10 de enero 2003 - 00:00

Lagos: "Es absurdo que se busque fijar un dólar alto"

Lagos: Es absurdo que se busque fijar un dólar alto
"Fijar un dólar alto sin explicar para qué es absurdo", señaló Martín Lagos a este diario al opinar sobre las recientes medidas del Banco Central.

Lagos, que fue vicepresidente del Central, no duda de la capacidad del actual titular, Alfonso Prat-Gay, pero está preocupado porque «todavía no veo claras las metas. Cuando uno fija una política cambiaria, lo hace en función de algo, creo que el gobierno debería explicar hacia dónde va».

Sobre Prat-Gay, a quien calificó como un técnico muy capaz, opinó que debería diferenciarse de 4ESLavagna, porque el ministro de Economía se va en mayo y él seguirá en su cargo. «Debería fijarse metas para adecuar la política monetaria y cambiaria a esas metas.»

El economista opinó que las últimas medidas que fijó el Central son buenas porque dan más libertad, pero todavía quedan muchos controles cambiarios.

Del acuerdo con el FMI, opinó que no conoce antecedentes de un acuerdo de tan corto plazo, pero que esto es porque el FMI no entiende a este gobierno y por qué los candidatos para suceder a Eduardo Duhalde no quieren hablar de lo que van a hacer.

Periodista: ¿Son buenas estas últimas medidas del Central?

Martín Lagos: Cualquier liberación de los controles cambiarios es buena. Pero deberían dejar pagar con más libertad las deudas externas a los privados. Hay empresas que no están en situación de afrontar sus obligaciones porque perdieron mucho dinero, pero hay otras que quieren ponerse al día con sus deudas y tienen trabas para hacer esos pagos. Y atención, que aquí hay una importante demanda de dólares latente.

P.: ¿Las medidas están bien orientadas? ¿Cree que tener un dólar «recontraalto» es bueno?

M.L.: Vea, hay incertidumbre política, y eso se ve en la prima de riesgo-país que tiene cada título de deuda argentino. Nadie sabe lo que va a hacer el gobierno que viene. Y como también faltan señales precisas de este gobierno, esa incertidumbre se esparce por todas partes. Los bancos, por ejemplo, acumulan más liquidez de la que necesitan. Pero lo hacen pensando en que en los próximos dos años habrá vencimientos de los CEDRO (Certificados de Depósitos Reprogramados) y no saben qué hará la gente con ese dinero. También acumulan liquidez porque temen a los amparos, al fallo de la Corte y a si el Central aceptará títulos para pagar redescuentos. Entonces tienen un montón de dinero «por las dudas» que no lo prestan. En el caso del sector privado, hay gente que tiene en su poder los pesos y no los lleva a los bancos porque teme a otro «corralito». El gobierno podría dar señales algo más claras para quitar tanta incertidumbre, pero no lo hace.

• Objetivos

P.: Déme un ejemplo.
M.L.:
Creo que el gobierno hoy vive pensando en el fallo de la Corte antes de hacer algo y no se puede vivir pensando en ese fallo, hay que fijarse objetivos. Por ejemplo, una buena señal hubiera sido que empiecen a conversar sobre la refinanciación de la deuda con el sector privado. Es una manera de comenzar a sacar a un país del default, un dato que muchos no quieren recordar, pero que ayudaría a que la Argentina sea más confiable. Decirles a los acreedores que hay intención de pagar.

P.: Por lo que usted me dice, siento como si el país avanzara a ciegas sin saber adónde va.

M.L.: Vea, hay una política cambiara de flotación sucia con muchas trabas. Cuando uno fija una estrategia como ésta, es porque tiene una meta de inflación, calcula un crecimiento económico, tiene un superávit primario definido, etc. Pero dígame, ¿la flotación sucia en la Argentina para qué es? ¿Adónde se quiere ir? Todos los países cuando definen su política cambiaria y monetaria lo hacen por una razón. Aquí se dijo que el año que viene habrá inflación de 21%, pero no explicaron si la política monetaria del Banco Central será para alcanzar ese objetivo.

No nos olvidemos que todavía faltan ajustar las tarifas de los servicios públicos. Tener una inflación de ese calibre significa que el promedio de precios va a estar cerca de 2 por ciento mensual, y eso es muy alto. Va a hacer caer el salario real. Uno debería tener una meta de inflación más baja, es lo más saludable, pero para eso el Banco Central debería retirarse del mercado y dejar que el dólar baje. Esta es la mejor forma de tener menos inflación. No se puede pensar en un tipo de cambio alto para recaudar más impuestos y olvidarse del resto de la economía. Las empresas deben equiparse, modernizarse, hacer inversiones. El gobierno, a su vez, debe pensar que en algún momento va a tener que empezar a pagar la deuda y con este tipo de cambio es imposible.

P.: ¿Será que están pensando en llegar a mayo y no importa cómo?

M.L.: Vea, Roberto Lavagna asumió el año pasado pensando en que iba a seguir hasta diciembre próximo. No puede ahora tomar medidas pensando que se va en mayo. Por otra parte, Alfonso Prat-Gay va a seguir más tiempo al frente del Banco Central, porque es una entidad autónoma. El es un hombre muy capaz y en algún momento debería juntar todas las variables y fijar un objetivo a diferencia de lo que hace Lavagna. Sé que Prat-Gay tiene una lista enorme de razones para no definirse, pero no puede quedarse a la espera de lo que pasa con la despesificación en la Corte Suprema o ver qué hará la gente con sus depósitos reprogramados. Debe tomar decisiones antes de que suceda eso. Fíjese, un día Prat-Gay dice que le gustaría un dólar de $ 2,80, pero después se toman medidas para que no baje de $ 3,30 porque es el dólar que le gusta a Roberto Lavagna, mientras el presidente de la Nación anuncia que van a dejar que el dólar baje. ¿Cuál es la señal que arroja todo esto?

P.: ¿El acuerdo con el FMI ayuda a dar certidumbre?

M.L.: No recuerdo un arreglo con el FMI de tan poco tiempo de duración, y esto es un arreglo de incertidumbre. No hay desembolsos, es simplemente un acuerdo «roll over» (refinanciación de vencimientos). Pero es lo único que pudieron hacer en el FMI porque no lograron hablar siquiera con los candidatos para que le expliquen cuál va ser su política, como lo hicieron en Brasil. Tampoco lograron definiciones del gobierno. La Argentina es un país de indefiniciones. Entonces, lo que el FMI hizo es este acuerdo tan extraño pensando en el próximo gobierno, con quienes espera hablar seriamente sobre metas y objetivos, que este gobierno no tiene.

Entrevista de Luis Beldi

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