En un movimiento sin precedentes, el Tesoro de Estados Unidos intervino directamente en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) de Argentina, vendiendo dólares —o, en su contraparte, adquiriendo pesos— en un intento por estabilizar la moneda local en un contexto de creciente presión cambiaria.
El Tesoro de EEUU irrumpe en el mercado cambiario argentino: un gesto contundente en medio de una nueva crisis
La acción del Tesoro de EEUU intenta estabilizar el peso, aunque su impacto dependerá de la confianza del mercado y los términos del salvataje financiero.
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Scott Bessent y Donald Trump se reunirán con autoridades argentinas el próximo martes.
Esta operación, que marca un hito en la relación financiera entre ambos países, se enmarca en un nuevo paquete de asistencia financiera liderado por Estados Unidos, apenas seis meses después del último rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI). La acción, aunque significativa, plantea interrogantes sobre su alcance y capacidad para modificar las expectativas del mercado en un escenario de incertidumbre económica y política.
Contexto de una crisis recurrente
Desde julio, Argentina ha enfrentado una acelerada demanda de dólares, impulsada por una combinación de factores. Por un lado, errores en la política monetaria han exacerbado la inestabilidad; por otro, la dolarización de carteras, un fenómeno habitual en períodos preelectorales, ha intensificado la presión sobre el tipo de cambio. Esta dinámica desencadenó una nueva crisis cambiaria, agravada por las dudas sobre la capacidad del país para cumplir con sus compromisos de deuda pública. Frente a este panorama, el equipo económico argentino se vio obligado a gestionar un nuevo salvataje financiero, esta vez con el Tesoro de EEUU como principal protagonista.
En las últimas semanas, tanto el Banco Central de la República Argentina (BCRA) como el Tesoro argentino han recurrido a sus reservas para intervenir en el mercado y sostener las bandas cambiarias establecidas. Sin embargo, los esfuerzos locales han sido insuficientes. La semana pasada, el Tesoro argentino agotó los dólares obtenidos tras la eliminación temporal de retenciones a las exportaciones (medida que tuvo un costo fiscal aproximado de u$s 1.000 millones), una acción que había generado una fuerte oferta de divisas. Para el jueves, con el dólar mayorista rozando el techo de la banda cambiaria —punto en el que el BCRA debe intervenir—, el Tesoro de EEUU dio un paso al frente, pasando de las declaraciones a una acción concreta: la venta directa de dólares en el MULC.
La noticia del acuerdo con el Tesoro de EEUU trascendió el miércoles por la tarde, generando un impacto inmediato en los mercados. Los bonos argentinos experimentaron una reacción positiva, reflejando un renovado optimismo entre los inversores. Sin embargo, el tipo de cambio no mostró la misma respuesta, ya que la demanda de dólares continuó ejerciendo presión.
Un gesto contundente, pero limitado
La intervención del Tesoro de EEUU ha sido interpretada como un gesto de apoyo significativo, pero con alcances limitados. Según comentarios en redes sociales de figuras como Scott Bessent, Secretario del Tesoro estadounidense, el paquete de asistencia no incluye una línea específica para sostener el valor del peso. Esto marca una diferencia sustancial con episodios previos, como el "muro de dólares" de 2018, cuando el BCRA decidió poner a la venta u$s5.000 millones a un valor determinado para contener el precio de la divisa americana, medida que por cierto fue exitosa dado que nunca se llegó a operar a ese precio.
El Tesoro de EEUU no asumirá el rol del BCRA ni del Tesoro argentino en la defensa de las bandas cambiarias. Su intervención busca, más bien, generar un cambio en las expectativas del mercado, reforzando la percepción de que las actuales bandas son sostenibles y disipando especulaciones sobre una inminente devaluación, un tema que ha dominado las discusiones en las últimas semanas.
Sin embargo, la decisión del Tesoro de EEUU para intervenir de manera recurrente no sería ilimitada. Podría realizar una o dos ventas adicionales de dólares en caso de que la presión cambiaria persista, pero no es ni será su función replicar las intervenciones masivas del Tesoro argentino, que llegó a vender hasta 500 millones de dólares diarios, o del BCRA, que desembolsó 1.100 millones en tres días hace apenas tres semanas.
Un escenario de incertidumbre y expectativas
La próxima semana será crucial para evaluar el impacto de estas medidas. El martes, el presidente Javier Milei visitará la Casa Blanca, donde se espera que se anuncien los detalles del paquete de asistencia financiera. Entre los puntos más esperados está la confirmación de un swap de 20.000 millones de dólares, aunque aún se desconocen aspectos clave, como los plazos para la activación de tramos específicos antes de las elecciones o las condicionalidades asociadas al acuerdo.
El rescate financiero, por sí solo, probablemente impulse los precios de los bonos argentinos y reduzca el riesgo país, un indicador que refleja la percepción de los inversores sobre la solvencia del país. Sin embargo, el éxito del plan dependerá de su capacidad para reducir la demanda de dólares y fomentar una oferta genuina que permita al tipo de cambio estabilizarse dentro de las bandas de flotación. La intervención del Tesoro de EEUU puede haber frenado momentáneamente la corrida cambiaria, pero no necesariamente ha resuelto la demanda estructural de dólares, alimentada tanto por necesidades de cobertura como por otros factores económicos y políticos.
Elecciones y el futuro del esquema cambiario
Las elecciones próximas añaden una capa adicional de incertidumbre. El resultado electoral, junto con sus implicaciones para las políticas económicas y financieras, será determinante. Aunque Scott Bessent ha defendido la adecuación de las actuales bandas cambiarias, el mercado parece no compartir esa percepción. La presidenta del FMI, Kristalina Georgieva, ha reiterado en redes sociales la importancia de acumular reservas, una señal que podría interpretarse como una presión para ajustar el esquema cambiario en el corto plazo.
En este contexto, las próximas semanas estarán marcadas por una intensa volatilidad en los ámbitos económico, financiero y político. La acción del Tesoro de EEUU, aunque significativa, no garantiza una solución definitiva a los desafíos estructurales de Argentina. La clave estará en la capacidad del gobierno para alinear las expectativas del mercado con las políticas económicas, un desafío que requerirá no solo respaldo financiero externo, sino también una estrategia interna coherente para restaurar la confianza.
En conclusión, la intervención del Tesoro de EEUU en el MULC representa un movimiento audaz, pero su impacto dependerá de factores que van más allá de la venta de dólares. La visita de Milei a Washington, los detalles del acuerdo financiero y el resultado de las elecciones serán determinantes para definir si este gesto se traduce en una estabilización sostenible o si, por el contrario, la presión cambiaria vuelve a imponerse. Por ahora, Argentina enfrenta semanas de pura incertidumbre, con el mercado atento a cada señal que pueda moldear el rumbo económico del país.
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