A finales de agosto, en Jackson Hole, la FED nos dijo lo que piensa hacer (y no solo esta semana). El proceso de baja de tasas se estrenará el miércoles. Jerome Powell adelantó lo fundamental: la clara dirección del viaje. Llegó el momento de arriar las velas demasiado tensas de la política monetaria. ¿Un cuarto de punto? ¿Medio? No, más.
La FED bajará la tasa el miércoles: ¿tendrá éxito la operación clamor por medio punto?
Importa empezar el viaje, no la horma del primer paso. La poda de tasas no es un evento aislado, es un proceso. Como lo fue la suba. Esta vez, no hay que apagar ningún incendio.
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La tasa de fed funds se estacionó en 5,5% desde julio de 2023. La inflación de los últimos doce meses se ubica en 2,5%. Son tres puntos completos de tasa real. Suponen una corrosión peligrosa para aterrizar la economía con suavidad. La FED necesita que la inflación converja a la meta de 2%. Pero no tiene prisa. Según la mediana de sus proyecciones, recién arribaría en 2026. Y con una tasa corta mucho menor que la vigente. No 25 o 50, sino 225 puntos base más baja. Hacia allá vamos.
La FED no lleva apuro; los mercados, sí. “Comenzar con un cuarto de punto tiene mucho sentido para mí”, afirmó Patrick Harker, de la FED de Filadelfia en Jackson Hole. Importa empezar el viaje, no la horma del primer paso. La poda de tasas no es un evento aislado, es un proceso. Como lo fue la suba. La zancada inicial no determina lo que de veras interesa, la magnitud de su recorrido. El aumento de tasas de 2022-2023 fue formidable: 525 puntos base. Que conste, el puntapié inaugural fue un modesto cuarto de punto.
Toca ahora desandar el camino. Pudo haber sido en la reunión de julio. E inclusive, tomando más riesgos, en la de junio. ¿Debería compensar la demora arrancando con un recorte de medio punto como sugiere Bill Dudley, ex titular de la FED de Nueva York? No es evidente. Aunque los mercados pasen factura como ya vimos con un viernes y lunes negros a principios de agosto. Esta vez, no hay que apagar ningún incendio.
La inflación, dominada, puede deparar todavía alguna sorpresa como se vio también esta semana. Su componente más arisco, el costo de los servicios de vivienda, es ultra sensible a la tasa de interés. Y si algo la FED detesta es dar un paso solemne en falso. Bajar la tasa para tener que volver a subirla sería un error de reputación que induce a obrar con prudencia.
Poda de tasas: ¿cómo actuaron otros bancos centrales?
La poda de tasas espera desde diciembre cuando Powell la develó como intención oficial. En el G10, Suiza fue el pionero en ejecutarla en marzo. El BCE la estrenó en junio y la semana pasada gatilló la segunda merma. Canadá ya practicó tres recortes. Inglaterra, Noruega y Nueva Zelanda tomaron también la senda bajista. El denominador común es que ninguno utilizó una dosis de medio punto, ni siquiera los que repitieron. Canadá podría considerarlo, sugirió Tiff Maklem, su titular, recién en su cuarta intervención.
La FED dice que los riesgos para el cumplimiento de su mandato dual (estabilidad de precios y pleno empleo) están balanceados. No es verdad. La suba veloz del desempleo no figuraba en su radar a junio, y se salió de escuadra. A confesión de parte, relevo de pruebas. Powell ya dijo que la FED no va a tolerar que las condiciones laborales se debiliten más. Es una línea sobre la arena muy fácil de rebasar. Lo que se discute es si se va a mover inicialmente un cuarto de punto o dos. Sin embargo, el propio John Williams, de la FED de Nueva York, ha dicho que el terreno está maduro para una sucesión de recortes. Será difícil así cerrarle la puerta a una reducción rápida, aunque escalonada, de un punto completo. Si fuera necesario, incluso antes que termine 2024.
Predicciones: una discusión cerrada
La novedad, eso sí, es la operación clamor a favor del medio punto inicial. El Wall Street Journal y el Financial Times, de súbito, coincidieron en señalar que la decisión se resolverá por el canto de una uña. Nada hacía suponer una discusión tan cerrada. ¿Es información de adentro? ¿Un guiño de Powell? ¿O son especulaciones de afuera? La suba de los pedidos de subsidios de desempleo fue la excusa que dio el pie. Aunque basta ver las cifras, sobre todo sin estacionalidad, para desechar su relevancia.
Un botón de muestra: los desempleados que cobran el subsidio por la pérdida de trabajo son el 1,2% de la población con cobertura, invariablemente, semana tras semana, desde marzo de 2023. Pero es fácil esparcir un rumor así cuando el banco central tiene la boca cerrada por el silencio de radio previo a la reunión. Más todavía si hay dinero que se posiciona detrás de la versión. Con poca plata, los futuros de Chicago saltaron el jueves después de hora, y llamaron la atención. Pero se sostuvieron todo el viernes. Según su lente, las chances son 50% y 50%.
Curioso, porque de la legión de oradores de la FED que desfiló antes del embargo de prensa no hubo uno solo que mostrara predilección por empezar con medio punto. ¿Cambiaron de opinión? Si no es el caso dado que la data no cambió, ¿se dejará arrastrar la FED por una jugada así? ¿Querrá recibir la forward guidance de los inversores en vez de administrarla? Eso solo debería sellar la suerte a favor del cuarto de punto. Aun, como se dijo, si el costo previsible es un berrinche de los mercados, que bien puede ser para alquilar balcones.
Un cuarto de punto de movida no define nada. Salvo lo más importante. Transmitir que no se trata de una emergencia. Cuando en 2001 y 2007 la FED pivoteó con medio punto inicial lo que vino después fue la recesión. Y de ahí, su apuro. Si abre con un cuarto de punto, y decepciona las expectativas infladas de urgencia, bastará con que la decisión no sea unánime para calmar las aguas a posteriori. Les recordará a los exaltados lo más obvio, que deben seguir participando.
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