20 de enero 2020 - 10:01

Las buenas noticias (y las advertencias) del FMI a la Argentina

El organismo estima que Brasil, principal socio comercial del país, acelerará su crecimiento. A nivel global, la estimación es de 3,3% positiva.

Bajo el título “¿Tenue estabilización, lenta recuperación?”, el informe del FMI proyecta que el crecimiento mundial, que según estimaciones fue de 2,9% en 2019, aumente a 3,3% en 2020 y a 3,4% en 2021.
Bajo el título “¿Tenue estabilización, lenta recuperación?”, el informe del FMI proyecta que el crecimiento mundial, que según estimaciones fue de 2,9% en 2019, aumente a 3,3% en 2020 y a 3,4% en 2021.
Foto: AFP

Un moderado crecimiento y menos riesgos de desaceleración en la economía internacional presenta la última actualización del informe Perspectivas de la economía mundial (WEO en sus siglas en inglés) difundido hoy por el Fondo Monetario Internacional. En lo que respecta a la Argentina, una de las mejores noticias es la aceleración en el crecimiento esperado para Brasil, el principal socio comercial del país. Tras registrar subas algo superiores al 1% en los dos últimos años, el principal socio del Mercosur aceleraría su crecimiento a 2,2% en 2020 y a 2,3% en 2021.

Bajo el título “¿Tenue estabilización, lenta recuperación?”, el informe del FMI proyecta que el crecimiento mundial, que según estimaciones fue de 2,9% en 2019, aumente a 3,3% en 2020 y a 3,4% en 2021.

Estos porcentajes implican una revisión a la baja de 0,1 puntos porcentuales para 2019 y 2020 y de 0,2 para 2021, en comparación con las cifras presentadas en la edición de octubre del mismo informe.

La corrección a la baja se debe principalmente a resultados inesperados negativos de la actividad económica en unas pocas economías de mercados emergentes, en particular India, que dieron lugar a una revaluación de las perspectivas de crecimiento correspondientes a los próximos dos años. En unos pocos casos, aclara el Fondo, esta revaluación también tiene en cuenta el impacto del mayor malestar social.

Por el lado positivo, la actitud de los mercados se ha visto estimulada por:

  • Indicios que la actividad manufacturera y el comercio internacional están llegando a un punto de inflexión dados los estímulos monetarios.
  • También por los avances en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China
  • Por menores temores de que se produzca un Brexit sin acuerdo.

Particularmente, para América Latina se sigue proyectando un crecimiento relativamente bajo aunque en ascenso, ya que se proyecta una recuperación de un 0,1% estimado en 2019 a 1,6% en 2020 y 2,3% en 2021 (0,2 y 0,1 puntos porcentuales menos que lo señalado respectivamente en el informe WEO de octubre).

Las revisiones se deben a un recorte de las perspectivas de crecimiento de México en 2020-21, entre otras razones por la continua debilidad de la inversión, y a una importante revisión a la baja del pronóstico de crecimiento para Chile, que se ha visto afectado por la tensión social.

Estas revisiones están en parte compensadas por una revisión al alza del pronóstico de 2020 para Brasil, gracias a una mejora de la actitud tras la aprobación de la reforma de las pensiones y la disipación de las perturbaciones de la oferta en el sector minero.

En momentos en que la Argentina está tratando de aumentar sus exportaciones, la marcha del comercio internacional es un dato que importa. El volumen del comercio mundial subiría 2,9% y 3,7% en el año en curso y 2021, en ese orden (tras el magro crecimiento de 1% calculado para 2019). Las materias primas (excluidos combustibles) subirían marginalmente (1,7% en 2020 y 0,6% en 2021), en tanto que el petróleo retrocedería algo más de 4%.

En donde se seguiría diferenciando la Argentina es en materia de inflación. El Fondo proyecta que la suba de los precios al consumidor en los países emergentes y en desarrollo sería de 4,6% en 2020, que se contrapone con el 40% o más que prevén las consultoras privadas para el país durante el año en curso.

Riesgos

Con todo, el FMI advierte que “los datos macroeconómicos mundiales aún no arrojan señales visibles de que se esté llegando a puntos de inflexión”. Si bien la proyección de crecimiento de base es más débil, “la evolución desde el cuarto trimestre de 2019 deja entrever un conjunto de riesgos para la actividad mundial menos sesgado a la baja que en el informe WEO de octubre de 2019”.

Estas incipientes señales de estabilización podrían persistir y a la larga reforzar el vínculo entre el gasto de consumo, que sigue siendo resiliente, y un repunte del gasto de las empresas.

No obstante, el Fondo alerta que “los riesgos a la baja siguen siendo importantes, e incluyen la agudización de las tensiones geopolíticas, particularmente entre Estados Unidos e Irán, el aumento del malestar social, un nuevo empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y sus socios comerciales, y una profundización de las fricciones económicas entre otros países”. Y agrega que “la materialización de estos riesgos podría provocar un rápido deterioro que daría lugar a una caída del crecimiento mundial por debajo del nivel de base proyectado”.

En cuanto a las recomendaciones del organismo internacional, se señala que “para afianzar la actividad económica y prevenir los riesgos a la baja, es indispensable lograr una cooperación multilateral más sólida y una combinación más equilibrada de políticas a nivel de los países, teniendo en cuenta el espacio monetario y fiscal disponibles”.

Los objetivos principales siguen siendo desarrollar la resiliencia financiera, afianzar el crecimiento potencial y fomentar la inclusividad. Este último punto, el referido a la inclusividad, es de particular importancia para la Argentina que en sus últimas negociaciones con el Fondo ha logrado una flexibilización de las exigencias del organismo contemplando los serios problemas que el país enfrenta en el campo social.

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