26 de junio 2025 - 20:26

La economía frenó su recuperación en mayo: se contrajo 0,2% mensual, según Ferreres

La actividad económica detuvo la recuperación iniciada en abril. De todos modos, en los primeros cinco meses del año acumula una suba de 6% anual, aunque crecen las dudas sobre el impulso a futuro.

Pensando en los próximos meses, desde la consultora esperan que el nivel de actividad crezca, pero surgen algunas dudas sobre la magnitud de la expansión económica. 
Pensando en los próximos meses, desde la consultora esperan que el nivel de actividad crezca, pero surgen algunas dudas sobre la magnitud de la expansión económica. 

La actividad económica frenó su recuperación en mayo, al registrar un retroceso del 0,2% frente a abril, de acuerdo con el Índice General de Actividad (IGA-OJF) elaborado por la consultora Orlando J. Ferreres & Asociados (OJF). Se trata del segundo retroceso en los últimos tres meses, luego de la caída de 1,9% de marzo, y del rebote del 1,1% de abril.

En términos interanuales, en cambio, el nivel de actividad registró un avance del 4,6% y acumuló una suba del 6% en los primeros cinco meses del año, impulsado principalmente por el repunte del sector agropecuario tras la sequía de 2023.

Según el análisis de OJF, “la actividad acusó un golpe en marzo, una recuperación en abril, y para mayo nuestra estimación observa una baja en el margen de 0,2% mensual en la medición sin estacionalidad, quedando en un nivel inferior al alcanzado en los primeros meses del año".

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Actividad económica de mayo: sector por sector

Entre los sectores de la economía, sigue liderando la expansión interanual la intermediación financiera (+18,8%), destacó Ferreres, seguida por el comercio (+8,2%), y la construcción (+6,3%), con este último sector reflejando la baja base de comparación del año pasado más que un crecimiento genuino.

De todos modos, el desempeño sectorial durante mayo dejó señales dispares. La actividad agropecuaria, que venía siendo el principal motor del rebote económico, mostró una contracción del 6,2% interanual, acumulando una baja del 2,8% en los primeros cinco meses del año. En detalle, la producción agrícola cayó 7,0%, mientras que la ganadería retrocedió 1,3%.

En contraste, la industria manufacturera mostró una mejora del 3,9% interanual, con un crecimiento acumulado del 3,4% en lo que va del año. La producción automotriz destacó con un salto del 25,2%, mientras que el despacho de cemento volvió a registrar una baja del 1,0% pese a la baja base de comparación. En términos desestacionalizados, el IPI-OJF creció 1,0% mensual.

En el sector de Electricidad, Gas y Agua, se observó la mayor contracción interanual del mes, con una baja del 9,3% y una merma acumulada del 3,8% en el año. Según Cammesa, la caída de 7,5% en la generación eléctrica se debe a una menor demanda residencial en comparación con mayo de 2024, mes afectado por una ola de frío que disparó el consumo.

Por su parte, el sector de Minas y Canteras avanzó 4,4% interanual, acumulando un alza del 5,8% en los primeros cinco meses del año. Dentro del rubro, la producción de petróleo crudo creció 12,7%, mientras que el gas natural cayó 2,4%.

Actividad económica: expectativas para los próximos meses

Pensando en los próximos meses, desde la consultora esperan que el nivel de actividad crezca, pero surgen algunas dudas sobre la magnitud de la expansión económica que cabe esperar.

"Entre los principales riesgos vemos una recuperación menor a la esperada de los ingresos de las familias, y un régimen cambiario que resulta perjudicial a algunos sectores orientados al mercado interno", advierte el informe elaborado por Ferreres.

En esa línea, agrega que "la baja nominalidad es positiva para la actividad en una mirada amplia, pero la absoluta prioridad que otorga el Gobierno al combate contra la inflación deja relegadas opciones de gestión que podrían incentivar la marcha económica".

Crecimiento con heterogeneidades y desafíos externos

El último informe de situación argentina de BBVA Research proyecta un crecimiento del PBI del 5,5% en 2025, impulsado principalmente por la recuperación del agro, la inversión en sectores estratégicos y una política fiscal contractiva que, por ahora, logró reducir la inflación más rápido de lo previsto. Sin embargo, la entidad advierte que la recuperación no es homogénea y que persisten varios focos de debilidad estructural.

“Observamos una recuperación clara en los sectores transables, sobre todo en los bienes primarios y durables, mientras que el consumo masivo, la industria de alimentos y bebidas, y los servicios vinculados al mercado interno continúan con registros negativos o estancados”, señala el informe. En esa línea, destaca que el crecimiento estará “concentrado en los sectores más integrados al mercado externo o que recibieron incentivos puntuales”.

En materia inflacionaria, BBVA estima que la suba de precios se moderará hacia un 30% promedio en 2025, con tendencia descendente hacia el 18% en 2026, en un contexto de fuerte ancla fiscal y monetaria. “El shock de precios tras la devaluación inicial fue menor al esperado, y la baja nominalidad comenzó a consolidarse en el segundo trimestre del año”, afirma el informe.

Por otra parte, uno de los desafíos más relevantes para el resto del año estará en el frente externo. BBVA prevé un déficit de cuenta corriente equivalente al 1,8% del PBI en 2025, explicado por una combinación de exportaciones que crecen poco (+2,5%) y un rebote de las importaciones, tanto por el mayor dinamismo de la actividad como por la normalización de pagos post-cepo.

En cuanto al régimen cambiario, la entidad subraya que la transición hacia un esquema de flotación administrada ha sido más ordenada de lo previsto, sin episodios de tensión significativos. Desde abril, personas físicas y no residentes pueden operar libremente en el mercado financiero, y a partir de 2026 se permitirá la repatriación de dividendos. Estas señales, junto con la desaceleración inflacionaria, contribuyeron a “un entorno más previsible y amigable para los inversores”.

No obstante, BBVA advierte que la mejora de los ingresos reales aún es incipiente y podría condicionar la velocidad de recuperación del consumo, en especial en los sectores de menores ingresos. En ese sentido, la entidad señala que “el éxito del programa económico dependerá no solo del orden macro, sino también de su capacidad para reactivar el mercado laboral formal y recomponer el poder adquisitivo de los hogares”.

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