23 de septiembre 2008 - 00:00

La política demora; el mercado se cae

La política demora; el mercado se cae
¿Dónde estamos parados? Nos siguen faltando datos. Lo cierto es que mirando la reacción que tuvieron los mercados, tal vez no en el mejor de los lugares. Las dudas y temores que genera el plan de rescate (si no funciona, por qué no lo hace, y si funciona, por el sobreendeudamiento de la economía norteamericana; prueba de esto es la tasa hipotecaria a 15 años que subió desde el lunes pasado 35 puntos básicos a 5,7% anual) y su demorada implementación (se esperaba para el fin de semana) dispararon la huida de los inversores hacia divisas más fuertes, llevando el dólar al punto más bajo del mes frente a las principales monedas (ayer retrocedió 1,9%). A su vez las masivas emisiones comprometidas derrumbaron el precio de los treasuries, sobre todo los de más largo plazo, llevando la tasa de 10 años a 3,824% anual, el máximo desde el 22 de agosto.

Ante estos movimientos, los commodites reaccionaron "ajustando" con una suba promedio de 3,6%, de 5,4% para el oro y 6,4% el contrato noviembre del WTI (ayer venció el contrato octubre y se produjo una corrida para cerrar posiciones vendidas, derivando en la mayor suba en la historia de cualquier contrato petrolero, u$s 25 por barril).

En este escenario y de la mano de 8,2% que se desplomaron las acciones financieras, el Dow terminó cediendo 3,27% a 11.015,69 puntos, en tanto el NASDAQ se desplomaba 4,2%. Es claro que la decisión de la Fed (mañana y pasado Bernanke habla al Congreso) de ceder a Goldman y Morgan Stanley para transformarse en banca comercial y así fortalecer su capital (al costo de una cuestionable supervisión -mirar el caso del Citibank-, ya no tienen que valuar sus activos a precio de mercado, acceden irrestrictamente a la "ventanilla" de la Fed, toman dinero del público, los depósitos están garantizados, etc.) a pesar de calmar un poco las aguas -falta ver qué pasa con Washington Mutual y otras-, no alcanzó.

En su momento los precios habrán de recuperarse, pero el daño ya está hecho. Napoleón decía: "En los negocios de la vida no es la fe lo que salva, sino la desconfianza".

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