30 de septiembre 2025 - 00:00

Entre el estancamiento, algunos brotes verdes y la tensión financiera: cómo llega la economía a las elecciones

Los datos privados de agosto mostraron cierto freno en la caída de la actividad económica. Sin embargo, las dudas sobre el esquema cambiario y los comicios de octubre le ponen un techo a la recuperación.

La industria parece haber mejorado en agosto, desde un piso extremadamente bajo.

La industria parece haber mejorado en agosto, desde un piso extremadamente bajo.

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Los últimos números oficiales mostraron que la economía cayó en julio por tercer mes consecutivo y se ubicó un 1,5% por debajo del último pico de febrero. Para agosto las perspectivas no eran mejores, ya que se preveía un mayor impacto del salto en las tasas de interés.

Vale recordar que, entre mediados de julio y mediados de agosto, la tasa nominal anual de los adelantos que utilizan las empresas para financiar capital de trabajo se triplicó, hasta alcanzar un techo de 93%. Luego comenzó a ceder, pero hasta fines del mes pasado se mantuvo en la mayoría de los días por encima del 80%.

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La actividad económica dio algunas señales positivas en agosto

Aun en este contexto, la consultora Equilibra pronosticó para el octavo mes del año una variación positiva del 0,5% en el EMAE, respecto de julio. Este repunte se explicó por un incremento del 0,9% en el sector agropecuario y del 0,5% en el resto de los sectores.

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Fuente: Equilibra.

Fuente: Equilibra.

En cuanto al agro, la mejora fue traccionada por la mayor producción de maíz y leche. Asimismo, la suba en el EMAE sin agro fue impulsada esencialmente por la performance de la industria y el comercio.

"Todos esperábamos que en agosto pegue más lo de las tasas, pero hay otros efectos que contrarrestaron. La industria, por ejemplo, viene cayendo mucho, con rubros como alimentos y bebidas que en julio estuvieron 10% abajo de febrero. Algún rebote ibas a tener. La situación del comercio es parecida", explicó a Ámbito el analista de Equilibra, Gonzalo Carrera.

Con un cálculo similar, la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) estimó un incremento mensual del 1% para la industria manufacturera en el período en cuestión. La entidad resaltó igual que "desde febrero se encontraría transitando una nueva fase recesiva –la 12ª desde 1980, acumulando una caída anual del 6%", aunque la magnitud de este declive es menor a la de los casos anteriores.

"La mejora mensual de la actividad corregida por estacionalidad marca un impasse en la caída, pero aún resulta insuficiente para señalar el fin del deterioro de la actividad industrial observado en meses recientes", profundizó FIEL.

En la misma sintonía, el Índice General de Actividad (IGA) de Orlando Ferreres & Asociados arrojó un alza mensual del 0,7% para agosto.

Dólar, tasas y elecciones: la incertidumbre le pone un techo a la recuperación

Aunque se cumplan estas proyecciones favorables para la dinámica del mes pasado, la actividad seguiría siendo cerca de 1% inferior a la de febrero. Para lo que resta del año, en Equilibra no ven una recuperación sostenida, dada la incertidumbre política, la volatilidad cambiaria, el estancamiento del crédito y salarios bajos, aunque estos últimos exhibieron cierta mejora desde junio, luego de una fuerte merma entre febrero y mayo.

"Veo compatible a este rebote con un estancamiento o caída en el segundo semestre. Un dato mensual no hace a la tendencia", señaló Carrera.

Por su parte, en Ferreres advirtieron que "más allá del rebote, el escenario hacia adelante es desafiante" debido a que "las tensiones cambiarias y los traspiés políticos del Gobierno aumentaron la incertidumbre sobre una marcha económica que ya se mostraba aletargada".

"Los movimientos del Ejecutivo de los últimos días, logrando un apoyo explícito del gobierno Estados Unidos, sirvieron para calmar a los mercados y alejar temporalmente las dudas sobre sostenibilidad del programa económico, pero la marcha de la actividad económica parece haber quedado ligada al resultado electoral de octubre", acotaron.

El semáforo de actividad económica de Econviews reflejó, como viene ocurriendo desde que Javier Milei es presidente, una importante heterogeneidad. Por un lado resaltaron subas en la producción de autos y de acero, así como en las exportaciones e importaciones, a la vez que cayó la faena vacuna, la producción de harina y el consumo de cemento.

En paralelo, aumentaron los préstamo al consumo, pero al mismo tiempo se contrajeron los créditos comerciales e indicadores de escrituras y patentamiento de autos y motos.

"No esperamos una mejora relevante en la economía de acá a octubre. La incertidumbre en torno a las elecciones y también sobre la sostenibilidad del esquema cambiario congela la actividad general. La reciente baja de tasas da cierto alivio al sector privado, pero las decisiones de inversión se aplazan hasta después de las elecciones, momento en el que también se va a definir si vamos a un nuevo esquema cambiario o no", dijo al respecto Pamela Morales, analista de Econviews.

Con una perspectiva similar, Analytica adelantó un tenue rebote mensual del 0,1% en agosto, aunque no proyectan para el tercer trimestre una mejora acumulada.

El Gobierno dio un golpe sobre la mesa, pero no despejó las dudas sobre el dólar

Vale recordar que, luego de vender u$s1.100 millones para contener la escalada del dólar oficial, el Gobierno dio un golpe en la mesa anunciando una y consiguiendo contundente declaraciones de apoyo por parte del presidente norteamericano Donald Trump y sus funcionarios.

No obstante, las retenciones cero ya se levantaron, generando un descontento generalizado en los productores agropecuarios, no hubo más certezas sobre la asistencia monetaria de EEUU y el Tesoro apenas compró el 44% del extraordinario monto de divisas que liquidó el campo en apenas cinco jornadas. Por ende, las dudas sobre la sostenibilidad del esquema cambiario lejos están de ser disipadas.

Ante la consulta de este medio sobre el panorama de acá a las elecciones legislativas nacionales, Matías Rajnerman, macroeconomista del Banco Provincia, hizo foco en una dinámica "contraintuitiva". "Las expectativas de devaluación para después de octubre te pueden mejorar algunos datos, sobre todo de consumo, porque si pensás que después de las elecciones aumentan las cosas, tiene sentido comprarlas ahora, como pasó en 2023", detalló.

Es por ello que nadie se anima a garantizar una recuperación sostenida de la economía. La tensión financiera aparece recurrentemente en las evaluaciones de los especialistas como un factor que le pone un freno a las decisiones de consumo e inversión hasta tener un panorama más claro sobre la composición del Congreso a partir de octubre y la vida útil del actual régimen de bandas.

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