El movimiento comercial de Avenida Avellaneda, uno de los polos mayoristas de indumentaria más relevantes del país, atraviesa un proceso particular este fin de año: los comerciantes lo describen como un “Cyber Monday” permanente, pero no por las ventas, sino por los precios de alquiler.
Avenida Avellaneda en modo "Cyber Monday": alquileres al 50% por derrumbe del consumo y presión de Shein y Temu
Vendedores del corredor comercial en los barrios de Flores y Floresta negocian renovaciones de contratos con fuertes bajas debido a la falta de ventas. También se suman pasacalles, ofreciendo un mes de gracia y bonificación de la llave. La palabra de la Cámara de Comercio.
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“Es imposible pagar $5 millones de alquiler y vender remeras a $6.000”, asegura un comerciante.
Al calor de la caída del consumo, la apertura de importaciones y el desembarco virtual de plataformas como Shein y Temu, los valores publicados para los locales de los barrios porteños de Flores y Floresta se redujeron de manera significativa y proliferaron los pasacalles ofreciendo meses de gracia, llave bonificada o directamente sin llave, y rebajas de comisión.
“Hay locales que están al 50% de lo que se pedía hace unos meses. En otros casos, directamente te preguntan ‘¿cuánto podés pagar?’”, describen comerciantes de la zona. La postal se completa con carteles artesanales que cuelgan de galerías históricas ofreciendo “Alquilo local – Mes de gracia”.
La sensación de transitar por un corredor golpeado, se extiende a otras zonas comerciales.
Según el relevamiento de locales vacíos de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), correspondiente al bimestre septiembre–octubre, se registró una caída bimestral de 8,8% en las principales áreas relevadas, aunque con un alza interanual del 58,6%.
En el caso específico de Avenida Avellaneda, los locales vacíos crecieron 50% interanual, pero cayeron 1% en la comparación bimestral, lo que sugiere cierta estabilización tras meses de ajuste.
Los comerciantes: caída de micros, ventas en vivo y alquileres imposibles
“El alquiler promedio en Helguera y Avellaneda era de $1,3 millones por un local de 2,50 x 2,50 metros. En noviembre ya pedían $1,6 millones y una llave de u$s 2.000. En las galerías, los cinco primeros locales costaban entre u$s10.000 y u$s15.000”, relata un comerciante con siete años en el rubro.
La caída del consumo comienza a modificar esos valores. Según cuenta el propio comerciante a este medio, la situación llegó a un punto tal que los roles se invirtieron: “En la galería donde estaba se fueron 11 locales. Cuando dije que me iba, el dueño me ofreció pagar la mitad de lo que pagaba. Luego que yo mismo le ponga el precio con tal de que me quede. No hay movimiento”, describe el vendedor.
Como parte del mismo panorama, el flujo de compradores mayoristas también retrocedió: “Antes venían 50 o 60 micros del distintos puntos del país los lunes y miércoles. Hoy llegan 12 los lunes y 20 los miércoles. Cayó totalmente el consumo”, explican desde la avenida comercial.
A su vez, en el centro del polo comercial, los locales más buscados -aquellos que pagaban entre $5 y $7 millones de alquiler y llaves estimadas en u$s170.000 cada dos años- hoy están siendo ofrecidos con bonificaciones generalizadas.
La necesidad de sostener ventas se dificulta con el desembarco en Latinoamérica de Temu y Shein, dos portales chinos que protagonizan la venta de artículos de consumo masivo online.
Es por eso que los vendedores buscan reconvertir sus estrategias para competir con el público que navega en la web, con transmisiones nocturnas en redes: “Hacemos vivos de TikTok desde las 9 de la noche hasta la medianoche, que es donde la gente más entra a redes. Pero es imposible pagar $5 millones de alquiler y vender remeras a $6.000. No hay forma.”, explican a este medio.
La descomposición del corredor comercial se resume en una fecha: el Día de la Madre, celebrado el 19 de octubre, que lo describen como la peor jornada de los últimos 20 años.
La lectura técnica: Avellaneda no se desploma; está ajustando por precio
Para Mariano Malbrán, presidente de la Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios (CAMESI), analista del mercado inmobiliario comercial, el fenómeno de Avellaneda debe leerse en contexto: “Aun con persianas bajas y sensación de sobreoferta, Avellaneda se comporta mejor que otros ejes como Rivadavia o Corrientes, donde la vacancia volvió a subir. El corredor no está derrumbado: está ajustando por precio y flexibilizando condiciones.”
Malbrán explica que en 2022 y 2023 se pedían valores “muy elevados en dólares o en pesos” ajustados de manera anticipada. A poco de completar dos años de la actual gestión, describe el escenario de la siguiente forma:
- bajó la proporción de alquileres expresados en dólares,
- muchos propietarios publican cifras altas pero convalidan rebajas fuertes al negociar,
- se generalizaron los meses de gracia,
- las llaves son más chicas o directamente no se cobran.
En relación con la baja de 50% mencionada por los comerciantes, Malbrán aclara: “Ese número suele surgir de la diferencia entre valor pedido vs. valor efectivamente cerrado, más la baja real en términos de dólares e inflación. No necesariamente es una baja nominal literal del 50% en pesos.”
Por caso, cita un aviso reciente en Av. Avellaneda al 3500 -36 m², en plena zona textil- que reza:
- Alquiler pedido: $2.500.000 mensuales
- Llave: u$s75.000
Del relevamiento de avisos publicados, los rangos actuales en la zona son:
Locales pequeños (20–40 m²):
$1,8 a 2,5 millones por mes.
Locales industriales/doble altura (100–150 m²):
$3,5 a 6 millones, según ubicación, frente y estado.
La mirada macro de la CAC: consumo frío pero sin riesgo de “inundación importada”
El economista jefe de la CAC, Matías Wilson, contextualiza el fenómeno dentro del panorama general del consumo y el comercio exterior: “La importación de bienes finales representa, en promedio, solo el 11% del total. El resto son insumos, piezas, accesorios y bienes de capital. Con este nivel de tipo de cambio real, Argentina mantiene superávit comercial, por lo que no se observa riesgo de una ‘inundación’ de productos importados.”
Como panorama general, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) marca que en octubre, las ventas minoristas pymes registraron una variación interanual de -1,4% a precios constantes, mientras que, en la comparación mensual desestacionalizada, la variación fue de 2,8%. En lo que va del año, acumulan un incremento interanual del 4,2%.
Con relación a la situación económica de los comercios, el 56% indicó que se mantuvo igual al año pasado. Sin embargo, el 33% advirtió un empeoramiento, tres puntos porcentuales por encima de agosto, lo cual se reflejó en la reducción del porcentaje de comerciantes que percibió una mejora (7,2%).
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