Antes Museo Renault y Rond Point; ahora La Tranquera: los primeros son los locales que el arquitecto Juan Carlos Pérez Zabala reconvirtió casi en íconos gastronómicos; el tercero es el nuevo proyecto que su constructora Comarco SA está encarando por estos días: el cambio total de la «histórica» parrilla sobre Figueroa Alcorta. «Por ahora los nuevos dueños han presentado ante el gobierno los anteproyectos; cuando se los apruebe, arrancarían las obras», dijo a este diario.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
El megalocal fue adquirido hace algunos meses por el desarrollador Pereyra Aragón -dueño también de Las Violetas, Dandy y el mencionado Rond Point-junto con un grupo de inversores. «Y estamos concluyendo El 22, un complejo en Palermo Hollywood con restorán en planta baja y tres pisos de oficinas: aunque el área parezca marginal para esa clase de destino comercial, hay una enorme demanda de productoras artísticas», sostiene el empresario.
En su charla con Ambito Financiero, Pérez Zabala no sólo habló de las obras de su empresa, sino también de las perspectivas del mercado inmobiliario porteño. A continuación, lo más saliente de lo dicho por el profesional:
Entre nuestras obras están el Museo Renault, los locales de Haagen Dasz, el Hotel-Virgo en Las Leñas, Rond Point (además de hacer proyecto, dirección y gerenciamiento de obra, acercamos a Audi para generar la alianza), etcétera.
Estamos actualmente trabajando en El 22 junto con nuestro colega Sergio Krimer. También en un hotel Howard Johnson's, casino y spa en Formosa, de unos 15.000 m2. Y, claro, en La Tranquera, que será totalmente renovada (es uno de los restoranes más grandes del área metropolitana) pensando en el turismo.
Los barrios sensación de estos últimos años están siendo reemplazados por otros en los que la incidencia del valor del metro cuadrado es menor.
Cuando un inversor quiere construir en un lugar, y las cuentas no le dan por el valor de la tierra, simplemente se desplaza algunas cuadras. ¿Quién iba a pensar hace un tiempo que en Juan B. Justo frente a las vías se iban a levantar torres de lujo? Bueno; pasó porque del otro lado de Santa Fe los terrenos se hicieron prohibitivos.
Lo mismo puede decirse del incipiente boom de Barracas, que tiene el doble mérito de estar cerca de Puerto Madero y de tener buenas propiedades (ex fábricas), lindas para reciclar.
Sucede que Puerto Madero ya alcanzó un punto casi de saturación porque no quedan predios y el valor de la tierra es altísimo. Por eso los desarrolladores apuntan a áreas cercanas como la mencionada Barracas o San Telmo.
También parece saturado el segmento más alto. Habrá que ver si los sectores medios alcanzan con sus ingresos (menguados en dólares) a participar del boom inmobiliario. Por ahora, aunque haya crédito, muchos no podrían pagarlos.
Una solución para bajar los valores en dólares de las propiedades medias sería, creo, atraer más inversiones con algún aliciente fiscal y ventajas impositivas. Tampoco ayuda el «corralito constructivo» impuesto en la Capital.
Dejá tu comentario