15 de octubre 2024 - 10:34

El FMI unificará las últimas dos revisiones del programa y Luis Caputo prepara su viaje a Washington

Entre el 21 y 26 de octubre próximo tendrá lugar la Asamblea Anual del Fondo y del Banco Mundial en Washington. El ministro Luis Caputo se alista.

De las metas que el organismo puede exigirle, la Casa Rosada registra un superávit fiscal mayor al acordado, pero le quedarían por sumar unos u$s2.000 millones a las reservas. Ahora, en cambio, tendrá la oportunidad de llegar con más margen de negociación
De las metas que el organismo puede exigirle, la Casa Rosada registra un superávit fiscal mayor al acordado, pero le quedarían por sumar unos u$s2.000 millones a las reservas. Ahora, en cambio, tendrá la oportunidad de llegar con más margen de negociación

El Gobierno consiguió unificar las últimas dos revisiones del programa que mantiene con el FMI. Lo confirman fuentes del Palacio de Hacienda. El ministro Luis Caputo se prepara para emprender una nueva gira a Washington. Es una buena noticia porque, de otra forma, el país podría haber incurrido en un incumplimiento marcado por la falta de acumulación de reservas.

De las metas que el organismo puede exigirle, la Casa Rosada registra un superávit fiscal mayor al acordado, pero le quedarían por sumar unos u$s2.000 millones a las reservas. Ahora, en cambio, tendrá la oportunidad de llegar con más margen de negociación al 10 de noviembre cuando se hace efectivo el vencimiento del plazo para la décima revisión.

Se viene la Asamblea del FMI y Kristalina lo sabe

El dato a tener presente es que en la semana entre el 21 y 26 de octubre próximo tendrá lugar la Asamblea Anual del Fondo y del Banco Mundial en Washington. Es un hito importante porque será la oportunidad del ministro Caputo para mantener las reuniones pautadas con Kristalina Georgieva y el staff del FMI. Lo acompañarán el viceministro de Economía José Luis Daza y el secretario de Finanzas Pablo Quirno.

En ese esquema de encuentros sobresale el cónclave con Luis Cubeddu, quien está ahora a cargo del caso argentino. El funcionario venezolano tiene 58 años, una esposa argentina y vivió unos años en el país. En sus casi 30 años de carrera en el FMI, se volcó al trabajo en distintos programas de asistencia como Indonesia, Grecia, México y Ucrania. También fue parte del equipo que llevó el caso argentino en la transición entre Mauricio Macri y Alberto Fernández.

Cubeddu es vital para las aspiraciones argentinas: sabe que el equipo económico tendrá 30 días para darle forma a la negociación por la última doble revisión unificada. El funcionario del Fondo es especialista en reestructuraciones de deuda e intuye, además, que, en las próximas semanas, el gobierno argentino deberá decidir si avanza con un nuevo programa con el organismo o transita los próximos meses del 2025 sin rubricar un nuevo compromiso. De ambas revisiones depende el desembolso de u$s1090 millones.

Un tobogán que llega a Washington: Daza y la prioridad del orden financiero

No es la primera vez que el ministro Luis Caputo viaja a Washington en la segunda parte del año. En rigor, los viajes han sido permanentes, tanto del secretario Pablo Quirno como del resto del equipo. En los últimos 15 días, el enviado fue el viceministro José Luis Daza, gran conocedor de esa ciudad, porque fue donde hizo su doctorado (Georgetown). Daza es economista, conoce a Luis Caputo desde hace más de 30 años y fue uno de los fundadores del fondo de inversión QFR Capital Management junto a Demian Reidel, el titular del consejo de asesores económicos del presidente Javier Milei, y a David Sekiguchi, Kristen Boyle y otros inversores.

Ministro y viceministro piensan de la misma manera. Sostienen que tanto el frente financiero como el económico son dos áreas que, aunque relacionadas, admiten un análisis distinto en cada caso. En rigor, en el caso argentino, sostienen que las principales crisis de los últimos 30 años no han surgido de la economía, sino del sistema financiero. Por ende, se entiende que la prioridad la han puesto precisamente allí, dejando a un lado la suerte de la actividad económica. Privilegian el superávit fiscal, una baja del riesgo país y la intervención en el mercado cambiario a cualquier otra herramienta de control o política de incentivo.

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