4 de enero 2007 - 00:00

Lanzan plazo fijo que paga según marcha del euro

Martín Redrado
Martín Redrado
«Quiero hacer un plazo fijo que ajuste por el precio de la soja y otro por el precio del petróleo.» Este pedido podría hacerlo hoy un ahorrista argentino en cualquier banco.

Desde la semana pasada, el Banco Central, dirigido por Martín Redrado, permite a las entidades hacer plazos fijos a un mínimo de 180 días que ajusten por el precio de cualquier materia prima o moneda.

Pero hay un problema y, por ahora, habrá que olvidarse de colocaciones que ajusten por el maíz, la soja o el petróleo porque son muy volátiles y las entidades deben buscar cobertura a futuro para no quedar « descalzadas».

Lo que es inminente y ya los grandes bancos están por lanzar el producto es el plazo fijo en pesos que ajuste por la variación del euro.

El ahorrista hace la colocación a 180 días y la tasa de interés que le pagan es lo que subió el euro en ese lapso. Si la moneda única aumentó 3%, ésa será la tasa que percibirá al vencimiento de la colocación. Si el euro baja, se le devuelve el monto que depositó sin descuentos.

Los bancos adoptarán esta modalidad de ajuste por el euro porque pueden conseguir volumen de depósitos, en particular de las AFJP, y porque la volatilidad del euro es de tan sólo 1% en el mercado, por eso es una variable que se puede controlar y cubrirse a futuro no es caro.

En cambio, la soja, el maíz o el petróleo tienen una volatilidad de 19% y hay que tomar coberturas de futuro que son muy caras y exigen un monto mínimo muy alto.

Un banco, si recibe depósitos de ahorristas en diferentes días, no puede ir al mercado de futuros de Chicago a cubrirse porque una operación en esa plaza, para que tenga un precio mayorista, se hace a partir de u$s 50 millones.

Lo único que le permitiría a un banco operar con plazos fijos que ajusten por materias primas es que las AFJP u otros inversores institucionales, como compañías de seguros, se interesen. Pero a las AFJP en particular no les interesa, porque la superintendencia que las controla les dice que el plazo fijo va por un lado y los intereses, variación del precio de la soja, petróleo o cualquier producto, por el otro. Todos los días las AFJP deberían calcular el rendimiento de este tipo de colocación y lo que quieren evitar es la volatilidad. Por eso la descartan. Si lo hicieran los bancos no tendrían otro remedio que atender el negocio, aunque los costos sean altos, porque no pueden dejar vacío ese nicho de mercado.

De todas maneras, ya hay entidades que se preparan para la contingencia. El Rofex de Rosario les permitirá a los bancos que operan en su mercado de futuro de divisas acceder de manera gratuita a su división de futuros agropecuarios hasta el 3 de abril próximo, para que hagan las coberturas de plazo fijo que se ajusten por granos.

De todas maneras, el dinero que tomen los bancos por esta modalidad ya tiene al menos un destino seguro para colocarlo: las Nobac o Lebac del Banco Central, que les aseguran una tasa mayor que la que les costará captar estos depósitos.

Hasta ahora lo más exitoso en plazo fijo no tradicional es la modalidad de premios. Colocar dinero a cambio de un plasma, un «home theatre» o una computadora entusiasma a muchos. ¿Podrá desplazar el glamour de estos premios al plazo fijo ajustable por commodities o euros?

L.B.

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