es el que más riesgos conlleva por el lado del endeudamiento que deberá asumir el Estado. Es cierto que el volumen estuvo algo mejor, pero apenas, lo que evidencio que el compromiso que asumió el Presidente para eliminar el impuesto a los dividendos no avivó demasiado la imaginación de la gente.Alguien habló ayer de una jornada mixta ya que mientras el Dow perdió 0,38% al cerrar en 8.740,59 puntos, el NASDAQ trepó 0,72%. Pero olvido citar que aquí las bajas superaron con creces a las subas. En el año el mercado gana casi 5%, pero ayer luego de escu-char al Presidente y por algún motivo no quedaba nada de ese buen sabor en la boca.
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