Ya estamos muy cerca de cerrar el año. Y si hay algo verdaderamente contundente, es que lo que más subió en el año es el grupo de los metales preciosos: plata (+87,5%), platino (+71,8%), paladio (+56,1%) y oro (+50,1%). El bitcoin, llamado a veces “oro digital” acumula una pérdida del -11,7% en lo que va del año. ¿Qué conclusión deberíamos sacar de esto?
La mejor inversión del 2026
Los metales preciosos vuelven a liderar el año y abren un nuevo ciclo alcista impulsado por tasas reales bajas, desconfianza en el dinero fiduciario y una deuda estadounidense en expansión. La plata emerge otra vez como la gran apuesta del 2026.
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CEO de Club de Inversores.
Para aquello que seguimos tendencias como filosofía de inversión, lo primero que debemos preguntarnos es si esta tendencia está agotada (la respuesta rápida es que no!). Pero para entender también la naturaleza de esta tendencia, hay que intentar comprender qué la motiva. Tenemos dos factores que son comunes a la suba de todo el grupo de los metales: tasas de interés reales muy bajas. Esto quiere decir que cuando a la tasa nominal que recibimos por depositar dinero a plazo en un banco, le sumamos la tasa de inflación, lo que nos queda es muy poco en términos históricos comparados. El segundo factor está ligado al primero, ya que tiene que ver con la falta de credibilidad en el dinero fiduciario que justamente genera inflación.
¿Y por qué estas dudas respecto al dinero papel o fiduciario? Porque se está abusando de la deuda y las expectativas nos hacen ver que eso va a empeorar antes que mejorar. La deuda de los Estados Unidos ya supera los u$s38 trillions (lo que en español llamaríamos billones de dólares). Para que quede claro, es el número 38 seguido de doce ceros. Pero no es solo importante el “stock” de deuda (el total de deuda acumulado). Sino que el flujo que acumula la deuda de EEUU (el déficit fiscal) indica que esta deuda sigue creciendo a gran velocidad (6% anual) y que no hay nada a la vista que haga que esta velocidad de crecimiento vaya a disminuir. Esto quiero decir que, al haber déficit fiscal, todos los años esa deuda crece. Distinta sería la película si el Tesoro de los Estados Unidos tuviera superávit fiscal, ya que eso indicaría un cambio en la dinámica de la deuda que le daría la posibilidad de ir decreciendo a lo largo del tiempo.
Deuda estadounidense y metales: una relación directa
¿Qué tiene que ver la deuda de los Estados Unidos con los metales preciosos? Lo que el mercado probablemente esté interpretando es que esa deuda no se puede pagar y que “al menos una parte” va a ser monetizada. ¿Qué quiere decir esto? Que la van a pagar con emisión. Y eso significa más papel moneda en comparación con los llamados hard assets, de los que los metales preciosos son el máximo exponente.
¿Cuál promete ser el mejor trade del 2026? La plata. Otra vez. Vamos a estudiar un gráfico histórico. Podemos distinguir en el pasado reciente dos grandes ciclos alcistas en la plata: 1970s: +3.600% en 98 meses y 2.000s: +1.130% en 113 meses.
Vamos a asumir que en septiembre 2022 comenzó otro ciclo alcista. Lleva acumulada una suba del 200% y han transcurrido hasta el momento solo 37 meses. Esto nos da una idea del potencial de suba que tenemos y el tiempo en que debería desplegarse si la historia fuera a repetirse de modo similar a los últimos dos ciclos alcistas.
Si asumimos que este ciclo podría significar una suba del 1000%, el precio de la plata debería subir hasta u$s215 por onza (el último precio es u$s46). Ahora bien. Alguien podría decir que lo que estamos analizando es el precio de la plata pero sin ajustar por inflación. En el siguiente gráfico podemos ver el precio de la plata en términos reales (ajustado por inflación).
Como podemos ver, los ciclos de suba siguen siendo bien significativos, aún ajustando por inflación. Pero vale aclarar que la plata tiene una gran diferencia respecto del resto de los metales. Y no es la oferta rígida, porque eso se cumple para todos. Es el creciente uso industrial de la plata: la demanda industrial de la plata se sostiene en propiedades físicas únicas que ningún otro metal combina en igual magnitud. Su altísima conductividad eléctrica, su maleabilidad y su resistencia a la corrosión la convierten en un insumo esencial para industrias que requieren eficiencia y confiabilidad. Por eso la plata es indispensable en la fabricación de componentes electrónicos, circuitos impresos, chips, baterías y contactos eléctricos. Además, su conductividad térmica y su estabilidad la hacen valiosa en aplicaciones energéticas, como paneles solares, donde actúa como conductor en las celdas fotovoltaicas. La transición global hacia la electrificación y la digitalización amplifica esta demanda estructural.
A su vez, la plata posee propiedades químicas y antibacterianas que impulsan su uso en sectores como la medicina, la purificación de agua, la industria química y la producción de catalizadores industriales. En los últimos años, la expansión de tecnologías limpias —vehículos eléctricos, energías renovables, almacenamiento energético— ha reforzado su rol como metal crítico en la transición energética. A diferencia de otros metales industriales, la plata combina demanda tecnológica creciente con una oferta relativamente rígida, ya que gran parte de su producción proviene como subproducto de minas de zinc, plomo y cobre. Esta dinámica genera un soporte estructural para su demanda industrial de largo plazo.
Por supuesto, este análisis no implica que uno deba hipotecar su casa y poner todo el dinero en la plata. Hay una serie de preguntas a responder antes de evaluar esta inversión. Destaco algunas: ¿Cuál es el vehículo para “comprar plata”? ¿Monedas? ¿Un ETF? ¿Mineras de plata? ¿Futuros? ¿Qué proporción del capital tiene sentido invertir en este commodity? ¿Qué riesgo implica esta inversión? La volatilidad de la plata es mucho más alta que la del oro, por poner un ejemplo. Por esto, tanto en el caso de la plata como en el de todas las inversiones, lo mejor es tomar una decisión en conjunto con profesionales que se dedican al diseño de portafolios de riesgo.
No querer pagar por esos servicios es un error ridículamente caro.
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