Grecia afirma que no necesita un nuevo salvataje
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El primer ministro griego, Antonis Samarás.
Sin embargo, un reciente estudio de la OCDE destacaba que las perspectivas de crecimiento hechas por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pecan de optimistas y que al final de la década la deuda griega continuará suponiendo el 160 % de su PBI.
La necesidad de algún tipo de reestructuración o una quita de deuda en manos del sector "oficial" -estados europeos, BCE y FMI- es vista como inevitable por diversos análisis, pero Alemania se niega a ésta última opción.
Por ello, la opción más probable es la extensión de los vencimientos, la reducción de los intereses que paga Grecia por su deuda o la asunción de los fondos dedicados a la recapitalización bancaria por parte del BCE.
Esto es algo que Atenas exige alegando la cláusula del segundo memorándum según la cual se llevará a cabo algún tipo de medidas para "aliviar la carga de la deuda" en caso de que el país registre un superávit primario, lo que el Gobierno de Samarás espera para este mismo año.
Sin embargo, hasta que la oficina de estadística europea Eurostat no valide los resultados de las cuentas helenas -algo esperado para abril- no se podrá comenzar a hablar de una reestructuración de la deuda, y ello deja un calendario muy apretado dado que en mayo tendrán lugar las elecciones europeas, tras las cuales se elegirá a la nueva cúpula de la Unión Europea.
"Qué método se utiliza para aligerar la carga de la deuda se puede elegir inmediatamente después (de abril). Pero este tema pendiente debe ser resuelto en primavera. Creo que nuestros socios aceptan esta cuestión", dice Samarás en la entrevista.
Un acuerdo en este sentido podría verse como una victoria de la coalición gobernante en Grecia, de manera que aumente sus opciones de triunfo en las elecciones locales, regionales y europeas de mayo, que la oposición, liderada por la izquierdista Syriza, quiere utilizar para dar la última estocada al Ejecutivo.
Samarás, en cambio, se muestra seguro de que su Gobierno podrá terminar la legislatura iniciada el pasado año y desmintió la posibilidad de que se lleven a cabo elecciones legislativas el próximo año.
Por otro lado, la troika se encuentra en Atenas tratando de cerrar las negociaciones iniciadas el pasado septiembre para la concesión de un nuevo tramo del segundo rescate (1.000 millones de euros), aunque persisten las divisiones con el Ejecutivo griego en torno a diversas materias.
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