5 de diciembre 2006 - 00:00

Hasta ahora, el gobierno quebró el paro del campo gracias a la ayuda de militares y grandes empresarios

Con inesperada asistencia vacuna al mercado, aportada por grandes empresarios afines y dependencias estatales como el Ejército y la Armada (no había demasiado conocimiento de que los militares se dedicaran a esa actividad), el gobierno logró contener en precios el paro agropecuario iniciado el domingo (a pesar de que apenas pudo constituir con dos mil cabezas un parque que habitualmente, los lunes, registra un ingreso superior al doble). Más, hasta bajó cotizaciones, sobre todo por la mala calidad del ganado castrense (inclusive hubo graves denuncias por la venta de animales sin terminar, terneros obviamente, y vacas preñadas cuya faena está prohibida). Irritados, los productores hicieron circular la nómina de cabañas y empresarios que acercaron los vacunos a Liniers, los cuales en anteriores ocasiones también colaboraron con el gobierno. En la lista aparece la familia Werthein (La Paz), Gabriel Romero (Don Benjamín), Adrián Badey y Rodríguez Cavalli (Santa Olimpia), Leonardo Agusti (El Cabresto), Carlos Guerrero (La Fe) y Fernando Torreta (Lomantar). Hasta se habló, sin certeza sobre los animales, de Jorge Born. Curioso: el gobierno fue auxiliado por la "oligarquía vacuna" contra la que, se afirma, se dispusieron los controles en el mercado. Además, sorprendió por su ingeniería el periplo diseñado para transportar las jaulas militares desde Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires. La institución anoche enviaba más cabezas al mercado. Hasta ahora, en la Casa Rosada se respira por la picardía oficial de Guillermo Moreno y otros funcionarios para neutralizar la huelga del campo. Tanto que el ministro Aníbal Fernández acusó de "pavos" a los huelguistas, quienes cortaron varias rutas (por ejemplo, autopista Buenos Aires-Rosario), cuando jamás les dedicó esa burla a los piqueteros sociales. Todo sigue hoy, hasta el lunes próximo.

Corte de ruta ayer de distintos representantes del sector agropecuario en la autopista Buenos Aires-Rosario, a la altura de Villa Constitución, durante la segunda jornada del paro del campo.
Corte de ruta ayer de distintos representantes del sector agropecuario en la autopista Buenos Aires-Rosario, a la altura de Villa Constitución, durante la segunda jornada del paro del campo.
Como habitual termómetro de las protestas agropecuarias, el Mercado de Hacienda de Liniers fue el ringside del paro impulsado por Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria Argentina y Sociedad Rural Argentina.

El cese de comercialización impuesto por las tres entidades rurales determinó que el gobierno impulsara a un grupo de ganaderos y a las Fuerzas Armadas a abastecer el mercado. Esto generó un recrudecimiento de la relación campo-gobierno de imprevisibles consecuencias.

El gobierno descartó el desabastecimiento. No faltará carne, pan o harina. Sin embargo, sólo se negociaron 2.182 animales -una baja de 60% respecto de lo normal- con precios que curiosamente registraron fuertes pérdidas de hasta 12% debido a la mala calidad de los vacunos. De la oferta enviada al principal mercado de referencia, 50% correspondió al Ejército Argentino, que envió animales a través del Comando de Remonta y Veterinaria desde Monte Caseros, Bell Ville, Gualeguay o directamente desde Coronel Suárez, con la operatoria de la consignataria A.J. Mendizábal. La Armada abasteció con 25% del total ofertado, desde las localidades de Laprida y Azul, con la consignataria Usandizaga. Pero lo más destacado fueron las cualidades de los animales: no estaban terminados, eran terneros y también, según fuentes de Liniers, hubo vacas preñadas cuyo envío a faena está prohibido.

«Vimos el ternericidio tan criticado por el gobierno cuando impuso un peso mínimo para la faena», decía un rematador.

  • Animales mal vendidos

    Lo más sorprendente, sin embargo, fue el hecho de que el Estado haya malvendido sus propios animales. El Indice General del Mercado de Liniers apenas logró un promedio de 1,9, lo que implicó una baja de 12% en comparación con la última jornada de operaciones. A esas bajas se sumaron los animales enviados por grandes ganaderos: Cresud, Don Benjamín, Los Caldenes, Gregorio Numo y Noel Whertein, El Cabresto, La Fe, Santa Olimpia y Lomantar.

    La reacción de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y la Pampa (CARBAP) no se hizo esperar: «El escaso ingreso de hacienda, producto de lo enviado desde los campos del Ejército Argentino, de la Armada Argentina y de los empresarios contratistas del Estado que poseenalgún campo con hacienda, muestra el acabado sentimiento de malestar que atraviesa el productor agropecuario bonaerense y pampeano que participa de esta protesta sin enviar ningún animal al Mercado de Liniers ni cereales a los puertos», dijeron los ganaderos.

    Ante la posibilidad de que alguna manifestación se realice con el objetivo de neutralizar el paso de los camiones con hacienda, el gobierno salió rápidamente a responder. «No vamos a permitir que no se deje llegar hacienda al Mercado de Liniers bajo ningún punto de vista, porque están jugando con lo que significa la dieta»,
    afirmó el ministro del Interior, Aníbal Fernández. En declaraciones radiales, el funcionario sostuvo que el gobierno será «implacable» frente a estas situaciones.

    Para hoy se esperan también alrededor de 2.000 animales en Liniers. Hasta el cierre de esta edición se registraban ingresos de casi 1.000 cabezas de vacunos, provistos por el Ejército Argentino y por Gregorio Numo y Noel Werthein. Los animales del Estado incluían -según una entidad que se aprestaba a constatar con escribano- vacas preñadas.
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